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BARÇA - ATHLETIC (1-0)

Rakitic evita el drama

El Barça logró una sufrida victoria tras reanimarse en la segunda parte con la entrada de Riqui Puig, Ansu Fati y el croata

Rakitic celebra su gol frente al Athletic de Bilbao.

Rakitic celebra su gol frente al Athletic de Bilbao. / periodico

Marcos López

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Salió Ter Stegen a tierra de nadie, comiéndose el balón, cuando Raúl García no tuvo tiempo de cabecear. Así sufriendo hasta el último suspiro terminó el Barça agarrado al salvavidas que le tendió Rakitic, un jugador proscrito, para eludir el drama que se cernía sobre un fantasmagórico Camp Nou. Como fantasmagórico resultó el juego azulgrana, con Piqué casi roto muscularmente, estirado sobre el césped implorando ganarle tiempo a un reloj, donde Ansu Fati resulta una bendición por su frescura y descaro. Aunque Messi esté tan terrenal y humano que anda secuestrado por la frustración. Peleado porque sus disparos lamen los palos cuando antes besaban felices las redes.

Se alineó el tridente por vez primera en el once inicial estando Quique Setién en el banquillo. Yempezó el partido con brío porque el Athletic, a través de un inicial saque de banda, empezó a generar peligro. Luego, un córner y Ter Stegen sacó la mano izquierda salvadora para desviar un balón que se envenenaba.

La respuesta azulgrana resultó contundente (y breve)con una conexión entre Messi y Jordi Alba, algo que no se oxida ni en meses de confinamiento, prólogo de un violento zurdazo de Busquets salvado por la cara de Yeray. Literalmente puso la cara. 

Tal y como sucedió ante el Leganés, el Barça volvió a padecer en el comienzo con los disparos lejanos de Balenziaga y la velocidad de pantera de Williams que rasgaba a los centrales de Setién. Tanto a Piqué como a Lenglet les costaba, y es lógico, seguir al explosivo delantero del Athletic, donde Garitano había realizado rotaciones a lo grande en su equipo, con nueve jugadores salidos del hogar de Lezama.

Extraño arranque

 El Barça, con los de siempre. No tiene mucho más el técnico cántabro. Y en ese extraño arranque nadie gobernaba la silenciosa noche del Camp Nou en la que Luis Suárez erró dos disparos que no debía errar. Ahí se le notó, y mucho, la inactividad porque los goleadores pierden las medidas de su mapa. Y la portería de vista.

El partido estaba sin un dueño definido. Ni existía la pausa, algo tan necesario por mucho que el mundo viva instalado en el vértigo, consumiendo todo al instante. Se iba de área a área, con el Athletic sintiéndose a gusto en la pradera azulgrana, mientras el Barça atacaba obsesivamente por el centro como si las bandas estuvieran en las vacías gradas del estadio. Había tal atasco en esa zona que conquistar un metro cuadrado de espacio era una verdadera proeza -o utopía- para el equipo de Setién, que se iba apagando melancólicamente.

Atasco por el centro

Ni se reunieron en torno al entrenador azulgrana en la pausa de hidratación. ¿Para qué? Garitano inyectaba energía a su refrescante Athletic, que no imaginó una noche tan plácida. Tuvo suerte el Barça de que las gradas estuvieran desnudas porque se libraron de pitos y Bartomeu, que sí estaba en el palco, esquivó otra pañolada. El fútbol era tan virtual. Ni rastro de pasión ni entusiasmo. Burocrático al máximo, con tal desdén que proyectaban una imagen de que nos les interesaba nada. Con Eder Sarabia asumiendo, en ocasiones, el rol de primer entrenador que no le corresponde, por muy impulsivo que sea el vasco ante la tristeza infinita que desprendía la mirada perdida de Setién, el jefe. Ni él se reconoce a sí mismo. ¿Donde está aquel entrenador aventurero y ofensivo?

  Agobiado por la nada, llamó a Riqui Puig, puso a Rakitic, colocó a Ansu Fati y quitó, de nuevo, a Griezmann. El primero que siempre sobra del tridente. En apenas 13 segundos, cabeceó un niño un balón aéreo con cierto peligro. Tiene solo 17 años, pero no se le nota en el campo conectando bien con Leo. Y entonces llegó el croata, que había suplido a Busquets, que no jugará contra el Celta al ver la quinta amarilla, para convertirse en un jugador indetectable para la defensa del Athletic. Messi regateó y asistió; Ivan, marcó. El mediocampista salvador que ya no debería estar en el Camp Nou. 

Ficha del partido

FC BARCELONA: 1