VALIOSA LABOR SOCIAL

Los veteranos del Barça juegan contra el coronavirus

Un grupo de exjugadores del Barça antes de una salida tras quedar convocados en el Camp Nou.

Un grupo de exjugadores del Barça antes de una salida tras quedar convocados en el Camp Nou. / periodico

Joan Domènech

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Felicitats, Joan. Feliciten, si le conocen, a Joan Vilà i Bosch, que este domingo cumple 66 años. Por su aniversario, pero también, y sobre todo, por poder celebrarlo vivo y en casa. El coronavirus ha estado a punto de derrotarle, pero su fortaleza física, la condición de deportista, le ha permitido ganar la penúltima batalla.

Vilà se ha pasado un mes hospitalizado, con dos semanas en la uci, entubado y sedado por el ataque más furibundo del covid-19 a sus pulmones. El que fuera centrocampista del Barça, más conocido por haber sido el director de metodología del club hasta el 2018 –el guardián del estilo, dicho llanamente-, ha resistido la embestida de la pandemia mundial, y anda recuperando fuerzas para los proyectos futbolísticos del futuro. Que los tiene.

Seis altas

Vilá ha sido uno de los seis miembros de la Agrupació de Jugadors del FC Barcelona (AJFCB), el nuevo nombre oficial adoptado por el colectivo de veteranos del club justo antes del confinamiento, que ha superado la enfermedad. Todos han recibido el alta. Desgraciadamente, la asociación azulgrana ha llorado los fallecimientos de Baldiri Alavedra, quien recorrió todos los escalones del fútbol base hasta jugar amistosos con el primer equipo (fallecido el pasado 13 de abril a los 76 años) y Jaume Avellan (88).

El caso más grave ha sido el de Joan Vilà, que este domingo celebra su aniversario y el alta tras un mes ingresado, con dos semanas en la uci

Los exjugadores siguen considerándose un equipo, aunque se trata de una plantilla inacabable. Son 644 socios. La Agrupació cuida de los viejos héroes culés, especialmente de los mayores, los más vulnerables ante el covid-19. Desde la sede se ha llamado a 483 de ellos, preguntando por su estado de salud y sus necesidades para atenderlas en lo posible. Paralelamente, ha procurado mantener viva la llama de la actividad, elaborando vídeos de ánimo y continuando los cursos formativos de forma telemática. Una forma de jugar contra el coronavirus.

Ahora toca defenderse del ataque vírico y aunar fuerzas para cuidar a los mayores. Empezando por los octogenarios, capitaneados por el longevo José Pinto (90 años): Luisito Suárez (84), que vive en Milán, Martí Vergés (86), Francisco Rodríguez, Rodri (86), Juan Celdrán (84), Justo Tejada (87) y Ferran Olivella, que ha sufrido la pérdida de su hijo Ferran de 58 años por la enfermedad.

Tejada echa rede menos el paseíto hasta el Barcino y se confiesa asustado por la mortalidad del virus

Su hija Susanna y su yerno Xavi le ayudan a combatir el dolor y procuran distraerle ante la falta de partidos en directo. Le recogen por la mañana y le hacen compañía hasta la tarde, cuando vuelve a su hogar de Castelldefels. “Suerte tenemos de Barça TV”, bromea Xavi, para que Olivella siga nutriéndose de la dosis de fútbol, la pasión de toda la vida.

“La puñalada” de Tejada

“Me está costando asimilar algunas cosas”, cuenta Tejada, que solo sale de casa para muy pocas compras, asistido como está por su hijo y su hija. “Esto es una puñalada”. Está al corriente de las terribles consecuencias de la pandemia y se confiesa “un poco acollonit por saberse “en la franja de edad con más víctimas y viendo el balance diario de muertes”. Lee y mira la televisión para entretenerse mientras soporta el confinamiento. “Echo de menos el paseíto hasta el Barcino”, dice el que fuera extremo azulgrana, de uno de sus hábitos diario.

Carles Rexach tolera bien el confinamiento. “En mi época hacíamos concentraciones de dos o tres días, así que mi generación está acostumbrada a estar encerrada”, explica el también legendario extremo. Está en casa con su mujer, no ha subido a El Montanyà. El pequeño jardín libera la sensación de enclaustramiento. No sale ni a comprar, y por su esposa Silvia se ha enterado de que la gente en la calle hasta cambia de acera para ampliar la llamada distancia social.

El recuerdo de Benito y Capón

“El reencuentro con la normalidad será muy complicado, porque este síndrome se queda”, opina Charly, que rememora la época de cuando era un crío. “Éramos cuatro hermanos y a mi padre le molestaba que todos metiéramos el tenedor en la ensaladera, nos decía que nos sirviéramos la comida en el plato para evitar contagios. ‘Si uno está enfermo se lo pasará a los demás’, decía”. Ahora se recuperarán las precauciones higiénicas, sospecha.

"Si tuviera la enfermedad sería hipocondríaco, me dolería todo", admite Rexach, que dice no haber salido de casa

Rexach dice no tener miedo, aunque admite que “si tuviera la enfermedad sería hipocondríaco, me dolería todo”. Pero sí siente algo de inseguridad por el desconocimiento de las reales consecuencias que esconde la enfermedad y bastante dolor por haber visto el fallecimiento “de Capón y de Benito, que eran colegas de mi época”, pese a que ambos le zarandearon en el césped.

Charly se disponía a llamar a Ferran Vilà, el hijo de Joan, que ha seguido en la obligada distancia la hospitalización de su padre, primero en Sant Celoni y luego, por la ausencia de una uci, en el Hospital Clínic. La angustia de conocer su estado y la tensa espera de la llamada cotidiana que informara de su positiva evolución.

Agradecimiento al Clínic

”Solo tenemos palabras de agradecimiento hacia todo el personal sanitario, que imagino podríamos hacer extensivo a todos los centros médicos. Con nosotros se portaron de forma espectacular”, dice Ferran, entrenador profesional y consejero técnico como su padre.

Al Clínic ha dedicado el Barça –mejor dicho, la Agrupació- uno de sus vídeos de homenaje, de gratitud y de motivación para que mantenga la encomiable tarea diaria, cruelmente agravada en los últimos meses. José Mari Bakero expresa su confianza en médicos y enfermeros, Sergi Barjuan les agradece su competencia para superar las dificultades, Juan Manuel Asensi da su enhorabuena y Eusebio Sacristán refuerza el mensaje de solidaridad de la sociedad en general.

“Sí, yo creo, estoy convencido, de que el escudo ayuda, que un vídeo o estos mensajes de los exjugadores ayudan”, afirma Ramon Alfonseda, el presidente de la AJFCB. Se basa en las reacciones que observa cuando acude a cualquier acto, en cualquier parte del club, entre los aficionados. Pero ahora cree inexcusable que el Barça se ponga a jugar contra el coronavirus.

“Pretendemos recordar el espíritu de equipo que hemos cultivado como futbolistas, transmitir a los sanitarios y a los enfermos de que no están solos. La sensación de soledad y desespero de los ingresados, aislados, el temor a que no podrán despedirse de los suyos es terrible”. Ramon Alfonseda 

“La historia del Barça tiene una trayectoria de sensibilidad con la sociedad. El lema del 'mes que un club' tuvo un significado cuando nació, pero ahora tiene otro, más vinculado a los valores que promueve”. Ramon Alfonseda

Espíritu de equipo

“Pretendemos recordar el espíritu de equipo que hemos cultivado como futbolistas, transmitir a los sanitarios y a los enfermos de que no están solos, afirma el dirigente. Al mismo tiempo, el mensaje pretende paliar la falta de comunicación entre el paciente y su familia. “La sensación de soledad y desespero de los enfermos ingresados, aislados, el temor a que no podrán despedirse de los suyos es terrible”, cuenta el exfutbolista por los testimonios recabados.

“La historia del Barça tiene una trayectoria de sensibilidad con la sociedad. El lema del més que un club tuvo un significado cuando nació, pero ahora tiene otro, más vinculado a los valores que promueve”, subraya Alfonseda, contemporáneo de Charly Rexach (72 años) y que confiesa haber vivido un periodo de cierta alarma cuando enlazó varios días con décimas de fiebre y tos.

El Nápoles-Barça

Nada que ver con la brutal inflamación pulmonar que padeció Vilà. Pero se puede poner en la piel de la familia por la proximidad que siente con el Hospital Clínic. Allí se celebró uno de los últimos actos de la Agrupació.

Un grupo de asociados compartió con los pacientes la transmisión del Nápoles-Barça. Hubo charla, hubo coloquio, hubo porra… Aquel 25 de febrero ingresó el primer paciente por coronavirus. Empezaba el partido.