ACTUALIDAD AZULGRANA

La deuda emerge en la batalla electoral del Barça

Joan Laporta y Víctor Font coinciden en los últimos días en alertar de la "precaria" situación de la caja azulgrana

Combo de Joan Laporta y Víctor Font

Combo de Joan Laporta y Víctor Font / periodico

Albert Guasch

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Joan Laporta encontró una fórmula cautivadora para ponerse en el escaparate. "El Barça es el club de los 3.000 millones: mil millones de ingresos, mil millones de gastos y mill millones de deuda". Una frase, casi lema, para recordar en los meses venideros de campaña para las elecciones de la presidencia del Barça. Presumiblemente volverá a usarla: tiene impacto.

La frase permite augurar que la trinchera electoral se reubicará en el terreno de la economía y en concreto en el pantano de la deuda. Laporta secundaba de alguna manera la preocupación expuesta recientemente por Víctor Font sobre la situación de la caja del FC Barcelona

"El Barça es el club de los 3.000 millones: 1.000 de ingresos, 1.000 de gastos y 1.000 de deuda", denuncia Laporta

Laporta no oficializó en la cadena GOL, donde dijo la frase de marras, su candidatura a sentarse al trono del Camp Nou, pero le faltó poco. Dijo que trabaja en la reunión de un grupo de profesionales de su confianza . Y lo hizo denunciando que la entidad "tiene una situación muy precaria en estos momentos. Hay que pensar bien cómo revertir la situación económica del club". 

Riesgo de "quiebra moral y económica"

Font advirtió hace unos días de que "el Barça está en riesgo de quiebra moral y económica". En lo referente a lo moral aludía al 'Barçagate', el escándalo de las redes sociales que ha copado la actualidad en los últimos tiempos, y volverá a hacerlo en cuanto se conozcan los resultados de la famosa auditoría. Pero respecto a lo económico Font pidió "aplazar la decisión del Espai Barça" hasta que sea elegida la nueva directiva del club azulgrana por "la situación de la deuda total del club". Font reclamó, en este sentido, que se retrase "la toma de todas aquellas decisiones estructurales que no sean imprescindibles" ante el sombrío panorama abierto por el coronavirus.

Un complejo misterio

El candidato Font no ha cesado de someter a presión a la directiva de Bartomeu desde que saltó al ruedo preelectoral y, ciertamente, el club le ha proporcionado un sinfín de escándalos en los últimos meses para salir a la palestra. El parón de la competición por el impacto del Covid-19 y la consiguiente sequía radical de ingresos ha agravado la inquietud en la oposición sobre el estado financiero de la entidad y en particular de la deuda, un misterio permanente y enmarañado cuyo alcance depende de quién y cómo haga las sumas y restas. Font ha pedido "transparencia" en este campo en diversas ocasiones.

Bartomeu tiene la inmensa presión de equilibrar las cuentas en su último año de mandato en las peores condiciones imaginables

La nueva junta de Bartomeu tiene la inmensa presión de equilibrar las cuentas en su último año de mandato en las peores condiciones imaginables. Los grandes gastos se reducen poco (apenas 30 millones de los sueldos de los jugadores) y los ingresos entran en cuentagotas. No tiene el presidente ante sí una tarea fácil. De fondo, el peligro de tener que avalar pérdidas.

Se apoyará en Jordi Moix, nuevo vicepresidente económico y patrimonial, y David Bellver, el nuevo tesorero. También en Oriol Tomàs, flamante vicepresidente comercial, encargado de buscar nuevos patrocinadores y amarrar a los actuales.

El exvicepresidente Emili Rousaud, otro potencial candidato a la presidencia, reforzará inicialmente su perfil a partir del conflicto por la contratación de cinco empresas de monitorización en redes sociales que ha denunciado como irregular y muy por encima del precio de mercado. Es su campo de batalla.

Pendiente de la auditoría

La aparición del informe de la auditoría le devolverá al primer plano. Pero es de suponer que en verano del 2021, cuando lleguen las elecciones, el 'Barçagate' habrá perdido gas ante la alarma financiera instalada en los grandes clubs de Europa y, en particular, en el Barça, más dependiente que nadie de los ingresos que proporcionan la apertura al público del Estadi, el local y el turístico. Muchos dinero se habrá perdido por entonces. Una campaña de muchos números aguarda.