CRISIS AZULGRANA

Bartomeu da un giro rosellista a la nueva junta

Bartomeu, en una reunión en el club.

Bartomeu, en una reunión en el club. / periodico

Albert Guasch

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Josep Maria Bartomeu materializó este lunes la remodelación de la junta directiva. Tras la dimisión la semana pasada de seis integrantes, cuatro de ellos forzados por el propio presidente, Bartomeu reubicó a algunos de los 13 miembros que le quedan. Como la plantilla del primer equipo de fútbol, se queda la directiva corta de efectivos, a la espera de algún que otro fichaje, que en la tarde de ayer no se concretó durante la reunión telemática. Será ya en próximas fechas. 

El máximo dirigente azulgrana buscó de esta forma sellar una reestructuración más tormentosa de lo esperado, en particular por las altisonantes declaraciones de uno de los invitados a marchar, Emili Rousaud, contra quien el club presentará medidas penales. Fue una de los acuerdos de la junta de este lunes. No quiere el presidente pasar por alto las declaraciones del exvicepresidente, aquellas en las que habló de corrupción y de que «alguien ha metido la mano en la caja». Frase para la posteridad.

Bartomeu busca rodearse de directivos fieles para encarar lo que le queda de mandato, hasta el verano del 2021, un periodo que se prevé complicadísimo a nivel económico por las consecuencias graves que dejará el coronavirus en las empresas de todo el mundo y por tanto también en la industria del fútbol. En esta cúpula Bartomeu ha situado a un círculo muy próximo a Sandro Rosell. 

Jordi Moix, Pau Vilanova, Oriol Tomàs y David Bellver forman parte del entorno directo del expresidente, de quien se asegura que estaría maniobrando para encontrar un sólido aspirante a la presidencia de cara a las elecciones del 2021. Una especie de continuismo desde fuera de la junta.

En la junta de este lunes no se concretó ninguna incorporación, posiblemente en próximas fechas, y se queda con 13 miembros por ahora

La nueva directiva tiene ante el sí el reto de mitigar la hemorragia de ingresos que ha padecido una entidad que se encaminaba hacia los mil millones presupuestados y que ahora, con las competiciones detenidas hasta fecha indeterminada y el turismo, tan importante, ausente de Barcelona, se ve obligada a rehacer cuentas.

De hecho, Bartomeu ha encargado a tres ejecutivos del club la tarea de reorganizar todos los excels y presentar al propio presidente y Òscar Grau, el director general, los nuevos escenarios posibles ante la crisis de insondable profundidad que se puede encontrar el club. Por delante queda también analizar cómo avanzar con el Espai Barça, el proyecto identitario de la presidencia de Bartomeu y que se encuentra encallado. 

Los nuevos cargos

Moix, hasta ahora al frente precisamente del Espai Barça, será el nuevo vicepresidente económico y patrimonial; Pau Vilanova logra un ascenso y ejercerá de vicepresidente institucional; Oriol Tomàs asume la nueva vicepresidencia del área comercial, Marta Plana será la nueva secretaria, relevando a Maria Teixidor, y David Bellver sustituye a Enrique Tombas como tesorero de la junta. El club ha comunicado también que Javier Bordas será el responsable del primer equipo de fútbol y Xavier Vilajoana se ocupará del Barça B, del Juvenil, del fútbol formativo y del femenino.

En este grupo de fieles no hay lugar para Rousaud, enzarzado en una serie de duras reprimendas contra Bartomeu a raíz del llamado Barçagate. El que iba a ser el candidato continuista considera que la contratación de las firmas de monitorización de redes sociales se hizo de forma irregular, troceando las facturas para que no pasaran por el control de la junta. Para Bartomeu, el ruido armado por el exdirectivo es la demostración de que su presencia en la junta era inasumible; para Rousaud, su búsqueda de la verdad le había convertido en incómodo y de ahí su expulsión. En cualquier caso, la amenaza de demanda se ha hecho realidad.

Comunicado inequívoco

«El FC Barcelona no puede tolerar acusaciones que perjudican gravemente la imagen de la institución. La acción penal que se interpondrá es en defensa de la honorabilidad del club y de sus trabajadores. Por otra parte, estas manifestaciones se realizaron sabiendo de la existencia de una auditoría en curso que ha de poner el punto final a esta cuestión», explica el FC Barcelona.

En este sentido, el club explicó que la labor de PriceWaterhouseCoopers (PWC), la empresa encargada de elaborar la auditoría, «todavía está en curso» y no hay «conclusiones provisionales ni definitivas». 

Una forma de rebatir a Rousaud, quien dijo que le constaba que el informe estaba a punto de caramelo y para evitar una fiscalización rigurosa de los resultadosa se deshizo Bartomeu de él y el resto de directivos rebeldes.El presidente confía en disponer de paz interna a partir de ahora. A la espera, claro, de lo que diga el informe más esperado.