LAS CLAVES DEL PARTIDO

Análisis táctico: Cuando el balón quema

El Barça reduce drásticamente el número de pases, el más bajo desde que se midió ¡a la Real! en la primera vuelta

Messi pelea un balon en el centro del campo  durante el partido de liga entre el FC Barcelona y la Real Sociedad

Messi pelea un balon en el centro del campo durante el partido de liga entre el FC Barcelona y la Real Sociedad / periodico

Joan Domènech

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1. Braithwaite se pone a correr

¿Era Braithwaite el refuerzo indicado? Quique Setién le señaló a él. Entre todas las limitaciones, incluida la del precio, y el escaso muestrario, le eligió por delante de otros delanteros. Le daba una virtud fundamental, inexistente en el Barça: la profundidad. Nadie en la plantilla corre al espacio, en vertical, ofreciendo desmarques de ruptura.

Braithwaite lo hace, y con un par de carreras se ganó una mueca de aprobación del aficionado. Se ganó, primero, un par de balones de Messi que le tiró a la espalda de la defensa realista que persiguió con esfuerzo. Braithwaite los alcanzó, los controló y los remató.

El otro delantero era Griezmann. En la derecha. Ni recibió al pie ni corrió en profundidad. Ocho meses después, sigue sin interpretar correctamente lo que demanda el equipo y cada situación en particular. Pasó sin pena ni gloria de nuevo. Al francés le sustituyó Ansu Fati, con el partido roto, y en cinco minutos, hizo la gran jugada del 2-0 que no subió al marcador.

2. La Real acaba con más ideas

A pesar de presentarse resacoso del partido de Copa, en el que se clasificó para la final -no fue el Barça, no, situación que repetía en los últimos años- la Real Sociedad acabó apretando las clavijas al propietario del Camp Nou.

Fue Imanol quien debió recurrir a las rotaciones (solo mantuvo a cinco titulares que jugaron en Miranda de Ebro) y la Real llegó al minuto 95 más entera que el Barça. Física y mentalmente, combinando con facilidad y frescura. El balón quema en los pies cuando el panorama es oscuro, y el Barça atraviesa ahora por una tormenta.

Los azulgranas dieron 524 pases (437) bien. La cifra más baja desde que Setién es entrenador. Y desde que el Barça se enfrentó a la Real Sociedad en la primera vuelta. Aquel día dio menos pases que su rival y perdió la posesión. Le fue peor en el marcador: empató 2-2. 

3. Ter Stegen lo pasa mal (el balón)

Anda el Barça tan desquiciado que hasta uno de sus valores más sólidos ha dejado de ser infalible. Ter Stegen parece haberse contagiado de la inseguridad que se percibe en el equipo. Cometió errores impropios en una de sus mejores facetas: el pase. Algo insólito. Lo pasó mal con el balón en los pies. No con las manos, porque solo tuvo que detener un tiro entre los tres palos.

Ter Stegen empezó errático desde el  inicio y no levantó cabeza, con muy mal porcentaje de acierto en el pase, entre la buena presión de la Real y el escaso movimiento de sus compañeros para activar el juego. El balón quema. Menos a él.

Su colega Remiro paró más (cinco remates) y pasó más y mejor. La Real también juega sin patadones, desde atrás, a partir de los servicios de su portero, que enseñó que tiene buen pie. Por un día, mejor que el de Ter Stegen.  Solo de penalti, en el mano a mano con Messi, pudo batir el Barça a su admirable rival.