IMPRESIONES DE LA CHAMPIONS

Apuntes grises de Nápoles

Setién y Vidal, después de que el chileno viera la tarjeta roja en Nápoles.

Setién y Vidal, después de que el chileno viera la tarjeta roja en Nápoles. / periodico

Albert Guasch

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El empate a un gol permite que penetre luz en la oscuridad barcelonista. El marcador ilumina una realidad más tenebrosa. El juego no arregló en Nápoles las averías de la plantilla como habría deseado la atribulada cúpula directiva. Al contrario. Como una pantalla de realidad aumentada, en el verde de San Paolo se vieron agigantados problemas estructurales que afectaron incluso a Leo Messi, decepcionante en el partido de la comparativa con un pasado que no le pertenece. Aquí unos apuntes de lo que trasciende de la ida napolitana.

UNA PLANTILLA QUE ENCOGE SIN CESAR. "Es lo que tenemos. No vamos a jugar con 10 o 9 jugadores", dijo Quique Setién respecto a la vuelta en el Camp Nou, el 18 de marzo. Relativista por obligación, el técnico cántabro opta por encogerse de hombros ante un problema que se agranda tras cada partido. A los lesionados se le unen los sancionados. Para derrotar al equipo de Gattuso quedan 10 futbolistas de campo y dos porteros del primer equipo, a no ser que Alba o Sergi Roberto se recuperen a tiempo. Casi podría enviarse ya la alineación al speaker del Camp Nou. No es enteramente mala suerte. No se recuerda en el fútbol de élite de los últimos años una planificación tan deficiente de una plantilla. Los jugadores ya no disimulan sus críticas. A Josep Maria Bartomeu y Eric Abidal les tienen que temblar los tímpanos. "Tenemos que afrontarlo con los que estamos. Somos una plantilla corta, desgraciadamente la planificación fue así», disparó Busquets. «Los responsables ya sabían que la plantilla era corta", apuntilló Rakitic. En el clásico del domingo en el Bernabéu, Setién podrá contar con Piqué, que ayer entrenó sin cojear pese a retirarse con una torcedura en el tobillo, y con Braithwaite, la tardía incorporación. Algo de luz.

LA RESPONSABILIDAD DE LOS JUGADORES. Empieza a ser habitual que los futbolistas del Barça lancen mensajes hacia arriba. Ha habido un desfile recientemente. Messi, Piqué, ahora Busquets, Rakitic... Respecto a la planificación, los futbolistas tienen diana fácil. El tamaño del desastre es monumental y los responsables no se pueden esconder. No obstante, conociendo el problema, no actuaron algunos con la prevención que la situación reclamaba. Busquets pareció casi buscar que le enseñaran tarjeta. Y Arturo Vidal se desgañitó hasta forzar dos amarillas en una misma jugada. Les faltó el temple necesario. "Son momentos de nervios y tensión", justificó Setién. ¿Qué otra cosa podía decir?

¿CUÁL ES EL PLAN DE SETIÉN? Gattuso, que en la previa había elogiado la evolución del Barça del entrenador azulgrana, señaló tras el partido que los azulgranas apenas les hicieron "cosquillas" en San Paolo. No faltó a la verdad. Ni un disparo a puerta en toda la primera parte, un gol de una única ruptura de líneas. Juego horizontal, lento, plano, coagulado, sin que nadie intentara un regate, ni un pase en profundidad. Un fútbol sin creatividad. La alineación condicionó esta pasividad. Ver a Rakitic, en baja forma evidente, en lugar de Arthur, no ayudó a desengrasar el ritmo. Ver a Vidal de extremo derecho picaba en los ojos. "No tenemos jugadores de ese perfil para atacar", dijo Busquets sobre la falta de regateadores. Siendo cierto, la bala de Ansu Fati no se empleó. Aparte de Messi, es el único que capaz de encarar a su defensor. Setién parece haberse escorado rápido hacia el denostado pragmatismo de Valverde. No se hizo el relevo para esto. Se le debe exigir más valentía.

UNOS LATERALES QUE PROGRESAN POCO. Semedo dio la asistencia del gol de Griezmann. Le redimió de un partido mediocre. El portugués alterna partidos potables con otros muy grises. Ante la ausencia de un extremo puro, se espera más aportación ofensiva de él. Sobre todo porque en el otro costado Junior Firpo, el relevo de Alba, parece un futbolista imberbe, dubitativo, al que incluso se le escapan controles aparentemente sencillos de balón. Fue fichado por un buen pellizco (18 millones más 12 en variables) para hacer la vida más incómoda a Alba. No hay constancia de que el catalán duerma mal por las noches. Cuando se recupere de su lesión, la banda izquierda será suya. Lo mismo Sergi Roberto por la derecha.

CAMINO DE LA COLISIÓN. Los resultados hablan mejor que el juego hasta ahora. Todas las señales apuntan a un choque de frente y virulento con un iceberg. Por todo lo relatado hasta ahora y porque los fichajes que debían elevar las prestaciones del equipo, tipo De Jong o Griezmann, parecen jugar acomplejados. Messi dijo lo que dijo sobre las nulas posibilidades de ganar la Champions este año. Ahora mismo, si se supera al Nápoles, solo cabe esperar un sorteo benévolo. A la misma hora del insulso empate de San Paolo, el Bayern despeinaba al Chelsea. En una pantalla parecía verse a un Fórmula 1; en la otra, donde jugaba el Barça, se veía circular a un utilitario. Lo bueno es que el fútbol es cambiante como un remolino de viento.