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BARCELONA, 5 - EIBAR, 0

Messi ordena el caos

Un póquer de goles del capitán resuelve un partido marcado por la sonora protesta de la grada contra Bartomeu

Messi celebra el primero de sus cuatro goles ante el Eibar.

Messi celebra el primero de sus cuatro goles ante el Eibar. / periodico

Rafael Tapounet

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En medio de un ambiente tenso como una cuerda de mandolina, Leo Messi apareció para separar el fútbol del ruido. No hay ahora mismo en el FC Barcelona más liderazgo ni discurso que el del capitán, capaz de devolver la alegría y la pasión por el juego a una afición cansada de ver incendios que aprovechó el retraso en el inicio del partido provocado por problemas técnicos en el VAR para reprobar la gestión de Josep Maria Bartomeu con una pañolada como no se veía en el Camp Nou desde el final de la etapa de Frank Rikjaard. Una insólita expresión de malestar que solo el genio de Messi trocó en júbilo y placidez con un póquer de goles que dejó sentenciado el partido frente al Eibar (5-0) y que permite al equipo de Quique Setién encarar con cierta tranquilidad deportiva la decisiva semana de las visitas a Nápoles y el Bernabéu.    

Entró el Barça en el partido con paso muy vacilante, tal vez aturdido por el clima enrarecido del prólogo (“he estado en autopsias con una atmófera más festiva”, que decía Edmund Blackadder en ‘L’escurcó negre’) y algo descolocado por los cambios en el dibujo. Pensando en los exigentes compromisos que se avecinan, Setién dio descanso a De Jong Ansu Fati y dispuso un centro del campo de tres hombres y medio en el que Rakitic tomó la plaza del holandés y Arturo Vidal ocupó una posición híbrida entre el interior y el extremo izquierdo. Le costó unos 10 minutos al equipo local reconocerse, tiempo suficiente para encajar un gol de Sergi Enrich bien anulado por fuera de juego y para provocar los primeros siseos del público con cada pase a Ter Stegen.

Las nubes de tormenta escamparon, y de qué manera, cuando en el minuto 14 Messi recibió un buen servicio de Rakitic en el balcón del área visitante y, con un exquisito gesto técnico, se deshizo de Arbilla y Diop para poner el balón fuera del alcance de Dmitrovic. El golazo puso fin a la sequía del rosarino, que había encadenado cuatro partidos sin marcar, y liberó al Barça, que empezó a mandar en el juego aunque sin acabar de asear su fútbol, menos elaborado y más directo que en anteriores encuentros de la era Setién, penalizado por las deficientes prestaciones de los laterales Semedo y Junior.

Respiro a Bartomeu

Bien ajustados en la presión, los azulgranas siguieron empujando para intentar cerrar el duelo cuanto antes, y lograron su objetivo gracias a la inspiración de Messi, que en el minuto 37 culminó una buena jugada colectiva con un descomunal cambio de ritmo que le permitió colarse en el área del Eibar y cruzar la pelota a la red y solo dos minutos después aprovechó una recuperación de Rakitic para, primero, regalarle el gol a Griezmann y, después, enmendar el fallo del francés y anotar el tercero.

El inicio de goleada dio un respiro a Bartomeu, que pudo llegar al descanso sin más sofocos y que en la reanudación escuchó nuevos gritos de protesta pero ya mucho más diluidos por el devenir del partido. Entretanto, el Barça, necesitado de administrar esfuerzos, le había bajado una marcha al juego, lo que propició el crecimiento del Eibar, que reclamó la pelota y volvió a rondar el gol (de hecho, lo consiguió en el minuto 63, en una acción anulada por juego peligroso de Arbilla).

Braithwaite se estrena con nota

Antes de que los aficionados descontentos sintieran la tentación de volver a mirar al palco, Setién les dio un motivo para centrar su atención en el campo al hacer debutar a Martin Braithwaite en el minuto 72. Y el danés, que fue recibido con grandes aplausos, se convirtió en el gran protagonista del último tramo del encuentro. De sus botas salió el centro que recogió Messi en el área pequeña para completar el póquer tras una inverosímil serie de fintas y suya fue también la meritoria jugada que desembocó en el quinto tanto local, firmado por Arthur. En 20 minutos, Braithwaite superó la producción de Boateng en seis meses y, sobre todo, abonó la convicción de que puede ser un futbolista verdaderamente útil para este Barça.

La manita final silencia el ruido de las trompetas del Apocalipsis, o al menos les baja el volumen, y preserva la estabilidad del equipo en medio del caos institucional. Y demuestra, una vez más, que en momentos de incertidumbre como los que atraviesa el FC Barcelona, solo hay una cosa segura: Lionel Messi Cuccittini.   

Barcelona, 5 - Eibar, 0

FC Barcelona: Ter Stegen (7); Semedo (5), Piqué (7), Lenglet (7), Juni or (4); Rakitic (6), Busquets (7), Arthur (7), Arturo Vidal (5); Messi (9), Griezmann (6).  Técnico: Setién (7).  Cambios: De Jong (6) por Busquets (m. 59); Umtiti (6) por Piqué (m. 68); Braithwaite (7) por Griezmann (m. 72). 

Eibar: Dmitrovic (6); Tejero (5), Burgos (4), Arbilla (5), Cote (6); Edu Expósito (5), Diop (5), Escalante (7); Orellana (5), Sergi Enrich (5), Inui (5).  Técnico: Mendilibar (5). Cambios: De Blasis (4) por Inui (m. 66); Quique (5) por Enrich (m. 66); Cristóforo (sc) por Expósito (m. 83). 

Goles: 1-0 (m. 14) Messi. 2-0 (m. 37) Messi. 3-0 (m. 39) Messi. 4-0 (m. 87) Messi. 5-0 (m. 89) Arthur. 

Árbitro: Soto Grado (7), riojano.  Tarjetas: Escalante (m. 64), Diop (m. 85).

Estadio: Camp Nou. Espectadores: 66. 970.