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IBIZA - BARÇA (1-2)

Resacón en Eivissa

Dos goles de Griezmann salvan al Barça de Setién de un ridículo mayúsculo ante el bravo equipo local (1-2)

Antoine Griezmann celebrando el tanto de la victoria en el añadido

Antoine Griezmann celebrando el tanto de la victoria en el añadido / periodico

Rafael Tapounet / Eivissa

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Una eliminatoria copera a partido único frente a un equipo de Segunda B disputada bajo la lluvia en un campo municipal con césped falso no parece el escenario más idóneo para extraer conclusiones sobre la apuesta futbolística de Quique Setién. Pero el ridículo que durante 70 minutos hizo el FC Barcelona en el estadio de Can Misses de Eivissa, donde estuvo a punto de caer con estrépito ante el conjunto local, compromete cuanto menos las expectativas generadas por la llegada del nuevo entrenador y obligan a moderar el entusiasmo. Al final, dos goles de Griezmann (el segundo y definitivo, en el último minuto) salvaron del naufragio a los azulgranas y les dieron el pase a los octavos de final en medio de una sensación generalizada de cierta injusticia.  

En un encuentro que la prensa local había calificado, pleonasmo incluido, como “el duelo futbolístico más trascendental y mediático de todos los tiempos que jamás se haya vivido en tierras ibicencas”, el técnico cántabro se alejó del libreto ya desde el once inicial, una mezcla (un Ibiza Mix, podría decirse) de titulares consolidados, suplentes habituales y futbolistas con ficha del filial en la que lo más novedoso fue el insólito dibujo, con una defensa de tres formada por Sergi Roberto, Lenglet y Júnior, De Jong en el medio centro, Rakitic y Riqui Puig como interiores, Semedo y Ansu Fati estirando las bandas y Griezmann y Carles Pérez en el centro del ataque.

Pases sin sentido

Lo que en la pizarra de Setién quizá tenía sentido, sobre la hierba artificial de Can Misses no funcionó en absoluto, porque el Barça salió al partido con cara de resaca y en modo ‘F*** Me I’m Famous’, como esas fiestas que capitanea David Guetta en la isla. Retratados en su indolencia por el entusiasmo local, los azulgranas se ahogaron en un mar de pases sin sentido: ni los centrocampistas superaban líneas ni los carrileros encaraban a sus pares ni los defensas cerraban con seguridad cada vez que los ibicencos salían al contragolpe, cosa que empezaban a hacer con inesperada facilidad.

Y de una esas contras nació el gol pitiuso, en una acción que dejó muy señalado a Riqui Puig, a quien al parecer nadie le había advertido de que a Eivissa no se viene a dormir. Su pasividad ante el centro de Raí permitió a Javi Pérez rematar muy cómodo en el área para batir a Neto y provocar primero el júbilo y después el choteo de la grada, que empezó a cantar “¿Dónde está Leo Messi? ¿Leo Messi dónde está?”.

El sainete pudo convertirse en tragedia si en el minuto 17 el árbitro no llega a anular un gol de Rodado por falta a Lenglet en una disputa previa, pero ni ese nuevo aviso hizo reaccionar al Barça, que siguió más perdido que un obispo en Amnesia, incapaz de encontrar la manera de abrir un agujero en la aplicada muralla celeste, cuya solidez dejó sin estrenar los guantes de Germán en toda la primera parte. Neto, por el contrario, sí tuvo que emplearse a fondo en un disparo casi a bocajarro de Rodado después de que Oliveira enviara el balón al palo. Un drama.

Los goles de la salvación

No cambió nada Setién en el descanso, de manera que tampoco cambió nada en el juego del Barça tras la reanudación. No, al menos, hasta que un inoperante Carles Pérez dejó su sitio en el campo a Jordi Alba y Arthur sustituyó a un desacertadísimo Riqui Puig. Un minuto después de ingresar el brasileño, De Jong encontró la pausa y el espacio para filtrar un estupendo pase que dejó a Griezmann cara a cara con el portero Germán, al que batió por bajo.

Creció algo tras el gol el equipo azulgrana y los pitiusos, desgastados por el esfuerzo,  empezaron a rascar para intentar frenar el despliegue ofensivo del Barça, tan desesperado como infructuoso hasta que ya en el tiempo de descuento, cuando el alborozado público de Can Misses se preparaba para la prórroga, Griezmann cazó un buen pase en profundidad de Jordi Alba y restableció el equilibrio en la galaxia dinamitando las ilusiones locales y dando algo más que un respiro a su entrenador. 

FICHA DEL PARTIDO

UD Ibiza 1