PRODUCCIÓN INÉDITA

'Matchday': historia de cómo se realizó la serie más íntima del Barça

Rakitic, Busquets y Coutinho, destrozados en el vestuario de Anfield.

Rakitic, Busquets y Coutinho, destrozados en el vestuario de Anfield. / periodico

Marcos López

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Juan estaba escondido. Llevaba más de 10 minutos agazapado en un rincón de Anfield. El partido todavía no había concluido. Pero Juan, como había hecho siempre, se había mimetizado en el corazón del "Santo Grial" del Barça, aguardando la llegada de los jugadores. Sabía lo que pasaba fuera, pero aún no quería ser consciente de la magnitud del desastre.

Y en una casa de Barcelona, una madre, nerviosa primero, histérica después, vivía la noche europea acompañada por sus dos hijos (Milan, más preocupado, y Sasha, ajeno a todo) viendo sufrir al Gerard padre y al Gerard compañero. "Si quedamos así, no pasa nada. Nosotros vamos a la final", le decía Milan. "Sí, mi amor", respondía ella hasta que Origi, en aquel córner de la vergüenza, desató el asombro de millones de culés. "¡No puede ser, nooo!", gritó de forma desgarradora Shakira sin entender lo que había sucedido.

Nadie lo entendió entonces. Ni tampoco ahora. Juan estaba entonces petrificado. "Empotrado" como lleva tres años en la vida del primer equipo sin despegarse ni uno solo segundo de su cámara no sabía qué hacer realmente. Si hubiera podido, habría desaparecido. Pero todos los culés estaban conectados a lo que sucedía sobre el césped, mientras los ojos de Shakira parecían explotar. 

En Rakuten TV gratis

En realidad, era invisible para ese grupo de héroes, despojados de capas y privilegios, que quedaron desnudos ante los ojos de Juan Cobo, oficialmente "operador de cámara" del club que permitirá a partir del próximo viernes cuando se estrene Matchday descubrir los secretos ocultos del Barça. Y de sus jugadores. Es una serie de ocho capítulos que emitirá Rakuten TV gratuitamente. 

Pero es un viaje inédito al corazón del vestuario, quebradas barreras que parecían indestructibles, entrando en territorios inexplorados, como las charlas de Valverde, las confesiones de los jugadores antes y después de cada partido, entrando en sus casas para convertir la serie en "una película nunca vista de sus vidas", como admite Oriol Querol, director de la serie, tras ocho meses de complejo rodaje.

Va de partido en partido. Empieza en el clásico que acabó con la vida madridista de Lopetegui en un Barça que, curiosamente, no tenía a Messi porque estaba lesionado hasta llegar al silencio sobrecogedor de Anfield, un silencio que hizo temblar las manos de Juan. Tiritaban sus dedos, pero al final pudieron más sus ojos.

Detrás de esa cámara que se sostuvo enérgica, confluye una idea, parida en tres lugares distintos. El Barça, por un lado, sentía desde hace tiempo la necesidad de crear un documental, al tiempo que a Piqué, "curioso y activo como es siempre", según recuerdan en el club, se le había encendido una pequeña luz, justo después de producir la controvertida decisión de Griezmann

El aval de Bartomeu y Arroyo

Prácticamente al mismo tiempo y no muy lejos del Camp Nou, Jordi Évole, director de Salvados, tramaba un nuevo giro a Producciones del Barrio junto a Querol matando esas soleadas tardes de verano con discusiones culés sobre pisar la Capilla Sixtina del Camp Nou. El presidente Josep Maria Bartomeu, asesorado por Manel Arroyo, antes de que este dejara la directiva, también recibía mensajes en esa misma dirección. Hace años que el fútbol ha dejado de ser un deporte. Hace tiempo que no es solo una industria capaz de mover miles de millones de euros sino que necesita generar contenidos para monetizarlos. 

De ahí, la creación de Barça Studios, algo que no tiene ningún otro club en el mundo. Era una idea vieja. ¿Quién no había sentado antes la curiosidad de abrir el Camp Nou? Miles de personas. De hecho, la junta ya había rechazado varias propuestas en este sentido, fundamentalmente porque no tenía la "complicidad del vestuario".

Aquí Piqué ejerció de "pegamento" para seducir a sus compañeros, como recuerdan los tres actores que confluyeron en este proyecto, además de que la junta abría una vía nueva al pactar "un modelo de negocio compartido" con los mismos futbolistas. La experiencia del Manchester City, que siguió la saga de All or Nothing de los equipos de la NFL norteamericana, ejerció, además, de  palanca.

Pero el Barça no escogió el mismo modelo de comprometerse con Amazon o Netflix, dos de los colosos que vinieron hasta sus oficinas para tener el honor, y el negocio, de abrir de colarse en las casas de sus estrellas. Hubo varias reuniones con ellos, pero, finalmente, apostaron, como recuerdan en el club, por el "talento catalán” porque entendían que "quién mejor que la gente de aquí para explicar las historias que pasan en el Barça", sin necesidad de acudir a megaestrellas de Hollywood.

Évole coincidió en una misa del Papa en el Vaticano y ahí comenzó a activarse el proyecto, que nació en tres lugares distintos

Évole y Querol, entretanto, seguían hablando. "Seguro que el Barça tienen mil propuestas para hacer esto. Seguro. Pero imagina que no las tienen y somos los primeros", le preguntaba inquieto Oriol a Jordi, sin saber entonces que Bartomeu y Arroyo ya manejaban información confidencial sobre este proyecto. Desconociendo todos que Piqué no solo tenía la nueva Copa Davis en su agitada y ocupada cabeza.

No eran los primeros, pero sí tuvieron una ayuda inesperada. "Jordi tenía que ir al Vaticano a una misa del Papa, previa a la entrevista que le daría seis meses después", cuenta Querol desvelando la última puerta que quedaba por abrir. "En esa misa estaba Bartomeu. Y entonces Jordi le contó al presidente: ‘Nos gustaría hacer esto. Lo hablamos cuando quieras’". 

El "magma"

Quedaron en verse a la vuelta del viaje. En septiembre del año pasado, un mes antes de que las cámaras penetraran en la piel prohibida del Barça.  Piqué, por su parte, iba deshaciendo nudos que parecían imposibles y el club, impulsado por el presidente, entendía que no podía quedarse atrás en el nuevo mundo de los contenidos que asomaba por Europa tras convertirse en lucrativa rutina en Estados Unidos.

Piqué ejerció de "pegamento" para lograr la complicidad del vestuario y deshacer nudos que parecían imposibles

Guillem Graell, el responsable de marca del Barça, y Paco Latorre, director de Barça Studios, movían su energía en el mismo camino. Aún no estaban juntos todos. Aunque estaban a punto de reunirse en una misma mesa. Pero "el magma", expresión usada por Querol, estaba a punto de fluir, aunque necesitó "varias semanas de reuniones hasta llegar a una propuesta de formato definiva", que buscaba, sobre todo, diferenciarse de los productos que ya existían en el mercado. 

Quería Matchday ser un producto innovador, que trascendiera de lo puramente futbolístico, llevando cámaras al vestuario y, al mismo tiempo, a las casas de las estrellas. "Era contar historias a través de una serie de personajes. Y eso incluía el retrato dentro del club y, sobre todo, el retrato de las vidas privadas de los jugadores", apunta Querol relatando el viaje en torno al día a día de Suárez, Messi, Piqué, Lenglet, Ter Stegen, Sergi Roberto, entre otros jugadores, buscando "ocho capítulos muy cinematográficos", con una duración de 45 minutos. 

Más de 500 horas de grabación

Del Barça-Madrid, con un "seguimiento especial a Piqué, desde la mañana hasta la madrugada cuando fue a cenar con Mikitani", el dueño de Rakuten, patrocinador principal del Barça, que emitirá a través de su plataforma de streaming esta película, a la llegada de Griezmann y De Jong al Camp Nou, prólogo de la segunda temporada que ya se está grabando ahora. Todo contado con la poderosa y sugerente voz de John Malkovich, el actor norteamericano, que ejerce de narrador en su versión en inglés.

Desde octubre pasado, un amplio equipo de casi 100 personas que no se han despegado de los vestuarios de la ciudad deportiva y del Camp Nou, microfonados ambos de forma permanente. De forma discreta, como todos los movimientos de ese numeroso equipo. Querían que los jugadores se olvidaran de las cámaras. Y lo lograron en las más de 500 horas de material grabado en los 100 días de rodaje donde llegaron incluso a tener hasta cinco unidades distintas al mismo tiempo, incluyendo una en un helicóptero sobrevolando el Camp Nou en el clásico. Porque hubo casi 100 Juanes para enseñar, al fin, lo que pasa dentro del Santo Grial.