un partido singular

Barça-Santboiana, con el rugby en el alma 95 años después

Los dos equipos reviven este sábado en La Teixonera el primer derbi que jugaron hace 95 años, en plena resaca del Mundial ganado por Sudáfrica

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Sergi López-Egea

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El 9 de noviembre de 1924 estaba prohibido hablar en catalán. Tampoco se podía exhibir la 'senyera' y se había disuelto la Mancomunitat de Catalunya. Había guerra con Marruecos y un dictador, el general Miguel Primo de Rivera, había instaurado una dictadura militar bajo el reinado de Alfonso XIII. No existía la Unión Europea y Benito Mussolini proclamaba sus leyes fascistas en Italia. No había tiempo para jornadas de reflexiones. El presente –y hasta un futuro poco democrático– estaba claro. Pero 30 muchachos se calzaron las botas. Ya hacía unos meses que Joan Gamper había fundado la sección de rugby azulgrana y tres años que la Santboiana se había convertido en el primer club de España que proclamaba como cultura el deporte del balón ovalado.

"Venció el Santboiana pero nada diremos de estos porque todos conocemos su energía y calidad (...) El partido en general fue excelente por el juego abierto empleado siempre, noble y de gran viveza". Así contaba la prensa deportiva la victoria por 4-3 de la Santboiana ante el Barça. La casualidad ha querido que este sábado a las 14 horas (Esports 3 y Barça TV), ambos equipos se reencuentren, en la Liga y en el derbi catalán. Y lo hagan en plena resaca de un Mundial de rugby que ha hecho girar al planeta de forma ovalada, para detenerse en Sudáfrica, durante más de un mes en Japón.

"Ahora ya te encuentras a un par de niños o niñas en cada escuela que juegan al rugby"

Pablo Ortiz

— Jugador del Barça

Dos de los protagonistas del derbi de La Teixonera (Pablo Ortiz, por el lado azulgrana, y Oriol Pujol, por la Santboiana) aprovechan la cita para hablar de rugby, de la pasión por este deporte, del presente y el futuro de la práctica en Catalunya y del sacrificio que supone dedicarse a una especialidad que está muy lejos de ser profesional. "Solo recibimos lo que podríamos denominar como primas para que ni la ficha, ni gastos como los desplazamientos, corran de nuestra parte", explica Pujol.

Ellos nada saben de aquel primer derbi jugado hace 95 años porque ni siquiera habían nacido los abuelos de Pablo Ortiz Oriol Pujol. Pero sí quieren pensar que el Mundial de Japón debe marcar una nueva época para este deporte en Catalunya. "Ahora ya se nota que hay una cultura del rugby en Catalunya, pues no es como antes y en cada escuela encuentras a un par de niños o niñas que juegan a este deporte", explica Ortiz. "El problema es que es un deporte muy complejo, complicado de entender y a veces hasta poco dinámico para el espectador... pero ¡ay!, cuando lo descubres, se va transmitiendo, queda para siempre y, encima, es un deporte donde no existen ni las diferencias ideológicas, ni los enfrentamientos entre aficiones", añade Pujol.

"La pena es que tras el impacto del Mundial luego se nos olvida, pero aun así seguimos creciendo"

Oriol Pujol

— Jugador de la Santboiana

 "Aquí nos conocemos mucho, sobre todo porque la mayoría de jugadores del Barça y la Santboiana hemos coincidido en diversas selecciones, desde juveniles. Y porque hasta hemos tenido la suerte de haber jugado con algún All Black y descubrir que ellos son como colegas. Es otro mundo", cuenta Ortiz.  "La pena es que ahora ha habido un gran impacto mediático pero luego se nos olvida y los medios no dan la repercusión al rugby que necesitaríamos. Pero aún así, seguimos creciendo", afirma Pujol con optimismo.

Los dos cursan estudios de economía, aunque en universidades distintas. Pablo ha sido internacional con España en categorías inferiores y Oriol tiene como un recuerdo imborrable la final de la Copa del Rey jugada y ganada en Valladolid con más de 20.000 personas en las gradas del estadio de Zorrilla. "Aquí reina una cuestión cultural de respeto al rival cuando termina el partido y eso es algo que se transmite", dice Pujol. En el partido de este sábado, nobleza aparte, predominará el dicho de que la fuerza los acompañe. Como en 1924. Como siempre. Sacarán los cuchillos pero luego serán colegas. 

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