EL MALESTAR DE LA ESTRELLA

Messi, de Anoeta a Neymar

El astro sacude las estructuras del Barça al expresar su frustración porque no se haya fichado al brasileño

Messi, en el trofeo Joan Gamper en el Camp Nou.

Messi, en el trofeo Joan Gamper en el Camp Nou. / periodico

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A veces, Messi sacude con sus ausencias las estructuras del Barça un club que vive pendiente (y dependiente) de su estrella. Pero también lo hace con sus palabras. Hace cuatro años y medio, el astro no se presentó a un entrenamiento de puertas abiertas el día de Reyes tras la derrota en Anoeta en la que Luis Enrique lo sentó inicialmenten en el banquillo. Aquel enero del 2015 desencadenó, curiosamente, la conquista de la Champions  y el triplete, con un tsunami que se llevó por delante a Andoni Zubizarreta, entonces director deportivo, y provocó el adelanto de las elecciones, en las que arrasó Josep Maria Bartomeu. No necesitó Leo ni abrir la boca para que el club entrara en combustión.

Ahora, en cambio, ha usado la palabra para agitar todas las áreas del club (desde el presidente al vestuario pasando por los despachos de la secretaría técnica). Lo ha hecho a través de la entrevista concedida en exclusiva a Sport (y reproducida ayer por este diario)  en la que la estrella ha destapado la profunda frustración que le embarga al ver que no se cerró el fichaje de su gran amigo Neymar.

Con sus palabras, el '10' señala tanto a Bartomeu como la inestable estructura deportiva del club

Antes, se interpretaban los silencios de Messi. Ahora es todo mucho más directo. Aún no se le ha visto jugar esta temporada debido a esa lesión muscular en el sóleo de la pierna derecha que sufrió el pasado 5 de agosto en su primer día de entrenamiento, pero ya se le ha escuchado airear sus quejas sobre el funcionamiento del club, lo que ha vuelto a provocar otro terremoto interno.

Puyol, mejor que Abidal

Messi es siempre muy cuidadoso con sus gestos. Y, por supuesto, con sus palabras. Más aún incluso por su condición de primer capitán tras la marcha de Iniesta la pasada temporada a Japón. Nada en Leo resulta improvisado o circunstancial. No le ha gustado nada el desenlace del caso Neymar, convencido como estaba de que el retorno del brasileño haría mucho más fuerte al Barça, que se ha estrellado las cuatro últimas temporadas en Europa, con dos caídas tan terribles (Roma y Anfield) que han dejado secuelas imposibles de borrar.

"No hay ninguna grieta entre Leo y el club" (Josep Vives, portavoz del Barça)

El Barça, a través de su portavoz Josep Vives, se empeñó en dulcificar las declaraciones de Messi.  "No hay ninguna grieta entre Leo y el club", se apresuró a declarar ayer en la presentación del Observatori Blaugrana. "No podemos hacer un pulso con nosotros mismos ni gastar energía en eso... Y, desde luego, no vemos, en absoluto, un pulso de Messi al club por esta entrevista", añadió Vives, sin asumir en ningún momento la tremenda preocupación que ha generado en el interior del club.

Afecta a todos. Desde el presidente, al que Messi no cita en ningún momento, hasta Abidal, al que tampoco cita pero al que alude al decir que preferiría que estuviera "Puyi" (Carles Puyol) en su puesto. Llega la inquietante voz de Messi justo en el momento en que empieza la temporada de verdad, con cinco puntos de desventaja con el Atlético. Inquietante porque el argentino es, más que nunca, dueño de su destino. Y se puede ir gratis en junio. A donde quiera.

1.- Messi lanza varios mensajes a Bartomeu

"Sinceraremente no sé si el Barça hizo todo lo posible para fichar a Neymar". Más rotundo no ha podido ser Messi. Duda de las verdaderas intenciones del club, quien presentó su primera oferta por escrito al Paris SG el 27 de agosto, ya en la última semana del mercado. Así lo reveló Leonardo, el director deportivo del club francés. Duda Leo porque él tenía, y tiene, la información de la otra parte.

O sea, de Neymar, con quien ha estado en permanente contacto durante este tumultuoso verano que ha terminado con el brasileño en París.  Y con Leo enfadado en Barcelona. "Sé lo que hablaba con Ney, lo que me contaba él de cómo iban las cosas", reveló Messi al diario Sport, asumiendo que tenía mucha más información desde ese flanco que de la propia directiva azulgrana, que viajó en un par de ocasiones a París. 

A cada renovación le ha costado más al presidente hacerse la foto con el '10'. Aumenta ahora la intranquilidad para Bartomeu

Dos viajes infructuosos porque, al final, Neymar no salió del Parque de los Príncipes. Y para Messi era fundamental, porque daba un empujón de calidad necesario al equipo para recuperar el trono perdido en Europa. De ahí que se haya sentido decepcionado por esa deseada operación que no se ha concretado. Duda, además, la estrella del plan deportivo trazado por la junta de Bartomeu ("no sé si es mejor plantilla o no que la pasada temporada", llega a decir), además de restar valor a la fuerza que tiene su opinión. O incluso la de sus propios compañeros. "Yo no mando en el club", afirma.

Si mandara realmente, Neymar estaría ahora con la camiseta azulgrana. A Bartomeu   le toca vivir meses de intranquilidad, pendiente del futuro de Leo. Ya sudó para renovarlo en el 2014 (firmó horas antes de irse al Mundial de Brasil) y en el 2017 (acuerdo en julio, firma en noviembre). Cada vez le cuesta más hacerse la foto con la estrella.

2.- Messi quiere seguir, pero pone condiciones

"Esta es mi casa y no quiero irme, pero quiero ganar". Sí, pero no. Ese es el mensaje de Leo Messi, que encara con toda la libertad del mundo el penúltimo año de su contrato. Seguirá, pero si se mantienen las condiciones deportivas que pide, exige y necesita el astro. No le basta con encadenar dos Ligas consecutivas con Valverde, sometiendo al Madrid, porque, como se ha encargado de recordar, "hace mucho que no se gana la Champions y debemos volver a lograrlo".

No habla de dinero ni de la cláusula de escape para irse gratis en junio. Exige un equipo ganador

Cuatro años son una verdadera tortura para el 10, consciente, además, de que eso le aleja también de los premios invididuales, empeñado como está en romper el empate a cinco Balones de Oro que tiene con Cristiano Ronaldo. «Lo único que quiero es ganar. La cláusula o el dinero no significan nada para mí», recordó Messi.

Y ese es el mensaje que viene trasladando, pero sin éxito, a la directiva azulgrana, especialmente en estos dos años donde la errática planificación deportiva (Coutinho, uno de los elegidos para ocupar la plaza del fugado Neymar, está ahora cedido en el Bayern de Múnich) ha acabado condenando al equipo.

No se trata, como sostiene Leo, de fichar grandes jugadores para completar la plantilla. Jugar en el Barça requiere algo más. "Algunos fichajes no se sueltan en el Camp Nou; otros, sí", apunta el astro. "No es fácil llegar y jugar en el Barcelona por lo que este club es", repite luego Messi, obsesionado en reconstruir la fotografía de un Barça dominador y apabullante, especialmente en Europa. Esa imagen data de la primavera del 2015 cuando formó el tridente con Suárez, que está a punto de reaparecer, y Neymar, a quien quiso volver a tener a su lado pero no lo consiguió. Pasan los años y Leo no quiere que el tiempo se le eche encima sin más Champions.

3.- Messi exculpa a Valverde y es frío con Griezmann

"Todos se imaginaban la destitución de Valverde, pero... Como dije en su momento, fue culpa nuestra, de los jugadores". Ni un solo reproche de Messi hacia su entrenador. Ni uno solo. Tiene muchos motivos de preocupación el astro. Pero ninguno dirigido hacia la figura silenciosa que ocupa el banquillo del Camp Nou desde hace dos años. Dos años marcados por la figura de Neymar. Cuando aterrizó, Valverde vio cómo a inicios de agosto del 2017 se le iba uno de los pilares de su estructura. Remontó, ganó la Liga y se estrelló en Roma. Al segundo curso, más de lo mismo. Liga fácilmente ganada, pero más cruel aún la caída en Europa. "No tuvo nada que ver con el partido que hicimos en Anfield y el resultado. Y fue más cosa nuestra que del técnico", se empeña en eximir la estrella a su entrenador.

Elogia al técnico, da otro toque a Dembélé  y avisa que no correrá riesgos con la "traicionera" lesión muscular que le tiene de baja

Comprensivo y tolerante con el Txingurri se muestra Leo. No lo es tanto, en cambio, con Dembélé, a quien califica de "jugador impresionante". Pero no basta, dice, solo la calidad para triunfar en el Barcelona. Se necesita mucho más. "Puede hacer lo que él quiera, que es muy joven, pero debe hacer el cambio ese a ser profesional". Le pide el capitán al joven que se comporte como se espera. recordando que en la temporada pasada "cuando más lo necesitábamos se lesionó".

Protege Messi a Valverde, avisa a Dembélé y se muestra hierático cuando le preguntan por Griezmann, por quien se mojó hace un año. Se mojó en vano. Cuando le preguntaron si ya conoce al exdelantero del Atletico, destila frialdad máxima. "Muy poquito, la verdad. Muy poquito porque desde que llegué estoy lesionado y entreno al margen". Apenas un entrenamiento llevan juntos. Y Messi no volverá hasta que esa "traicionera" lesión muscular no lo deje tranquilo. El sábado no juega contra el Valencia.