CHARLA CON LA CAPITANA DEL BARÇA

Marta Torrejón: "El Mundial de Francia ha sido un cohete para nosotras"

Marta Torrejón, en la ciudad deportiva del Barça en Sant Joan Despí.

Marta Torrejón, en la ciudad deportiva del Barça en Sant Joan Despí. / periodico

Marcos López

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No se entiende el fútbol sin ella. Lleva más de una década en la élite. Primero en el Espanyol, luego en la selección española, a la que acaba de renunciar, y, finalmente, en el Barça. Marta Torrejón, aquella niña que corría feliz tras un balón cuando apenas tenía año y medio, mientras su padre jugaba por los campos de Catalunya, ha vivido el viaje del anonimato a la explosión del reciente Mundial de Francia. De vivir lejos de las luces a estar en el centro del escenario. A sus 29 años llega relajada a su cita con EL PERIÓDICO. No tiene prisa ninguna. No mira el reloj en la casi media hora de conversación sobre su vida. ¿El móvil? No se ve. Y si lo lleva debe estar escondido en una diminuta bolsa de mano. Y se emociona al ver una imagen suya justo antes de la primera jornada de una nueva Liga. Con nuevo clásico: Barça Femení-CD Tacón (sábado 7 de septiembre, 18.00 horas, nuevo estadi Johan Cruyff).

-¿Dónde es esta foto? Es en el campo del Vilassar de Mar. Estaría jugando mi padre y salió el balón fuera. Entonces yo fui corriendo a cogerlo. Y esta foto me la debió de sacar mi madre. Me pilla cuando vuelvo toda feliz con la pelota en mis manos. He conseguido el balón. Debía de tener ahí un año y medio o dos como mucho. Esa foto es, en realidad, mi vida. Como se ve ahí, siempre al lado de un balón. Desde muy pequeña, vamos. Me he criado en campos de fútbol, mi hermano Marc empezó a jugar a los cuatro años. Cuando yo nací, él ya jugaba en equipos pequeños. Y mi padre también jugaba a fútbol.

- ¿De defensa? Sí, toda mi familia ha sido defensa. Mi padre jugó con mis dos tíos por parte de madre. Y los tres eran defensas. Mi tío Carlos llegó a jugar en las categorías inferiores del Espanyol y del Barça. Desde siempre he vivido en campos de fútbol. Toda mi vida ha girado en torno a la pelota.

-¿Nunca quiso ser otra cosa? Cuando iba a tercero de primaria, que debía tener 9 años, me gustaba mucho el tenis. Tengo un trabajo de aquella época, de esos típicos en los que te preguntan qué quieres ser de mayor…

-¿Y usted qué contestó? Quería ser veterinaria, tampoco me he alejado demasiado porque soy bióloga, y quería ser también tenista. Además, en ese trabajo, que todavía guardo en casa, contaba que quería montar mi propia clínica veterinaria. Pero el tenis era más caro. Había que invertir mucho más dinero. Al final, no se pudo hacer.

-Entonces, volvió al balón. Sí. Según me han contado mis padres, a los 4 años quería apuntarme a un equipo. Pero me dijeron: "Espérate, a ver si te decantas por otro deporte". A los 7, con un profesor del colegio, empezó todo: "¿Te quieres apuntar con nosotros?". Era el Salesians de Mataró. ¿Qué le dije? Pues que sí. Llegué a casa toda contenta y le dije a mi madre que me había apuntado a un equipo de fútbol. Era un equipo mixto.

-¿Ya de defensa? No, de defensa empecé en el Espanyol. Al llegar allí, y como había pegado un buen estirón muy pronto con 12 años, me colocaron atrás. Era grandota, había crecido bastante y me pusieron de defensa en el Alevín A. Pero en el Salesians de Mataró jugaba de extremo, de medio… Siempre, eso sí, por la derecha. Aunque también he jugado de lateral izquierdo.

-¿Cómo se fija el Espanyol en usted? Fue Jose Manuel Casanovas, que en paz descanse. Imagino que como mi hermano estaba allí ya… Debía de llevar cuatro años o así. Además, en esa época no estaba la ciudad deportiva Dani Jarque. Se jugaban los partidos en el campo del Europa. Y en el descanso dejaban salir a los niños a jugar en los descansos. Eran tiros a portería, hacíamos el fútbol de calle de toda la vida aprovechando esos descansos. Junto al hermano de Sergio Urbano y otro hermano de un compañero de Marc, mi hermano, salíamos al campo a darle patadas. Mi padre siempre me retaba: "Si le das al larguero te doy cinco duros y te vas a comprar algo al bar". No creo que se fijaran en los Salesians, pero un día se acercó Casanovas a mis padres y les dijo: "Oye, ¿qué os parece si le hacemos una prueba a vuestra hija?". En un primer momento, mis padres pensaron que era para el femenino. En esa época no había, sin embargo, fútbol-base. Lo que tienen es fútbol 7 o amateur. Pero yo tenía 12 años. Yo jugaba fútbol 11. "No, me refiero a probar con nuestro equipo masculino, con los chicos, con el mixto".

"Mi primer año en el Espanyol fue muy duro. Era la única chica del equipo. En casa nos planteamos: 'Mira, Marta que esto no sea una angustia para ti. Vuelves al equipo del colegio y ya está' Pero aguanté"

-¿Y qué pasó? Pues estuve un mes de prueba. Era un cambio bastante drástico. Del colegio, con mis amigos de siempre, de estar en mi entorno a ir a Barcelona. Teníamos un bus que nos recogía, nos llevaba a los entrenamientos, ruta... A clase por la mañana y luego tardes de entrenamiento. Alevín A, Infantil B e Infantil A. Todo era bastante nuevo, el primer año fue muy duro, muy duro. Con el equipo, con la adaptación. Era la única chica. Era bastante duro, al punto de que en casa nos planteamos: "Mira, que esto no sea una angustia para ti, Marta. Vuelves al equipo del colegio y ya está. Luego, ya veremos".

-Pero no volvió. Aguanté, estuve dos años más y a los 14 me pasaron al equipo femenino. Tampoco había entonces tantos equipos en las categorías inferiores. Y si el entrenador consideraba que valías, ¿para qué ibas a estar en el filial? "Mira, Marta harás la pretemporada con el primer equipo y si el entrenador cuenta contigo pues…". Se fichó en aquella época a Santi Fernández como técnico. Hice la pretemporada y me quedé. Me quedé y jugué. Y hasta aquí. Ahora que lo recuerdo no da la sensación de que haya pasado tanto tiempo.

"Nunca tuve la sensación de que estaba sacrificando algo. Dejé muchas cosas de lado, pero al final es una pasión"

-Son 14 años ya. Sí es verdad. Ha pasado muchísimo tiempo. He dedicado toda mi vida a esto. Todo vinculado al fútbol. Me he organizado en relación al fútbol. Ahora en el Barça puedo vivir de ello y está todo muy organizado, pero antes… Hace 12 o 13 años era complicado. Muy complicado. Pero nunca tuve la sensación de que estaba sacrificando algo. Ni mucho menos. Dejé muchas cosas de lado, pero al final es una pasión. Lo haces porque te gusta. No es ni un hobby, es pasión, es lo que tú has decidido.

-Renunciando a muchas cosas, ¿o no? Estoy muy contenta con la carrera que he tenido, con la gente que se ha ido cruzando por el camino, con la gente que he conocido. Sigo teniendo mis amigos de toda la vida. Están ahí. No los veo tanto como antes. Pero ahí está, por ejemplo, nuestro grupo de Whatsapp, celebrando los cumpleaños con los colegas de toda mi vida con los cafés, con las cenas… Sigo manteniendo mi grupo del colegio. No me falta de nada. Ni he dejado nada de lado. Ha merecido la pena. Por supuesto que sí. No me arrepiento de ninguna decisión. Jamás pensé en dejarlo. Sí es verdad que mi primer año con los chicos en el Espanyol fue duro. No lo recuerdo así, pero es por lo que me cuentan mis padres.

"Soy bióloga y ahora estudio Geografía y Historia a distancia. Me veo ejerciendo de bióloga, me gusta mucho la docencia" 

-Compaginado, al mismo tiempo, fútbol y estudios. Ahora soy bióloga y estudio Geografía y Historia por la UNED. A distancia, no es presencial.  Lo haces a tu manera, es una forma de seguir formándote, de culturizarte, de aprender más… La historia, a medida que me voy haciendo mayor, cada vez me interesa más. Soy de las que piensa que la historia no se debe olvidar nunca. Es el primer paso para no cometer los mismos errores. Para ello tienes que conocerla.

-¿Por qué eligió Biología? Tenia diferentes opciones. Me gustaba mucho la Genética. Era era mi primera opción. Quería hacer Biotecnología, pero la nota era muy alta. Encima, durilla, con asignaturas de números que a mí no se me daban muy bien. En aquel tiempo la Genética era una rama de la Biología. Cogías a partir del tercer año. Entonces, me metí en Biología. Estudié en la Autónoma, en Bellaterra. Me gustaba mucho el medio ambiente, el cuerpo humano, veía que estudiar algo relacionado con el deporte podía ser algo mismo. Pero me gustaba descubrir otros aspectos. Al final dicen que los biólogos tocan mucho pero nada…

-¿Se ve ejerciendo? Si me sale un trabajo, sí. No sé bien de qué. Me gusta mucho la docencia, pero tengo que sacarme el máster. Me gusta e interesa mucho la Biología. Hace mucho tiempo que la acabé y estas cosas las debes ir refrescando de manera continuada. Me gustaría, por ejemplo, mejorar mi inglés.

-Y, mientras, ha protagonizado el enorme cambio del fútbol, del anónimo Mundial de Cánada a la locura mediática de Francia. Como Mundial, el de Canadá para mí fue espectacular, cruzar el charco por vez primera, todo lo que se movió alrededor. Al final, hubo cosas negativas, como el despido del entrenador, que enturbió todo. Francia ha sido un cohete para nosotras. Nos ha ayudado a asentarnos, a que esto sea realmente fijo. Que no sea una moda. O algo provisional. O pasajero. No es una moda que pase dentro de dos años. Se nos tiene en cuenta, se nos valora, también recibimos nuestras criticas positivas y negativas, como debe ser. En repercusión mediática, nada que ver.

"No me gusta olvidarme de las chicas que vinieron antes de nosotras. Yo vengo de campos de tierra, pero nuestras pioneras aún lo tuvieron más difícil. No me considero una pionera"

-Del campo de tierra a estrenar el estadio Johan Cruyff. A mí no me gusta olvidarme de las chicas que vinieron antes que nosotras. Ellos lo tuvieron mucho más difícil. Vengo de campos de tierra, de condiciones rudimentarias. Pero nuestras pioneras, aún más. No me considero pionera porque antes hubo otras mujeres que rompieron esas barreras y en condiciones más adversas. Mucho peores. La evolución ahora ha sido mucho más rápida. Lo que he vivido en estos años ha sido algo espectacular. El camino está más plano para las que vienen ahora y seguro que podrán recoger más cosas que nosotras. Pero jamás hay que olvidarse de los inicios. De dónde vienes. Es básico.

"No solo juego por mi sino por toda esa gente que abrió puertas que parecían imposibles"

-El cambio ya se ha dado. Sí, el clic ya está hecho. Ya no hay marcha atrás. Esto camina. Hemos llegado, se nos ha escuchado, nos hemos asentado y esto va para adelante. No tiene freno. Poco a poco, la gente te conoce, aunque alguien diga que este fútbol no nos interesa, no podrá pararlo. Ahora ya se está trabajando para conseguir, al fin, nuestro convenio. Estamos peleando por ello. Tenemos muchas armas para que esto no vaya hacia atrás sino para todo lo contrario. Pero no podemos olvidar nunca de donde venimos. Hay que seguir hacia adelante, aunque siempre con los pies en la tierra. Yo soy de la opinión que mejor ir a pasitos cortos, pero bien hechos, que a pasos agigantados que luego no se sostienen. Y que esto no pare. Tenemos que conseguir que el trabajo hecho durante tantos años lo continúen, lo cuiden y lo echen para adelante. Yo no solo juego por mí sino por toda esa gente que abrió puertas que parecían imposibles. Hay que agradecérselo a toda la gente. Nuestro fútbol es muy generoso. Todos han trabajado muchísimos, se han dejado todo sin recibir casi nada a cambio y ahora mira dónde estamos. Hay que cuidarlo, hay que mantenerlo.

"No tenemos que ser personas vacías. Ante los problemas tenemos que ayudar. Hablo de violencia de género, inmigración, medio ambiente, cambio climático... Temas que me interesan y me tocan. A mí y a todos"

-Ahora, además, del fútbol tienen también una responsabilidad social. No me gusta considerarme un personaje público. Ni que porque tenga más seguidores en las redes sociales que otras personas mi opinión tenga más valor. Y lo que diga esta chica va a misa, pues no… Pero tenemos que ser conscientes de los problemas que tenemos en nuestra sociedad. No tenemos que ser personas vacías. Y ante los problemas hay que intentar ayudar. Es verdad que una sola persona poco puede hacer, pero sí que a su manera puede colaborar para denunciar injusticias o reclamar soluciones a problemas sociales. Si puedes echar una mano, debes hacerlo. Estoy hablando de violencia de género, inmigración, medio ambiente, cambio climático… Son los temas que me interesan. Y me tocan. A mí y a todos. Por eso, me implico en ellos.