BARÇA JUVENIL A - AJAX (0-2)

Un emotivo toque de Jordi abre el estadi Johan Cruyff

Jordi Cruyff realiza el saque de honor junto a Danny, su madre, y los capitanes del Barça, Barça B y capitana del Barça femenino.

Jordi Cruyff realiza el saque de honor junto a Danny, su madre, y los capitanes del Barça, Barça B y capitana del Barça femenino. / periodico

Marcos López

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Iba Jordi escoltado por Danny, su madre. Iba Jordi Cruyff camino del centro del reluciente estadi Johan Cruyff escoltado por los cuatro capitanes del Barça B (Messi, Busquets, Piqué y Sergi Roberto), Ferran Sarsanedas, el dueño del brazalete en el filial, y Marta Torrejón, la capitana del Barça femenino. Ahí en medio del nuevo templo de la cantera azulgrana estaba depositado un trozo de césped del viejo Mini, construido en 1982 en la tarde en que Amor suplió a Maradona. Ahí iba Jordi, emocionado, al encuentro del primer balón (era original de la temporada 1973-74, firmado por todos los jugadores de aquel Barça) que rodaba delicadamente por un césped de película.

El Barça estrenó el campo con la derrota del Juvenil A dirigido por Víctor Valdés sobre el Ajax de Heitinga. En el palco, la mujer y el hijo de Johan. Y Valverde, acompañado de su cuerpo técnico, mientras Piqué, Sergi Roberto, Busquets y De Jong, que venía a ver a la gente del Ajax, su club de toda la vida, tomaban asiento en una zona especial. En la hierba un grupo de jóvenes ilusionados en convertir este estadi Johan Cruyff en la última puerta previa a su llegada al Camp Nou. Entre ellos, y con una poderosa carga simbólica, estaba Nico González, el hijo de Fran.

Los goles de Naci Ünüvar

Lucía los jugadores los dorsales, como en el viejo fútbol. Del 1 al 11. Pero el 10 no estaba. Estaba, eso sí, el 14. El número de Johan en la tierna espalda de Nico, quien pudo marcar el primer gol en una ocasión muy clara, pero erró. Ese honor correspondió a Naci Ünüvar, un joven de 16 años, uno de los grandes talentos de la Academia del Ajax, que firmó un duro y seco disparo desde fuera del área para rubricar el 0-1 (m. 36). Peque, el delantero azulgrana, disfrutó de dos oportunidades. No acertó. Luego, Nico esquivó, muy a su pesar, colarse en la historia como autor del primer tanto. Pero Naci Ünüvar, de nuevo, quiso dejar otro maravilloso gol (m. 78) antes de volver a Holanda. Uno de potencia, el primero; otro, el segundo, lleno de dulzura. Por eso, la afición azulgrana lo despidió con una gran ovación. Se lo merecía. El talento siempre se aplaude.

Sin Ansu

Ansu, la gran estrella del juvenil A azulgrana, se lo miraba, entretanto, desde la grada. Pertenece, aunque parezca mentira, a la disciplina del primer equipo tras su asombroso debut, con apenas 16 años, en el Camp Nou. ¿El partido? Una idea de juego, dos camisetas. Una manera atractiva de entender el juego. Había, todo hay que decirlo, un respetuoso silencio en la nueva casa de la cantera. Como si nadie quisiera profanar el estadi JC. Se oía el sonido del balón, volando rápido por la hierba. Fieles ambos al cuidado extremo de tan valioso tesoro. Con el 4-3-3 que engrandeció y honró Johan hasta convertirlo en un libro sagrado. Ese silencio quedó interrumpido ya en la segunda mitad por la ovación a Naci Ünuvar.

No se llenó, sin embargo, el nuevo estadio Johan Cruyff, que reunió 5.214 espectadores. Caben 6.000. Además incluso el público iba abandonando en la segunda mitad la nueva joya de la ciudad deportiva, que acogerá a partir de ahora los partidos del Barça B, el juvenil A de Valdés y el Barça femenino. La nueva casa es coqueta, funcional. Ahora solo falta que el talento se exprese. En el viejo Mini, que pronto será derruido, nacieron AmorGuardiolaDe la PeñaXaviPuyolValdésIniesta y un tal Messi.