POLITICA DE CANTERA

El Barça no derrama una lágrima por Xavi Simons

Xavi Simonse, con la camiseta del PSG.

Xavi Simonse, con la camiseta del PSG. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Nadie, ni uno solo de los responsables del fútbol base del Fútbol Club Barcelona, se ha rasgado las vestiduras ni derramará una sola lágrima por perder al cadete, casi juvenil, holandés Xavi Quentin Shay Simons, de 16 años, que ha preferido fichar por el París Saint Germain antes que firmar su primer contrato profesional con, en teoría, el club de sus amores, el Barça. Y no lo han hecho ni lo harán porque, según todas las versiones recogidas por EL PERIÓDICO, el Barça ha hecho todo, y más, por retener a una de las promesas de la cantera azulgrana. Los responsables de La Masia le hicieron una oferta económica astronómica para su edad y le plantearon un proyecto deportivo único, realmente único. Y tanto su padre como su teórico manager o asesor, el popular y singular Mino Raiola (De LigtPogba e Ibrahimovic, entre otros jugadores que controla), rechazaron la oferta.

La historia de Simons, que se despidió, cómo no, del Barça y de su afición a través de las redes sociales que tan bien maneja y donde posee, cuentan, casi un millón de seguidores (“hoy es un día complicado porque a nadie le gusta despedirse y menos cuando tienes que decir adiós a la que ha sido tu casa tu familia y tu vida desde que tienes uso de razón”), empieza, el pasado mes de septiembre, cuando el Barça, como ha hecho con todos los jugadores en fase de saltar de cadete a juvenil, es decir, en el momento en que ya deben firmar su primer contrato profesional, superados los 16 años, inicia las negociaciones para retener al rubio centrocampista holandés (clon de Busquets, dicen).

El precedente de Eric García

La situación se remonta, por supuesto, a uno de los momentos más desgraciados de la historia de La Masia cuando, hace un par de temporadas, un despiste de sus responsables (reconocido públicamente por todos ellos), permite al hambriento y sediento Manchester City arrebatarle al Barça a uno de sus mejores juveniles, Eric García. Aquello, juzgado por todos los responsable de la cantera azulgrana como "un auténtico despiste inadmisible", sirvió para que, a partir de entonces, en el último año de cadete de todos los canteranos se disparen las alarmas y se entre (si interesan) en negociación con ellos, con sus padres o sus managers, pues todos ellos poseen abogado desde cadetes, para plantearles su primer contrato profesional.

Es evidente que, ni en el Barça, ni en el City, ni en la Juve, ni en el United, ni en el Chelsea, ni en ningún grande, caben todos los juveniles. De ahí que la política del Barça sea, siempre, asegurar, como poco, como mínimo, el Top-1 y Top-2 de cada generación, de cada hornada. Y, en ese sentido, equivocada o acertadamente (ya se verá), el Barça coloca todos los huevos en dos cestas: el centrocampista Ilaix Moriba y el extremo Ansu Fati. Prioridad absoluta es renovar a Ilaix y a Ansu, cosa que el club ha logrado de inmediato, lo que, en ese sentido, es, sin duda, un rotundo éxito.

Luego, tratan, por todos los medios, de retener al Top-3, el siguiente escalón, y ahí estaba, más por su proyección mediática que por su capacidad futbolística o crecimiento físico, Xavi Simons, a quien varios de los técnicos de la casa no veían, realmente, en el mismo nivel que MoribaAnsuTxus Alba, el lesionado Jorge Alastuey (su lesión ha permitido a Simons jugar muchísimos minutos en el cadete A) o el prometedor Marc Casadó, procedente de la Damm y considerado por todos los ‘misters’ de La Masia con un auténtico clon de Pep Guardiola.

Aún sin ser del nivel de todos los citados, según la opinión de la cátedra de La Masia, el Barça, según todas las fuentes consultadas por El Periódico, hizo una excepción y le preparó a Simons, mejor decir a su padre y a su asesor Raiola, un plan económico y un proyecto deportivo que, casi todos ellos, consideraban poco menos que “irrenunciable”, pero que el propio chico ha rechazado considerando, según su despedida vía redes sociales, que “me toca empezar una nueva y emocionante aventura fuera del Barça”.

La megaoferta del PSG

No deja de ser curioso que justo cuando un mito del fútbol holandés, el goleador Patrick Kluivert aterriza como mandamás en La Masia, el Barça pierda a un juvenil 'orange' que ya se ha hecho un hueco en su selección. Lo cierto es que si Simons se va no es porque el PSG, nadie sabe si por réplica al ‘show Neymar’, le proporcione un mejor proyecto deportivo que el que le había dibujado el Barça. Imposible. Todos, en los despachos de La Masia, intuyen que Simons se va por dinero, pues, según todos los indicios, el club catarí le ofrece 500.000 euros por temporada (hay quien habla, incluso, de un millón), una auténtica locura para un juvenil de primer año, cuyo físico, de momento, es el que es.

La oferta del Barça, progresiva en lo económico y deportivo, es, realmente, espectacular. El Barça le ofreció a su juvenil 100.000 euros el primer año (es decir, 8.333 euros al mes); 125.000 euros, el segundo y 175.000 euros, el tercero. No se acababa ahí la lluvia de miles de euros, pues si Simons escalaba al Barça B, Simons recibiría 225.000 euros. Todo eso para un chico de 16 años.

El proyecto deportivo ofrecido por el Barça, contemplaba que Simons realizase la pretemporada con el juvenil A para, posteriormente, jugar en el juvenil B. Ese inicio tenía, como premio, entrenarse durante las primeras semanas a las órdenes de Víctor Valdés, exestrella azulgrana que acaba de hacerse cargo del juvenil más importante del Barça. La idea (y así se le comunicó al padre de Simons) era que, a mitad de temporada, cuando Simons hubiese ganado peso y talla en el juvenil B y, dadas las bajas que, sin duda, se producirán en el A, dar el salto al equipo de Valdés.

No siempre se puede

Pero el padre de Simons, asesorado por Raiola, descartó aceptar ese plan y exigió, desde el minuto uno, que Xavi formase parte de la plantilla del juvenil A. Los técnicos de La Masia trataron de explicarle al progenitor de la estrella azulgrana que el juvenil A, integrado en su mayoría por muchachos de 18 años, compiten en la Champions juvenil contra equipos, tipo Inter u Oporto, con juveniles de 18 años y no tenía sentido prepararle una encerrona de ese nivel al pequeño Simons.

Ni papá Simons, que está en su perfecto derecho de buscar lo mejor para su hijo, ni Raiola, estuvieron dispuestos a variar de plan y aceptaron, de inmediato, la oferta del PSG. Así fue como Xavi Quentin Shay Simons, que llegó a La Masia, con solo 9 años, procedente del AZ Alkmaar holandés, decidió cambiar de club, ciudad y proyecto para abrazar los colores del milmillonario PSG.

“No hubiese encantado, por supuesto, que Simons hubiese seguido con nosotros. ¡Cómo no!, es un jugador hecho a la medida e idea del Barça, con ADN azulgrana, pero creemos que tanto nuestra oferta económica como deportiva era inmejorable”, señaló ayer a El Periódico uno de los máximos responsables técnicos de La Masia, que, dada la movida que existe estos días en las oficinas de la cantera culé, prefiere mantenerse en el anonimato. “Es evidente que la postura de Simons y su familia es perfectamente defendible, entre otras razones porque se produce en el momento, en el cambio de cadete a juvenil, donde la decisión que han de tomar es vital para su futuro. Ojalá le vaya bien en París”.

Otros tristes precedentes

Es verdad que no todos los juveniles que han dejado el Barça de forma llamativa, sonora, espectacular e, incluso, provocando las críticas sobre los responsables de La Masia por dejarlos escapar, han tenido tanto éxito como Eric García en el City. Muchos recuerdan estos días en los campos de la cantera azulgrana varios viacrucis vividos, por ejemplo, por otras dos estrellas que dejaron el Barça, Jordi Mboula, delantero que fichó por el Mónaco y que poco más se ha sabido de él, y Robert Navarro, que también abrazó los colores del conjunto monegasco (fue el debutante más joven del Mónaco, con 16 años y 8 meses) y que ahora, tras pasar por serios problemas físicos de los que casi se desentendió el conjunto monegasco, trata de buscar un sitio en el Athletic para salvar su carrera.