mercado de fichajes azulgrana

El inaudito pulso de Neymar al PSG

Neymar, en el entrenamiento de Brasil en Gran Comary este sábado.

Neymar, en el entrenamiento de Brasil en Gran Comary este sábado. / periodico

Joaquim Piera

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Repatriar a Neymar, un bienio después de su traumática salida, es una operación imposible contablemente. Esta es la tesis que se alimenta desde la sala de máquinas del FC Barcelona, donde aseguran que no hay espacio en la masa salarial de la plantilla (tal vez la más generosa del planeta) para colocar la ficha del brasileño, que cobraba 22 millones netos cuando se fue, ni tampoco es factible afrontar una compra que podría llegar a los 200 millones.

Además, empíricamente no hay precedentes de que el PSG, bajo la dirección del fondo soberano de Qatar Sports Investments (QSI), se haya desprendido de ninguno de sus mejores futbolistas. Los fiascos azulgranas con Thiago Silva, Marco Verratti Rabiot así lo corroboran. ¿Cómo sería posible, pues, convencer a Nasser Al-Khelaifi a desprenderse de su futbolista estrella?

Siendo cierto este escenario, el Barça, entre bastidores, lleva días haciendo movimientos en sentido contrario al discurso oficial y que alimentaría las opciones de un posible regreso del brasileño. Hay informaciones periodísticas (Sport), no desmentidas por el club, que el Barcelona ya habría cerrado (verbalmente) un acuerdo salarial con Neymar en Brasil, donde el jugador y su familia siguen a diario cómo se desarrolla una denuncia muy 'sui generis' de violación que la modelo Najila Trindade presentó en una comisaría de Defensa de la Mujer, en Sao Paulo, y que aún está en fase de investigación. También aprovecha, cómo no, para asistir a alguna fiesta, como la del cumpleaños adelantado de Vinicius.

"Una fantasía"

Las negociaciones, como cualquier otra operación, tendrían que haber sido bendecidas por el CEO de la entidad, Òscar Grau, o sea el hombre de los números, aparte de Josep Maria Bartomeu, claro, gran valedor de tantear las posibilidades de una operación que buena parte de la directiva no comprende. "A estas alturas este fichaje es una fantasía", señala una fuente del club.

Neymar estaría dispuesto a recibir los mismos emolumentos de dos años atrás (con una rebaja significativa de ficha con relación a los 36 millones netos que cobra en París) y retiraría la acción judicial que interpuso al club para cobrar los 26 millones de euros correspondientes al bonos de renovación del contrato que él mismo rompió y que el club depositó en una notaría de Barcelona.

Haber cerrado un acuerdo con el jugador, imprescindible antes de cualquier intentona con el PSG, a finales de junio solo se sostendría por la voluntad del propio jugador de no volver a integrarse en la disciplina del PSG y que ya habría trasladado a la cúpula catarí, según asegura el portal brasileño Globoesporte.

Y ha sido Neymar, más allá de aceptar las mismas condiciones del bienio pasado, quien ha llevado a cabo una de las peticiones de Josep Maria Bartomeu: allanar totalmente el terreno para no tener que entrar una subasta por un futbolista que ya estuvo en el club. El brasileño ha congelado el interés de Florentino Pérez, que estuvo negociando sin éxito desde marzo con el padre del jugador, y del Manchester United, que sin estar en la Champions 2020 perdió cualquier tipo de opción.

El muro del PSG

Las duras declaraciones del presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, en France Football, en que pedía menos "vedetismo" y más compromiso con el proyecto no pretendía solo apretar las clavijas a la plantilla instaurando el toque de queda sino mostrar el hartazgo con Neymar y su falta de implicación.

Una grieta se había abierto. Ahora falta derrumbar el muro del PSG. Para ello, el brasileño ha contratado los servicios del intermediario israelí, Pini Zahavi, que tiene línea directa con los dirigentes catarís. Es el mismo agente que cosió el acuerdo con Neymar y el PSG, dos años atrás, y se embolso, según desveló Football Leaks, una comisión de 10,7 millones de euros, transferidas en una cuenta de su propiedad en Israel, después de intentar que el pago fuese realizado, sin éxito, primero, en Malta y después en Chipre.

¿Y Coutinho?

El Barça ha aprovechado el rebufo de Zahavi para intentar colocar a Philippe Coutinho en la operación de Neymar.  Habría habido un primer contacto, una primera oferta del Barça, según publica este miércoles Le Parisien, ya rechazada por el PSG. Los agentes de Cou llevan semanas buscando destino a su pupilo y con el Chelsea impedido de fichar por una sanción de la FIFA, París es prácticamente la única plaza europea que le asegura mantener los 12 millones netos por temporada que percibe en el Barcelona. La llegada de Leonardo a la dirección deportiva del PSG puede ayudar a desencallar el traspaso, como mínimo, el de Philippe, a quien lo dirigió durante algunos meses en el Inter de Milán (2009-10), en la primera campaña de Coutinho en el Viejo Continente.

El acuerdo Barça–PSG para intercambiarse futbolistas es rizar el rizo de la improbabilidad, con dos clubs que se profesan animadversión y que ahora parecen obligados a entenderse con necesidades contables y deportivas a cumplir. Los catarís, con su orgullo regado de petrodólares, no interiorizarán nunca un desplante de Neymar y escenificarán que han salido vencedores. Por su parte, el Barça, o coloca futbolistas en la operación, o no conseguirá repetir el tridente con el que ganó la última Champions, en el 2015.