LOS RETOS DE LOS GRANDES ÍDOLOS
Messi, mucho mejor que CR7, mejor que LeBron James
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Emilio Pérez de Rozas
Hay estrellas, deportistas, auténticos iconos en su deporte que tienen a medio mundo pendientes de ellos. Incluso tratándose de deportes de equipo, cosa que no deberíamos de olvidar cuando hablamos, por ejemplo, de fútbol y/o baloncesto, lo cierto es que ellos se han convertido en los auténticos ‘reyes’ de su deporte y pilares de su equipo.
Pero, aunque lo parezca, no siempre son garantía de éxito, de conquistas, de títulos. El ejemplo más palpable está muy cerca de nosotros. Nadie ha escrito aún la auténtica tesis doctoral que descubra la razón por la que Leo Messi es ‘dios’ en el Barça y un auténtico desheredado cuando viste la zamarra albiceleste de Argentina.
El eterno milagro Messi
Ni siquiera la explicación de que el Barça es un auténtico equipo y Argentina, no, sirve. Los hay que hablan de muchas otras circunstancias para intentar saber por qué de esa metamorfosis: compañeros, club, ambiente, escuela futbolística, desarrollo, familia, ciudad, ambiente, vestuario, técnico, mando, capitanía, experiencia, afición, retos, competición, competitividad, piques personales…
La manera en que Messi se ha vuelto a recuperar de su último fracaso con Argentina en el Mundial de Rusia demuestra, muy a las claras, que la estrella argentina es el deportista que marca la diferencia en el deporte rey del mundo. Con Messi sí se cumple la teoría de que teniéndole a tu lado, todo puede ocurrir. De ahí que la frase con la que Ernesto Valverde inicio su andadura en el Barça, esté más de moda que nunca: “Antes lo sufrí y, ahora, lo disfruto”.
Las últimas semanas, días, han puesto de moda, no ya solo en comparación con la brillante campaña del mejor futbolista del mundo, sino por fallar antes los retos que se habían propuesto, las figuras de otros dos iconos del deporte mundial, el portugués Cristiano Ronaldo y el baloncestista norteamericano LeBron James, un auténtico ‘dios’, no ya solo en EEUU, sino en el mundo global, televisivo.
CR7 dejó, con desprecio, el Real Madrid, que acabó regalándoselo a la Juventus de Turín por 100 millones de euros. El portugués se fue a Italia para demostrar al mundo que quien ganaba ese rosario de Champions era él y no el Real Madrid. Pues bien, en su primer intento, ha fracasado de forma estrepitosa, pese a seguir siendo el gran goleador que es (mató al Atlético a golazos). Después de nueve años seguidos alcanzando las semifinales de la Copa de Europa, CR7 y la ‘Vecchia Signora’ fueron eliminados por los jóvenes del Ajax.
Cristiano Ronaldo está triste
Cristiano Ronaldo, que, como suele ser habitual en él, tiene muy mal perder y acabó pateando a un rival en los últimos minutos del partido de Champions, ganándose, incluso, una amarilla, mostró su desespero abandonando el estadio de la ‘Juve’ sin hablar. Un día después, habló su madre, Dolores, Aveiro: “Me ha dicho ‘mamá, no puedo hacer milagros’. Esta muy triste pues quería llegar a la final de la Champions. Otro año será. Ha falta un poquito de suerte”.
La historia de LeBron James tiene algunos puntos en común con la frustración de CR7. El gigante norteamericano dejó, el pasado año, a los Cleveland Cavaliers para fichar, como agente libre, por Los Angeles Lakers, por cuatro años y 154 millones de dólares. LeBron también quería demostrar que era él quien hacia campeón a su equipo.
Lo pensaba él y lo pensaba el icónico Magis Johnson, jefe de operaciones de los angelinos, que, nada más firmar a LeBron, declaró que “James es especial y el mejor jugador en el mundo. Adora competir y es un líder increíble, que sólo piensa en ganar y en asegurarse que sus compañeros sean exitosos. Los jugadores de los Lakers están emocionados de tener a un compañero que ha estado en nueve Finales de la NBA y ganado tres anillos. Es un gran paso que nos acerca a los playoffs de la NBA”. El gran Magic acaba de dimitir de su cargo.
Imposible ganar solo
Pues bien, por vez primera desde el 2005, año en que se estrenó ‘Stars Wars: la venganza de los Sith’ y año en que Jose Mourinho ganó el primer título de la Premier con el Chelsea autoproclamándose ‘The Special One’, LeBron no está en las finales de la NBA, completando una de sus peores temporadas, pese a mantener números de auténtico campeón.
Es evidente que tener a uno de los mejores del mundo en tu equipo te facilita la posibilidad de alcanzar las metas soñadas, pero no es menos cierto que, en cuanto hace referencia a los deportes de equipo, nadie, nadie, nadie gana solo. Ni siquiera Leo Messi, que suma muchísimas menos Champions de las que cualquier concursante diría en un programa televisivo.
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