HAY 'CASO COU'

La fe de Malcom triunfa ante el invisible Coutinho

El joven delantero se rebeló ante el mal inicio mientras el Camp Nou se desesperaba con la apatía del media punta, que fue sustituido

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Marcos López

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Por insistencia se salió con la suya. Por pura insistencia. Nadie lo habría dicho en la primera parte cuando erró Malcom una clarísima ocasión de gol ante Keylor Navas. Tuvo suerte, eso sí, de que el asistente levantó la bandera, pero hubiera entrado el VAR en acción si él hubiese hecho bien su trabajo. Pero Malcom no se escondió.

En ningún momento. A medida que Coutinho y Suárez se iban encogiendo, y eso que ellos debían en ausencia de Messi sostener ofensivamente al Barça, iba apareciendo el joven brasileño. Atrevido y obstinado en el regate, por mucho que se equivocara. Y se equivocó mucho, pero no se rindió.

Entre Semedo y Malcom detectaron donde estaba el verdadero problema blanco: el agujero negro de Marcelo

Entre Semedo y Malcom detectaron donde estaba el verdadero problema de un gran Madrid en la primera mitad. Entre los dos cabalgaron por el carril derecho con mucha autoridad, pero escaso acierto. Bastante tenía el lateral portugués con medir la velocidad de Vinicius, un rayo que no le dejó vivir tranquilo. Aún así no dejó solo Semedo a Malcom, quien a medida que iban pasando los minutos adquiría más confianza en su juego. El público empezaba a emitir señales de impaciencia, convencido de que el exjugador del Girondins de Burdeos podía estar condenándose a sí mismo.

Ni rastro de Coutinho

Cualquier otro, en un escenario así, habría tenido la tentación de abandonarse, sentirse hasta derrotado. Pero él no. Él entendió que era su noche. Sí o sí. Y aunque no empezó nada bien supo descifrarla de manera adecuada cuando más lo necesitó el equipo. No había rastros de Coutinho, un jugador cada vez más invisible, abrumado por el peso de la camiseta, incapaz de exhibir todo ese talento que posee por el que el Barça le convirtió en el jugador más caro de su historia pagando hasta 160 millones de euros.

Parece lo de Coutinho un caso casi imposible, a no ser que el fútbol te acabe desmintiendo en cada partido. Pero cada encuentro del exjugador del Liverpool es un mensaje depresivo, a pesar de que Valverde le mantiene la confianza. Hasta que puede, claro. Pero hay un momento en que incluso el técnico azulgrana es consciente de que debe tomar medidas. Por eso, quitó a Coutinho en la segunda parte cuando apareció Messi sacudiendo los cimientos del Camp Nou. Salió a calentar la estrella y el estadio lo celebró como si fuera un gol.

La paciencia de Valverde se ha acabado. Quitó a Cou en mitad de un clásico donde no tuvo peso alguno

Salió al campo, ya con el 1-1 en el marcador, obra de un persistente Malcom, y se marchó al vestuario Cou. No hay declaración más rotunda por parte de un entrenador. Quitar en un clásico al jugador que debía desequilibrar. Debía, pero finalmente lo hizo el chico más joven, superando su grave error de la primera parte.

Regresa Dembélé

"Es verdad que no está teniendo muchos minutos, pero nosotros lo que esperamos es que Malcom ayude al equipo. Seguro que este gol le da mucha confianza", contó después Busquets, quien lució anoche el brazalete de capitán en ausencia de Messi, el dueño. Aprovechó bien esos momentos de la segunda parte Malcom para reinvidicarse con ese tanto que le reconcilia consigo mismo, aunque tuviera el suspense propio que imprime Mateu Lahoz a su arbitraje.

Mientras él no paraba de dar saltos de alegría, Coutinho no tiene ni fuerza para el regate. Y mucho menos para el desequilibrio. Uno fue como si no existiera más opciones en su aún breve carrera en el Barça, mientras el otro continúa sin explotar. Malcom sale vivo del clásico, por mucho que se equivocara, pero Coutinho cada vez se apaga más. Y más… Pronto volverá Dembélé y, claro, no hay sitio para él.