ANÁLISIS TÁCTICO

El análisis táctico del Barça-Valencia: la pierna cambiada

Cinco jugadores (medio equipo) jugaron en el lado antinatural: dos zurdos en la derecha y tres diestros en la izquierda

Aleñá felicita a Messi después de que anotara el primer tanto del Barça al Valencia.

Aleñá felicita a Messi después de que anotara el primer tanto del Barça al Valencia. / periodico

Joan Domènech

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1. La prioridad pasa a ser la Copa

La Liga puede esperar. No acaba hasta mayo. Ahora la prioridad es la Liga, sobre todo cuando los cuatro semifinalistas otean la final del Villamarín y la eliminatoria se juega el miércoles que viene. Al Barça le importaba más (bueno, tanto) el Madrid que el Valencia, igual que el Valencia pensó más en el Betis que en el Barça. Los dos entrenadores practicaron cinco cambios en las alineaciones, como si el mínimo aconsejable para mantener fresco al equipo fuera sustituir a la mitad del grupo.

Valverde solo conservó intacta la delantera con la creencia, justificada, de que el Barça, en el fondo, solo necesita al tridente para sacar adelante los partidos. El poderío ofensivo azulgrana es demoledor. Detrás de Messi, Suárez y Coutinho se sucedieron los cambios y el equipo lo notó. Los desajustes posicionales detrás fueron espantosos por la ausencia de hombres clave (por ejemplo, la de Busquets, sancionado, y Arthur) y el repliegue del equipo fue pésimo ante un Valencia que tiene en el contrataque una de sus mejores virtudes. Sacó provecho a partir del orden y la actitud defensiva, pero también de la mala colocación local.

2. Un Barça encerrado en sí mismo

Los zurdos juegan en la derecha y los diestros juegan en la izquierda. Una moda del fútbol moderno justificada por el hecho de que los jugadores, a pierna cambiada, tienen mejor ángulo de tiro a la portería. Valverde llevó esta práctica hasta las penúltimas consecuencias: solo Semedo, entre los jugadores exteriores, ocupaba su lugar natural entre los titulares. Sergi Roberto (diestro) jugó de la lateral izquierdo pese a que su formación ha sido de interior derecho; Aleñá (zurdo) ejerció en la derecha y Arturo Vidal, que es diestro, evolucionó en el otro lado. Messi ocupó su lugar omnipresente, partiendo desde la derecha y Coutinho se mantuvo de extremo izquierdo.

Al Barça le faltó amplitud y profundidad en el primer tiempo, dos factores cruciales para poder atacar si no con comodidad, si con fluidez. El Barça se encerró en sí mismo, tratando de concentrar al Valencia en el centro para atacarle por los costados. Pero apenas lo consiguió, porque no hay nada peor para atacar que el exceso de gente. Hubo muy pocos desmarques al no haber espacios y no estaban en la vertical de la portería para poder disparar.

3. Sergi Roberto intenta ser como Jordi Alba

Valverde vio el atasco y no pudo ordenar el tráfico hasta el descanso. No bastaban las palabras denunciando errores y recordando consignas. Había que tomar medidas. Una fue suficiente para cambiar al Barça. Una que llevaba rato barruntando: meter a Jordi Alba en el campo. Le había mandado calentar inmediatamente después del 0-2. Pese a que Messi recortó distancias antes del descanso, no se retractó y Alba apareció tras el descanso. No sacrificó a Sergi Roberto, sino a Semedo, aunque el portugués había estado mejor y había  provocado el penalti esperanzador.

Sergi Roberto intentó ser Jordi Alba con más voluntad que acierto. Pareció el más fastidiado de todos. Topó con la falta de hábito de correr en una zona extraña y la incomodidad de tener que emplear la pierna izquierda. Si tenía que profundizar y llegar a la línea de fondo, debía centrar con la zurda para la llegada de los compañeros de segunda línea: es decir, Messi. Lo intentó al principio y luego se fue diluyendo. Encima, cometió el penalti por llegar tarde al área propia.

El Barça se reencontró cuando Sergi Roberto volvió a su sitio en la derecha y Alba (un zurdo en la izquierda) a su sitio en el campo. Y más tarde apareció Arthur y Vidal pasó a la derecha. Y Malcom, otro zurdo, entró para ejercer en la izquierda.