El Barça, con toda la magia del mundo

De Malcom, Boateng, Aleñá a Messi, Suárez, Coutinho. La simple lectura de la delantera estableció las diferencias futbolísticas y conceptuales del Barça que viajó a Sevilla del que recibió al Sevilla. Del que sucumbió 2-0 al que ganaba por 2-0 a la media hora.

La heroicidad que suele necesitarse en cualquier competición por eliminatorias salvó al Barça en los cuartos. Aún lejos de la que sería la sexta final consecutiva. De momento, el Barça está donde siempre: en la semifinal. Fiel a una cita a la que no falla desde el 2010, cuando entonces le echó de los octavos de final… el Sevilla.

Goles para la autoestima

Recuperada la Copa y recuperado Coutinho. Noche completa. Ya se verá si será histórica e inolvidable. Magia sí tuvo. En grandes dosis y muy repartida, así que hubiera sido distribuida por los aspersores del césped.

Ver sonreír a Coutinho requería algo sobrenatural. Aunque, en realidad, lo que necesitaba el tristón futbolista era marcar goles. Los dos que anotó, dos golazos, le ayudarán mucho a recuperar la autoestima, ahora que su faz se ha relajado y dibuja la sonrisa que lucía cuando llegó hace un año.

Fueron golazos porque el penalti que le cedió Messi era la llave para abrir la esperanza. Y fue un golazo el tercero, con un cabezazo en plancha que sellaba el pase. Golazos tan decisivos como el último que había anotado. De penalti y en la Copa también, que significó el 2-1 e impidió que se invocara la remontada hace dos semanas ante el Levante.

Sergi Roberto, el nombre de la gesta

Marcó Luis Suárez y marcó Messi, en el último minuto, rehaciéndose del hechizo que le hizo fallar dos ocasiones que no perdona, como si el francotirador que pedía Pablo Machín le hubiera neutralizado con un dardo. Y marcó Sergi Roberto, el nombre asociado a la gesta más bestial de todos los tiempos. Al 6-1 del Paris Saint Germain. El mismo que se llevó el Sevilla.

Cillessen,  que fue sustituido antes de una tanda con Holanda, detuvo el primer penalti de su vida

Para magia, la que duchó a Jasper Cillessen, emulando a José Manuel Pinto en su parada más recordada en una noche copera ante el Mallorca. El holandés estuvo más inspirado. Nunca había detenido ninguno en competición oficial. Le habían lanzado 25 a lo largo de su carrera y 23 acabaron en la red y dos golpearon al poste, según datos del programa de Catalunya Ràdio La TDT.

El trago de Brasil

El pobre Cillessen había pasado por el trago humillante de haber sido sustituido en una tanda de penaltis. La jugarreta se la hizo Louis van Gaal en el Holanda-Costa Rica del Mundial-14. Alcanzado el minuto 120 con 0-0, el seleccionador le retiró para introducir a Tim Krul. El entonces meta del Newcastle paró dos de los cinco que chutó la selección americana (Keylor Navas no detuvo ninguno) y Holanda avanzó a la semifinal (4-2).

Las chicas tampoco fallaron y pasaron a las semifinales de la Copa de la Reina. Se la jugaban a partido único. Lo suyo fue más prosaico. Ganaron por 0-3 al Madrid CF.