Misión: salvar a Coutinho

Hace tiempo que Coutinho ya es un caso. Ni siquiera cuando no juega su peor partido de los últimos tiempos le libra de la ofuscación que siente el jugador brasileño. A cada error se hace mucho más pequeño, al punto de que no existe ahora mismo rastro de aquel jugador por quien el Barça invirtió 160 millones de euros hace justamente un año.

La vitalidad de Dembélé, rebelde, desinhibido y alegre, contrasta con el rostro apagado, demacrado y triste de Coutinho. De ahí que el Barça, consciente de que tarde o temprano lo acabará necesitando, haya emprendido una misión. No se sabe si tendrá éxito, pero todos, empezando por el propio Valverde, se han puesto manos a la obra. Toca salvar a Coutinho. Como sea y cuándo sea. Lo antes posible, claro.

"Lo que me gusta de Coutinho es que siempre enfrenta a los rivales"

Ernesto Valverde

— Entrenador del Barça

Pero en Montilivi quedó, de nuevo, la imagen de un futbolista desconsolado, incapaz de rebelarse ante tanto infortunio. Un partido, dos partes, dos ocasiones de gol, dos errores de Coutinho. En la primera mitad lo tenía todo a favor. En la segunda también. Ni en una ni en otra. O sea, más de lo mismo de Coutinho.

Elogios al brasileño

"A mí lo que me gusta de Philipe es que siempre se enfrenta al contrario”, contó Valverde iniciando así los primeros pasos de una nueva misión. Justo antes del partido, Jon Aspiazu, su segundo, también se había volcado en elogios hacia el brasileño. “Él siempre lo intenta, tuvo opciones de marcar, eso es bueno para nosotros”, le disculpó el entrenador azulgrana, asumiendo que o lo recupera pronto o el caso se hará irresoluble.

“Se quedó solo ante el portero un par de veces y que no haya convertido pues ya las convertirá”, añadió el ‘Txingurri’, quien no sacó del campo al brasileño a pesar de que la frustración se estaba apoderando de él. Hay muchos Coutinhos en uno solo. A su buen inicio le llegó después su peor versión. Parece mentira que un futbolista de su calidad se derrumbe anímicamente por ese fallo ante Bono, que le cerró todos los caminos, ya fuera en el disparo directo (primera parte) o incluso cuando lo regatea (segundo tiempo). Hubo un jugador antes, aunque durara poco (apenas 10 minutos) y luego existió otro. Y en nada se parecen.

Confianza en el campo

Pese a tanto desajuste, Valverde lo sigue manteniendo en el once titular. Esté o no el lesionado Dembélé. Ha jugado Coutinho de titular en cinco de los seis últimos encuentros del Barça. No apareció únicamente en la ida de Copa contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (2-0). Cuando salió en la segunda parte, cometió un error que supuso el inicio de la jugada del segundo tanto andaluz.

Y en la misma semana se enfrenta a su destino en Girona, pero no sale triunfador. Ha perdido también esa capacidad para eliminar rivales con el regate. Intentó tres en 90 minutos y le salieron bien dos. Pero el drama es que Coutinho hace tiempo que ya no es Coutinho. Y él lo sabe.