MAESTRO DE PERIODISTAS

El día que Vázquez Montalbán recibió el premio Michael Robinson

Michael Robinson recibe el premio Vázquez Montalbán

periodico

Emilio Pérez de Rozas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dentro de nada, ¡ya!, alguien tomará el relevo como premio Manuel Vázquez Montalbán de periodismo. Pero, de momento, hoy, ese honor continúa correspondiendo a Michael Robinson, que no sabemos muy bien qué es porque nos gusta, nos encanta, nos atrae y nos contagia de todas sus facetas, empezando por la de amigo, tertuliano, conversador, futbolista, ¡claro que sí!, cuando aterrizó en Pamplona (o en Osasuna, no sé si alguien dijo que existía como ciudad), como periodista, o comunicador o, mejor aún, como creador de programas tan, tan, especiales y contagiosos como ‘El día después’ y, por supuesto, ‘Informe Robinson’.

Ahora que el Robinson más cerca, aunque siempre ha sido tremendamente próximo y hasta te apetece rozarle, pese a lo grandote que es, ha tenido la valentía de contarnos que está peleando contra un cáncer (yo lo oí en directo y me puse a llorar ¡mierda!), es cuando quisiera recordar el maravilloso acto que vivimos, hace exactamente un año, en el que este ejemplo de futbolista reciclado a comunicador (el único, el más grande, el más atractivo) nos puso “gallina de piel”, que diría el inmenso y admirado por él, Johan Cruyff, en el acto celebrado en 'can Barça'.

Pocas palabras y muchos tacos

Y no por lo que dijo, que también, sino cómo lo dijo, cómo lo narró, como trató (y logró) contagiarnos con su verbo, ahora pletórico, entonces, contó “repleto de tacos, yo sabía 100 palabras en español y 90 eran tacos”, de sus vivencias lejos del césped y esa mirada ladeada que tanto y tanto admiraba del inmenso, del tremendo, del mejor Manuel Vázquez Montalbán.

Todo eso contó Robinson aquel día de diciembre del pasado año cuando todos, todos, embobados, más que eso, atontados, atraídos, conquistados, abducidos, insisto no por su discurso sino por su pura improvisación y sinceridad, por su humor inglés reciclado al español, convirtió el día de su homenaje en un homenaje maravilloso al gran Manolo, que también profesaba la religión del Barça y acudía a la iglesia azulgrana.

En honor de Manolo

Ramón Besa, periodista, maestro, de El País y portavoz del jurado, había comentado días antes que Robinson era “un periodista de salón". Y, sí, es verdaderamente cierto hasta el extremo de que el día que le entregaron el premio Vázquez Montalbán, este británico de Leicester hizo que el homenajeado fuese Manolo, que recibió, ante su familia, sus amigos, la profesión, el premio Michael Robinson. Porque como añadió Besa en aquella exposición, Robinson es uno de esos periodistas “con los que Manolo se iría a cenar o a tomar un whisky después de un partido".