CON TRES HORAS DE RETRASO

Dembélé vuelve a llegar tarde al entrenamiento

Valverde deberá decidir si castiga al joven francés como ya hizo ante el Betis, enviándolo a la grada

Dembélé deja su lugar en el derbi a Coutinho en la segunda parte.

Dembélé deja su lugar en el derbi a Coutinho en la segunda parte. / periodico

Marcos López

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No ha aprendido Ousmane Dembélé. No ha aprendido nada. Y eso que estaba más que avisado. En apenas un mes, el delantero francés ha cometido dos graves actos de indisciplina que no solo comprometen su imagen sino también su posición, cada vez más débil, en el interior del vestuario. Coincidiendo, además, con su excelente rendimiento deportivo, avalado por su salvador gol en el Metropolitano que le dio el empate al Barça (1-1) y su buena actuación en el derbi (firmó el 0-2 y asistió el 0-3 a Suárez). Pero continúa sin aprender y ha vuelto a llegar tarde a un entrenamiento, como informó este domingo RAC-1 y ‘Mundo Deportivo'.

No es la primera vez que Dembélé se equivoca gravemente. Al menos, en esta ocasión sí que se presentó en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, aunque lo hiciera con dos horas de retraso sobre el inicio del entrenamiento, fijado para las 11 de la mañana. Tres horas, por lo tanto, si se incluye el tiempo en el que cada jugador debe estar en el vestuario antes de empezar la sesión. Cuando llegó el  francés ya había acabado el trabajo, que había sido suave para los titulares en el derbi. Entre ellos debía estar él, pero no estaba.

Alegó que se había despistado, poniendo de nuevo, a prueba la paciencia de Valverde

Estaban todos, menos Ousmane, quien alegó que se había dormido despistándose de tal manera que se perdió el entrenamiento. Al menos, sí fue a la ciudad deportiva, algo que no hizo el pasado mes de noviembre cuando el club no logró localizarlo, generando tanta indignación que Valverde lo envió a la grada en el choque ante el Betis. Entonces, ni acudió; el domingo, sí. El domingo se entrenó en solitario, como recoge el vídeo difundido por el propio Barça, acompañado por Edu Pons, uno de los preparadores físicos azulgranas.

Dembélé ni tan siquiera se puso las botas. Salió a trabajar con zapatillas deportivas después de haberse disculpado en el vestuario, alegando que se había despistado. El primer despiste le costó caro. Ver la derrota ante el Betis desde la grada tras ser recriminado públicamente por varios de sus compañeros. "Debe enfocarse un poco más y ser responsable en algunos aspectos porque los jugadores del fútbol somos unos privilegiados", le recordó Luis SuárezLuis Suárez. "Tenemos que ayudar a Dembélé para que sepa que el fútbol son 24 horas", le indicó Piqué. "Debemos tener paciencia, esto es un aprendizaje para él y esperemos que se adapte cuanto antes. Con Dembélé nos va a costar", confesó también Busquets.

"Debemos tener paciencia, esto es un aprendizaje para él. Con Dembélé nos va a costar" (Busquets, tras la primera indisciplina de Ousmane) 

No le faltaba razón al segundo capitán del Barça. Va a costar. En realidad, está costando mucho que el delantero se integre con normalidad en la disciplina del grupo, por muy avisado que esté. "Todos los profesionales en el Barcelona deben dar un paso al frente y vivir su profesión. Tienes que pelear en cada entrenamiento y jugar donde te digan", llegó a decir Guillermo Amor, el portavoz del club, elevando el tono de manera inusual para que el mensaje llegara claramente y sin distorsiones.

Indignación en el club

Pero Dembélé ha vuelto a las andadas, provocando un segundo capítulo de indignación en el Barça. Tanto en los despachos como en el vestuario porque no comprenden esas injustificadas tardanzas. Es reincidente, como también había advertido hace semanas Didier Deschamps. "Conozco las excusas de Dembélé cuando llega tarde", dijo el seleccionador francés, quien le ha alertado en un par de ocasiones para que asuma las obligaciones propias de un futbolista de elite.

"Conozco las excusas de Dembélé cuando llega tarde" (Deschamps, seleccionador francés)

El delantero no se da, sin embargo, por aludido. Vive en su mundo. Actuó Valverde con firmeza en el primer acto de indisciplina (el club lo buscó y no lo localizó durante varias horas hasta que se le diagnosticó "una gastroenteritis") sacándole de la lista ante el Betis. Este lunes se sabrá si repite esa misma terapia contra el Tottenham.

Una vez levantado el castigo del Betis -Valverde ha demostrado siempre que no es un técnico rencoroso-, Dembélé ha llegado a tiempo siempre. A tiempo de ayudar al Barça en los 10 últimos minutos del duelo con el Atlético firmando un gol en el Metropolitano de inmenso valor. Un gol que retrata lo que es Ousmane.

Fuera del campo es siempre impuntual, pero en el césped llega a tiempo de ser decisivo sentando incluso en el banquillo a Coutinho

En un partido volcánico, con el cholismo enardecido acariciando el liderato tras el tanto de Diego Costa, apareció el francés con toda la calma del mundo. Como si no estuviera agotándose el tiempo de vida del Barça en aquella dura noche. Tras recibir una delicada asistencia de Messi, se tomó un instante de pausa para quebrar a la defensa rojiblanca con la pierna derecha y marcar luego con la izquierda ese gol. A tiempo apareció Dembélé para en el último suspiro darle algo más que un punto a su equipo. 

Provechosa reinserción

A tiempo se le vio también en Eindhoven, ya instalado en la titularidad, aprovechando, eso sí, la lesión muscular de Coutinho interviniendo con tacto –no molestó en el maravilloso gol de Messi al PSV- para demostrar que se estaba reinsertando con rapidez. En el campo, Dembélé ha sido siempre resolutivo como lo prueban sus apariciones decisivas ante el Atlético (el gol del 1-1), con momentos inteligentes ante el PSV (asistencia a Leo), minutos de calidad frente al Villarreal, más allá de su centro a Piqué en el 1-0, y un derbi brillante.

"Dembélé hizo un gran partido en el derbi, lo necesitamos, está muy bien" (Messi)

No solo por el gol que firmó ante Diego López, otro gol muy ‘dembeliano’. Control y recorte con la pierna izquierda para firmar un fantástico disparo con la derecha, con tanto veneno dentro que se iba alejando de la plástica estirada de un ya batido Diego López. O sea, similar al del Metropolitano. Allí fue un tiro raso; en el derbi, en cambio, el disparo rasgó el aire de Cornellà-El Prat otorgándole aún más valor a la jugada previa de Messi. Uno con la izquierda, otro con la derecha. Ese es Dembélé, terriblemente puntual en el césped, especialmente cuando los focos podían cegarle con tanta presión, pero tradicionalmente impuntual lejos del campo.

Gol y asistencia en el derbi

Tan bien ha respondido que se ganó la titularidad, incluso coincidiendo con el retorno de Coutinho tras su lesión. Ni así perdió su sitio el francés, quien aprovechó entonces la ausencia de Luis Suárez, que necesitó dos semanas para tratar sus viejas molestias en el cartílago de la rodilla defrecha. Entonces, ante el Villarreal, Dembélé ejerció de extremo derecho, Messi, de 'falso nueve', y Coutinho, de extremo izquierdo. Pero llegó el derbi y estaban a punto ya los cuatro delanteros. Fue cuando Valverde premió al 'rebelde' Ousmame con un hueco en el once inicial, mientras el brasileño se quedaba en el banquillo de Cornellà. 

El delantero, eso sí, cambió de banda. De la derecha a la izquierda completando 68 excelentes minutos. Tuvo tiempo Dembelé para firmar el 0-2 y asistir a Suárez en el 0-3 uniéndose a la fiesta del nuevo tridente en una devastadora primera parteTuvo tiempo Dembelé para firmar el 0-2 y asistir a Suárez en el 0-3 . Se ganó incluso los elogios de Messi, dueño de otra antológica noche con dos goles soberbios de falta directa. "Hizo un gran partido, está muy bien. Lo necesitamos, está muy bien", contó Leo, acogiendo, de nuevo, con los brazos abiertos a ese indescifrable joven. En el campo sí está, fuera se le espera siempre.