victoria y liderato

Análisis táctico del PSV-Barça: descontrol sin experimentos

Lo más novedoso fue el breve regreso del falso nueve con Messi acompañado por dos extremos

Semedo persigue a Messi para felicitarle por el 0-1 anotado por el capitán en Eindhoven.

Semedo persigue a Messi para felicitarle por el 0-1 anotado por el capitán en Eindhoven. / periodico

Joan Domènech

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1. La delantera es de estreno

Antes un falso nueve que otro nueve. Antes Messi que Munir. Fiel a la idea expresada el día anterior de no probar experimentos en plena competición oficial, en la Champions League, por muy clasificado que estuviera el Barça para los octavos, Ernesto Valverde no se soltó el pelo. Los cuatro cambios que practicó en la alineación no respondieron a ninguna rotacion planificada, sino que fueron forzados. Faltaban Arthur, Sergi Roberto, Umtiti y Luis Suárez y sus puestos fueron ocupados por otros titulares como ellos: Coutinho y Rakitic, que reaparecieron, más Lenglet y Dembélé.

La única novedad en una delantera de estreno en su composición original es que Valverde retomó la figura del falso delantero centro. Messi ocupó el lugar de Suárez. Y sin su amigo por delante, como nueve de referencia, el capitán tuvo dos problemas: enfrente tenía dos centrales que le esperaban (sin nadie que les distrajera con su movilidad) y se vio obligado a tirar pases hacia los extremos (Dembélé y Coutinho y Alba en la izquierda), lejos del camino más recto hacia el gol. No hubo centros precisos desde las bandas.  

2. El desgobierno: 42 tiros en Eindhoven

Nada menos que 42 remates sumaron Barça y PSV Eindhoven, repartidos a partes iguales (21). Una señal inequívoca del desgobierno que sufrió el partido, el vaivén de área a área que se tradujo, sin embargo, en muy poco acierto: solo 16 tiros entre los tres palos (8 y 8) y apenas tres goles.

El duelo de la Champions fue un desparrame contrastó con la sequía sabatina del Wanda Metropolitano, aunque también es verdad que el Atlético no jugó ni propuso ni la centésima parte que el PSV de Van Bommel. En el descanso ya se habían acumulado 18 disparos en ambas porterías. Ninguno de los dos guardametas, por cierto, hizo el partido de su vida.

El descontrol dice muy poco en favor del Barça, un equipo obsesionado con dominar y marcar el ritmo del juego. El PSV le forzó constantemente a ir de un lado a lado pese a que el índice de posesión de balón insinúa (61% a 39%) lo contrario de lo que se vio en el césped porque el centro del campo azulgrana, con Vidal a la derecha y Rakitic incómodo en la izquierda, apenas elaboró juego. "Hubo muchas pérdidas de balones", denunció Gerard Piqué.

3. Perdida la batalla aérea en el área

Y Valverde también habló del exceso de pérdidas de balón como razón principal (además del estado del campo) de las incomodidades del equipo, igual que el futbolista más alto del Barça, un equipo que siempre tuvo la fama (merecida) de ser un equipo pequeño por la escasa talla física de sus futbolistas. Eso ya no es tan cierto de un tiempo a esta parte cuando coinciden Semedo, Piqué, Lenglet, Busquets, Rakitic y Vidal. Suficientes jugadores de altura para defender a los rematadores rivales, porque no suele haber más en fase ofensiva del equipo adversario.

Pero el duelo aéreo del área se perdió. Como se perdió el sábado. De Jong marcó de cabeza. Como marcó Diego Costa el sábado en un córner mal defendido, ya que su marcador era Rafinha pese a su inferioridad física. De Jong, en Eindhoven, se impuso a Piqué, un defensa alto y especializado. Pereiro también.

"Hemos concedido muchos centros y De Jong nos creaba demasiados problemas para lo que nos gustaría", explicó Valverde. Tres remates en el poste del PSV permitieron al Barça llevarse todos los premios de la noche: la victoria y el primer puesto.