LA ESTRELLA QUE NO QUISO IR AL BARÇA

Griezmann, reencuentro diabólico con el Barça

El delantero francés, que rechazó vivir a la sombra de Messi, busca resurgir ante el equipo de Valverde tras un gris inicio de Liga

Griezmann, en el partido que jugó el Atlético contra la Real Sociedad en el Wanda Metropolitano.

Griezmann, en el partido que jugó el Atlético contra la Real Sociedad en el Wanda Metropolitano. / periodico

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pudo, pero no quiso. Hay muchos que sí dan el paso, forzando incluso situaciones de rebeldía con su club (Dembelé en el verano del 2017), para llegar al Camp Nou. Otros, como Coutinho (enero del 2018), aprietan para abandonar Liverpool en pleno invierno camino del Barça. Pudo Antoine Griezmann convertirse en estrella azulgrana -Messi y Suárez le esperaban con los brazos abiertos-, pero, finalmente, no quiso.

Hasta convirtió su decisión en documental televisivo, que provocó un enorme lío en Barcelona porque había sido producido por Gerard PiquéGerard Piqué, con quien se encontrará mañana en el Metropolitano. Decidió quedarse como líder del cholismo, esa religión futbolística que ha transformado al Atlético convirtiéndolo en un club de primer nivel europeo, en vez de transformarse en respetuoso súbdito del monarca Leo.

La llamada de Bartomeu a Piqué

No quiso el delantero francés, a sus 27 años, ser el segundo plato de un equipo que suspiraba tanto por él, que hasta le había reservado el ‘siete'. Griezmann se quedó en Madrid, mientras las aristas de su decisión salpicaban a toda la estructura del Barça.

Su negativa a pisar el Camp Nou provocó una crisis en el Barça, que afectó al palco y también al vestuario

Desde el área ejecutiva -meses de negociaciones resultaron estériles- hasta el vestuario pasando por el palco porque la intervención de Piqué irritó al presidente Josep Maria Bartomeu, obligándole incluso a coger el teléfono. "Sí, me llamó el presidente. Estaba jodido por lo de Griezmann", contó el central azulgrana en pleno Mundial de Rusia, argumentando que él solo había puesto el soporte tecnológico para que divulgara su decisión. Cuando Gerard avisó al club ya "no había tiempo de reacción".

'Soldado del cholismo'

Su mediática decisión, convertida en un programa de televisión, en el que no explicó, curiosamente, que la sombra de Messi, como sí admitió esta pasada semana, había resultado determinante, al margen de doblarle el sueldo (percibe 23 millones de euros anuales, salario de megaestrella mundial), para quedarse en el Metropolitano.

El Barça descubrió que no todos los grandes jugadores quieren venir al Camp Nou. Y Simeone, en cambio, respiró tranquilo porque se había salido con la suya. Griezmann continuaba siendo un soldado del cholismo. El más importante, eso sí, mientras en Barcelona su desprecio causó incomprensión y hasta asombro porque no todos quieren ser azulgranas. En apenas un año vio a Neymar marchar al Paris SG, por mucho que ahora desee volver y ahora Griezmann ni tan siquiera quiso probar esa experiencia.

Ahora se reencuentran. Es un reencuentro diabólico, que trasciende más allá de la clasificación. El Barça es líder, con un punto de ventaja sobre el Atlético. Es diabólico porque obliga, además, a Griezmann a recobrar su mejor nivel después de proclamarse campeón del mundo con Francia en Rusia. Cuatro meses después de batir a Croacia, el delantero, que no para de pedir sentarse en la misma mesa que Messi y Cristiano, no ha despegado.

Apenas lleva tres goles en la Liga. Y los tres, precisamente, a equipos que viven en el sótano de la tabla (Rayo, Huesca y Leganés). A la espera de que salga la lista oficial de los tres candidatos al Balón de Oro 2018, Griezmann se ve y se siente con la autoridad para ser el primer jugador que termina con la dictadura 'messiánica' y 'ronaldista'. En los 10 últimos años, cinco para Leo; cinco para Cristiano.