Las claves tácticas del Rayo-Barça: Piqué-Suárez, el valor del 'doble 9'

1.- Gerard asiste y atrae; Luis, remata

Eran los mismos que golearon al Madrid, pero no parecían los mismos. Ni jugaron igual. Era idéntico Barça, pero al de Butarque, donde dejó escapar tres puntos después de adelantarse con un gol de Coutinho. En Vallecas se repitió la historia. El tanto inicial de Luis Suárez no le sirvió de nada al líder, que vio desplomarse su ventaja con un par de errores defensivos que le dejaron en evidencia. El problema es que no tuvo el control del partido en ningún momento, dejando que el Rayo lo llevara a su territorio.

Eran los mismos del clásico, pero nadie lo diría. El Barça perdió la hoja de ruta. No tenía solución, superado por el Rayo, que le dio la vuelta a un partido que tenía perdido. Entonces Piqué decidió, con la aprobación de Valverde, ejercer de delantero centro de una manera trascendental. Asistió a Dembélé en el 2-2 y arrastró a la defensa del Rayo en el 2-3 de Suárez. Balones al área a la cabeza salvadora de Gerard.

2.- El 'invisible' e irrelevante Coutinho

Hasta Valverde se dio cuenta de que Coutinho, el fichaje más caro en la historia del club, no aportaba nada en Vallecas. Ni en ataque, donde debía desequilibrar por la banda izquierda (no hizo ni un solo disparo), ni tampoco en el centro del campo, donde debía ayudar a Busquets, Rakitic y Arthur para generar superioridad.

Estaba el brasileño en su paso por Madrid siendo tan irrelevante que suponía una carga para su propio equipo. Dejó una de esas actuaciones que no trascienden en nada, convertido en un problema más que en una solución. Y lo quitaron del campo.

3.- Nadie entendió el primer aviso de Pozo

No hay manera de que el Barça sepa gobernar sus ventajas y, sobre todo, mantener su portería a cero en la Liga. Siempre hay un mal despeje, flojo e impreciso, como ya ocurrió en el clásico y se repitió también en Vallecas. Tras el gol de Luis Suárez, el campeón no supo generar el paisaje adecuado para desactivar al Rayo, que empezó muy atrás. Pero el despiste defensivo provocó que Pozo, en su segunda ocasión, acertara.

En la primera erró, sin saber aprovechar el descuido que tuvo Sergi Roberto. Cinco minutos después llegó el gol que retrató la indolencia defensiva azulgrana. Y no únicamente en el despeje flojo de Lenglet que dejó el balón al borde del área, transformado en toda una tentación para Pozo. Contribuyó, además, que Sergi Roberto estaba dentro del área, sin margen para llegar, y que Rafinha, que debía ayudar a su lateral, llegó tan tarde que fue espectador privilegiado del golazo de Pozo.