UN TRIUNFO MUY CARO

El Barça recupera el liderato pero pierde a su líder

La lesión de Messi, que se rompió el radio y estará al menos tres semanas de baja, eclipsa la victoria ante el Sevilla

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rpaniagua45545195 barcelona 20 10 2018 deportes luios suarez chuta el181020230339 / JORDI COTRINA

Rafael Tapounet

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Después de que el viento de levante provocase al mediodía serios destrozos en el Santiago Bernabeu, la hoja de ruta azulgrana estaba perfectamente trazada:se trataba de tener una asamblea plácida y de obtener una victoria frente al Sevilla en el Camp Nou que permitiera al equipo de Valverde reconquistar el liderato y dejar al Real Madrid a cuatro puntos en vísperas del clásico del próximo domingo. El primer objetivo fue dinamitado por los socios compromisarios (lo pueden leer aquí). El segundo, en cambio, parecía muy bien encarrilado cuando al cuarto de hora el Barça ya mandaba en el marcador por 2 a 0. Fue entonces cuando Messi, artífice de los dos goles, quedó tendido en el césped tras un encontronazo con el Mudo Vázquez y todo quedó en segundo plano. Incluida la victoria final (4-2)

La lesión del argentino, que sufrió una fractura del radio del brazo derecho y estará al menos tres semanas de baja –se perderá los dos partidos contra el Inter de Milán en Champions y los compromisos ligueros con el Real Madrid (será el primer clásico sin Messi ni Cristiano Ronaldo en 11 años), el Rayo Vallecano y el Betis-, dejó sobrecogido al Camp Nou, pero también tuvo un efecto paralizante en los dos equipos, tal es el impacto que el 10 ejerce sobre el juego en su conjunto. Sería difícil encontrar a algún espectador que pudiera explicar con precisión qué ocurrió en el encuentro entre el fatídico minuto 16 y el momento en el que el árbitro Martínez Munuera pitó el final de la primera parte. Este cronista, al menos, no puede. Lo que sí les puede asegurar es que, fuese lo que fuese lo que pasó, transcurrió en un ambiente de irrealidad pesadillesca.   

Un arranque sensacional

Antes de verse privado de su futbolista más importante, el equipo azulgrana había protagonizado unos minutos sensacionales. Persuadido de que cuando la necesidad de puntos apremia y el calendario se pone cuesta arriba es conveniente dejar las rotaciones para los cuerpos celestes, Valverde apostó de salida por los mismos jugadores que protagonizaron en Wembley la mejor actuación coral de la temporada. El sacrificado fue, una vez más, Dembélé, que pagaba así el precio de esa relación bígama que mantiene con lo sublime y lo ridículo. Una relación a la que, por lo que mostró en el campo cuando le tocó sustituir a Messi, no parece muy dispuesto a renunciar. Más bien, todo lo contrario.

En la segunda parte, los jugadores azulgranas se enfrentaban al reto de demostrar que sin su indiscutible faro también saben ganar. Y el equipo, a pesar de las dudas y de los momentos de desgobierno, dio el do de pecho, sumándose así al bonito homenaje a Montserrat Caballé que antes del inicio del partido hizo saltar las lágrimas a la hija de la diva, Montserrat Martí, presente en el palco.

Nadie se aplicó tanto en esa tarea como Marc-André Ter Stegen, que, pese a encajar dos goles, ofreció un auténtico recital bajo los palos (lo que, por otro lado, no habla muy bien de la fortaleza defensiva de los de Valverde), y Luis Suárez, el único jugador de campo que pareció en condiciones de asumir, por carácter ya que no por condiciones, el liderazgo del equipo en ese momento de orfandad.

"Julen quédate"

Solo cuando el cuarto gol, obra de Rakitic, blindó la victoria barcelonista, se acordó el Camp Nou de las tribulaciones de su máximo rival, y la grada de animación, que en varios momentos del encuentro manifestó su oposición al cambio del escudo del club y pidió la dimisión de Bartomeu, se pronunció a favor de la continuidad de Lopetegui en el banquillo del Madrid: “Nosotros te queremos, Julen quédate”, corearon los aficionados.

Final feliz, pues, pero solo a medias. Perder al líder se antoja un precio excesivo por recuperar el liderato. El Barça sabe que con Messi, todo es mucho más sencillo. Sin él, el juego se convierte demasiado a menudo en un enigma difícil de desentrañar. Ya lo dijo el delantero alemán Lucas Podolski : “El fútbol es como el ajedrez pero sin dados”. Esperemos que Leo vuelva pronto a mover las piezas.