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El Barça renuncia al liderato (1-1)

El cuadro azulgrana no mejora la mediocridad del Madrid y solo Messi tuvo ideas y gol para arañar el empate ante un Valencia temeroso

Messi celebra el gol del empate en Mestalla.

Messi celebra el gol del empate en Mestalla. / periodico

Joan Domènech

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El Barça dejó el liderato en Mestalla, la señal más ilustrativa, la más reveladora, de que el equipo no chuta, por mucho que puntuar en el campo del Valencia se considere positivo. Lo podría ser en otras circunstancias, ante un rival enrachado o a consecuencia de un accidente, y no fue ninguno de los dos casos.

Ante un Valencia que solo ha ganado un partido de los diez disputados y cuyo entrenador nunca ha vencido al Barça en 19 enfrentamientos, el cuadro azulgrana no supo más que empatar (gracias a Messi, el sostén del club) el gol encajado en el minuto 2, producto del primer córner del partido que pilló a los azulgranas dormidos.

Una Liga de muchos

Si el Madrid no funciona, el Barça tampoco anda como para mirar por encima del hombro a nadie. Para empezar, el Sevilla está más arriba y el Atlético le tutea en la clasificación. Sin pretenderlo, Valverde y Lopetegui se están echando una mano mutuamente. El Madrid lleva 2 puntos de 12, pero el Barça ha sumado 3 de 12, igualando los cuatro partidos sin ganar. A los blancos les falta Cristiano, y esa parece la explicación más plausible, pero el Barça tiene a Messi y, sin embargo, está en el mismo sitio.

La Liga de dos ha pasado a ser la Liga de muchos, no se sabe por cuánto tiempo. Los grandes van con el motor al ralentí, tal vez pagando el desgaste de los muchos jugadores que aportaron al Mundial, lo que no es excusa porque en el manejo de los minutos y de las alineaciones ambos entrenadores tienen mucha responsabildiad.

El Barça de la Liga

Con el deseo de seguir viendo al Barça de la Champions, donde lidera el grupo, Valverde repitió el equipo de Londres excepto el mínimo cambio (y la mínima diferencia futbolística) de Lenglet por Vermaelen, quizá porque el belga brilló el año pasado en Mestalla. Iba a medirse, además, con su compatriota belga Basthuayi, al que ya conoce y, en cualquier caso, el mayor problema del Barça no iba a ser el rendimiento del central zurdo.

No lo fue. Ni tampoco fue el Barça de Wembley, aunque por momentos lo recordara. Solo por momentos. El Barça de Wembley y el Barça de toda la vida, ese Barça que quiere apropiarse del balón. El Valencia se lo entregó gustoso porque consiguió muy pronto el botín codiciado, pero lo perdió también muy pronto por su racanería. Creer en poder conservar un gol ante el Barça durante 88 minutos es, como mínimo, una imprudencia.

Los contratiempos del Valencia

Sobre todo si, en efecto, podía toparse con el Barça de Wembley. El once local fue incapaz de noquear a los azulgranas cuando estaban conmocionado por la aparición de Garay y lo pagó antes de la media hora. El Valencia también se topó con un contratiempo que, con el tiempo, se adivinó más grave. La lesión de Guedes, que había anunciado su capacidad de desborde con dos carreras, desanimó a los levantinos, y poco después llegó el gol de Messi.

El monólogo azulgrana acalló Mestalla, que esperaba reencontrar al Valencia de la Champions, el que empató en Old Trafford después de haber logrado su primer triunfo de la temporada en Anoeta. Vio al equipo defensivo que supo conservar el empate ante el decadente United de José Mourinho, nada más.

Arthur quiere el balón

Nadie hizo más por recordar al antiguo Barça que Arthur, el futbolista que lleva el 8 de Iniesta y juega como Xavi. De momento, como el Xavi primerizo. Lo lógico, a los 22 años de edad y en su primera campaña en el Barça. El brasileño trazó alianzas con Coutinho y con Messi, y cultivó la circulación cuando el equipo necesitaba rearmarse jugando con la bola, pero no tiró ni un pase vertical. Otra cosa es que no hubiera servido de nada ante un Suárez que está fatal.

El once de Valverde cometió el mismo pecado que el Valencia: se quedó a medias, sin rematar la faena. Bastante hizo Messi con empatar de la nada. Nadie fue capaz de proponer alguna locura, nadie tuvo una idea. El equipo se recreó y dejó de mirar a la portería (solo la miró Messi y Coutinho, de reojo) y el abuso de la horizontalidad animó al Valencia a salir de la cueva y a interceptar balones que crearon ilusiorios contraataques. No daba para más. Tampoco dio para más el Barça. 

Valencia, 1 - Barcelona, 1

<strong>Valencia: </strong>Neto (6); Piccini (5), Garay (7), G. Paulista (6), Gayà (6); C. Soler (6), Parejo (5) Kongdobia (5), Guedes (6); Batshuayi (5), Gameiro (4).

Así lo hemos contado en directo.