LA NUEVA PAREJA DE PIQUÉ

Lenglet, un central estudioso

El joven francés, que brilló en Wembley después de un inicio de curso tímido, quiere aprovechar la ausencia de Umtiti para asentarse

Lenglet intenta frenar a Kane en el Tottenham-Barça jugado en Wembley.

Lenglet intenta frenar a Kane en el Tottenham-Barça jugado en Wembley. / periodico

Marcos López

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El fútbol no acaba en el césped. Ni mucho menos. Se lleva Clement Lenglet los deberes a casa, consciente de que la vida le ha ido tan deprisa (no hace ni dos años que aún jugaba en el modesto y anónimo Nancy) que necesita procesar con calma todo lo que le ha sucedido. Tipo inteligente, callado y reservado, que suele hablar en el vestuario, sobre todo, con sus compatriotas Umtiti Dembélé. Observa con suma atención todo lo que sucede alrededor, empapándose de un nuevo mundo.

Juega el joven central francés (23 años) en el campo y estudia luego en casa, mientras Valverde, que lo iba llevando con sumo cuidado (titular solo en la Supercopa con el Sevilla en los primeros cinco partidos) se ha visto obligado a acelerar ese proceso, precisamente, por la lesión de Umtiti. No resulta nada fácil el oficio de central en el Camp Nou. Que se lo pregunten, por ejemplo, a Chigrinskiy, aquel defensa ucraniano reclutado por Guardiola que ahora, tras aborrecer el fútbol, juega en el AEK de Atenas. También Martín Cáceres, ese aguerrido uruguayo, tuvo que salir pronto del Barça.

El oficio de central en el Camp Nou es de alto riesgo.  Hay una inacabable lista de experimentos fallidos 

La lista de inadaptados al sistema azulgrana podría ser interminable: Thuram, Mathieu, Marlon incluyendo el experimento con Yerry Mina. Un éxito económico (llegó por 12 del Palmeiras y se vendió por 30 al Everton) tras su gran Mundial y un desastre deportivo porque Valverde nunca confió en él.Yerry Mina El colombiano ni ha debutado aún en la Premier debido a unas molestias en el pie, que le tienen más de dos meses de baja.

De 5 millones a 35.9

Lenglet, en cambio, ha entrado sigilosamente en el Barça. Para empezar, en un mercado donde los centrales tienen precio ahora que solo pertenecía a los goleadores, le costó 36 millones de euros, sin llegar a los 65 que pagó el City por Laporte o los 79 que soltó el Liverpool por Van Dijk al Southampton.

Después de aprender a jugar de otra manera con Sampaoli en el Sevilla ("me enseñó a defender atacando, fue un cambio radical", contó Lenglet a ‘France Football’) le toca ahora entender el fútbol del Barça. Un fútbol radicalmente distinto para un joven que apenas había jugado 18 partidos con el Nancy antes de que Monchi, astuto como siempre, lo captara para el Sevilla Monchipor la módica cifra de apenas cinco millones de euros. Y 17 meses más tarde, el Barça, siguiendo los consejos dRobert Fernández, el secretario técnico que luego fue destituido, acabó abonando los 35,9 millones que fijaba su cláusula de rescisión.

"Sampaoli me enseñó a defender atacando, fue un cambio radical" (Lenglet) 

Aprende Lenglet a defender atacando, mientras, loco como es del fútbol, estudia en su casa los deberes que se lleva cada día. Deberes que hablan de un estilo donde el central queda expuesto a campo abierto. Deberes que, en realidad, es pura práctica porque no hay mejor aprendizaje que medirse en la ciudad deportiva a Messi, Suárez y Coutinho, midiendo, en todo momento, dónde, cómo y cuándo hace la presión. Por muy lejos que le pille siempre de Ter Stegen, sorteando esa expulsión del VAR que sufrió en su debut como titular en la Liga ante el Girona. Y hasta el autogol que provocó tras el disparo de Lamela, que metió al Tottenham en el partido. 

En Wembley, tras la sublime obra de Leo y la aparición esperanzadora de Arthur, quedó el discreto y valioso sello de Lenglet

En Wembley, bajo la monumental obra de Leo y la aparición esperanzadora de Arthur, quedó el sello de Lenglet, que pertenece a una familia de futbolistas. Hay cuatro Lenglets para cuatro posiciones distintas. Uno, Clement, es el central del Barça;  Corentin, que fue lateral zurdo la pasada temporada en el Sevilla C,  ha estado a prueba este verano en el Europa; Nathian ejerce de medio centro;  Alexis, el más pequeño, actúa de delantero.

Un sello discreto, pero valioso. Central capaz de jugar a campo abierto, ahí se nota la atrevida mano de Sampaoli, además de nutrirse de las correcciones que le aportan defensas de renombre y experiencia, que conocen los recovecos del negocio, como Piqué y Vermaelen y tipos ya consagrados como Umtiti, todo un campeón del mundo. Juega lejos, pero también defiende como los viejos centrales, arremangado en el área de Ter Stegen cuando voló, y no es ninguna exageración, para interceptar el venenoso disparo de Lucas Moura que habría significado el 3-3. No fue un gol, pero sí lo fue.