DEL MINI A PRIMERA

Jokin Ezkieta, la sombra navarra de Ter Stegen

El meta, de 22 años, se sentará el sábado en el banquillo de Zorrilla por la lesión de Cillessen

Jokin Ezkieta, en un entrenamiento con el filial azulgrana.

Jokin Ezkieta, en un entrenamiento con el filial azulgrana. / .44749679

Marcos López

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Siempre se le veía antes que a los demás. Y no solo por su enorme estatura (Jokin Ezkieta mide ahora 1.93 m) sino por esa tranquilidad que desprendía bajo los palos. Hijo de la cantera navarra, detectado por Juan Carlos Unzué hace tres años para el Barça, este larguirucho portero fue siempre muy deprisa.

Siendo juvenil, con apenas 17 años, fue ascendido al primer equipo de Osasuna como tercer portero

Tras su inicio en el Oberena, fue captado por el Mutilvera. “Uno de nuestros ojeadores nos habló de él. Y lo fichamos. Era cadete entonces”, recuerda Pedro Sánchez, exdirectivo del Mutilvera, que fue la segunda (y breve) estación de un joven Ezkieta antes de asomarse a Tajonar, la ciudad deportiva de Osasuna.

En realidad, apenas estuvo un año en Mutilva, a apenas cinco kilómetros de Pamplona. Entrenaba Jokin con el Mutilvera, de donde salió en su día Patxi Rípodas, uno de los históricos de Osasuna y Athletic, y luego compatibilizaba ese trabajo con un viaje semanal a la capital navarra para hacer un entrenamiento con el club rojillo.

Pronto, se instaló definitivamente en Tajonar ese portero alto, moderno y ágil que iba cubriendo etapas a velocidad endiablada. Con solo 17 años, siendo aún juvenil, subió al primer equipo como tercer guardameta (lucía el dorsal 26), aprendiendo a diario de Asier Riesgo y Roberto Santamaría. Iba del Osasuna Promesas al primer equipo. Trazó ese camino vertiginoso junto a Mikel Merino, recién fichado este verano por la Real Sociedad del Newcastle, con quien compartió época en las categorías inferiores de las selecciones españolas. Son contemporáneos. Ambos nacieron en 1996.

"Lo que más llamaba la atención de Jokin era la madurez que desprendía" (José Manuel Mateo, su entrenador en el Osasuna Promesas)

"Era un chico que llamaba la atención. Por el físico que tenía, por sus cualidades", recuerda a este diario José Manuel Mateo, su entrenador en el filial navarro. "Lo que más llamaba la atención era la madurez que desprendía, a pesar de su juventud. Tenía un gran temperamento y templanza", cuenta el actual entrenador del Burgos.

La continuidad en el Sabadell

"Se manejaba muy bien con los pies, era completo y valiente", añade el hombre que lo tuteló en el Osasuna Promesas. Era inevitable que saliera tan pronto de Pamplona. El Barça reparó en él hace tres años. Hizo las maletas y se vino al Mini sin importarle estar seis meses sin jugar por la sanción de la FIFA. Tuvo luego escasa presencia (apenas tres partidos) antes de ser cedido al Sabadell en la temporada 16-17 donde completó 37 de los 38 encuentros como titular. En la Nova Creu Alta se lo pasó en grande, elegido como por una peña arlequinada como el mejor jugador del curso.

Regresó al filial azulgrana la pasada temporada, pero sin dejar huella. Solo jugó dos encuentros: las derrotas con el Lugo (1-2 en la jornada seis) y el Zaragoza (0-2 en la 42). No tuvo continuidad porque el portero titular, tanto para Gerard como para García Pimienta, era Adrián Ortolá (30 partidos). Pero la cesión de éste al Deportivo en verano le abrió las puertas.

Subió un escalón, aunque no jugó ni un solo minuto en la reciente gira por EEUU. No podía, sin embargo, imaginarse que la lesión de Cillessen, que estará dos semanas de baja, le haría sentarse este sábado en el banquillo del Nuevo Zorrilla.

Este profundo admirador de Buffon (su avatar en Twitter es una foto con el meta italiano que se hizo en la gira americana del 2017) será el segundo de Ter Stegen. En Pucela, habrá una sombra navarra para el indiscutible alemán.