El Barça se divierte en el homenaje a Mandela y mima a Messi

No jugó Messi de salida, pero el partido fue entretenido. Hecho tan largo viaje desde Barcelona a Johannesbugo, obtenido el botín económico (tres millones de euros) y el impacto deportivo (no resulta nada habitual que un gran club europeo pise el sur de África aún en temporada oficial), el Barça cumplió con su visita a Johannesburgo. No se había llegado a los 20 minutos de partido contra el Mamelodi Sundowns y los azulgranas se tomaban muy en serio ese entrenamiento. Ya ganaban 0-2 gracias a los tantos de Dembélé, que aprovechó el regalo de la defensa sudafricana, y de Luis Suárez, quien culminó una excelente jugada coral ofensiva con el epílogo final de la asistencia de Denis.

Busquets, de central

A Valverde le salió bien ese entrenamiento, que le obligó a realizar 20 horas de viaje. Le salió bien porque no hubo ningún jugador lesionado y porque, además, mimó a Messi, a quien apenas hizo jugar un cuarto de hora en ese amistoso. Tuvo su opción el técnico de ver a Aleñá, a quien alineó en el once inicial como paso previo a su inclusión ya definitiva la próxima temporada en la plantilla del primer equipo.

Sin Messi y con Busquets formando una extraña pareja de centrales junto a Yerry Mina, mientras Ter Stegen, destinado a ser el meta titular de Alemania en el próximo Mundial de Rusia si no hay una recuperación milagrosa de Neuer, demostró que no entiende de partidos amistosos. A los 33 minutos ya había dejado tres excelentes paradas, frustrando las prometedoras aventuras ofensivas del campeón de la Liga sudafricana.

El alemán para siempre y no se despista nunca. Incluso cuando nada es relevante, más allá de que el partido se enmarcara en los actos de conmemoración del centenario del nacimiento de Nelson Mandela. Ter Stegen, a lo suyo; Rakitic, ejerciendo de medio centro con Busi a su espalda, también. Mientras Messi y Piqué se lo pasaban bomba en el banquillo bromeando al ver caer a Yerry Mina sobre Busquets. De nuevo se vio al colombiano lento en el retroceso defensivo. El objetivo, por encima del componente económico y social, era que nadie tuviera ningún percance físico.

Misión cumplida, tanto en la primera como en la segunda parte, economizando energías, esquivando riesgos justo ahora que la Liga se cierra el domingo y el Mundial aparece cada vez más cercano. Corría Dembélé, cabeceaba Denis al palo y Yerry Mina persiguiendo un balón se llevaba por delante incluso a uno de los jueces de línea en una acción que provocó la carcajada general, incluída la del asistente del árbitro.

Un cuarto de hora con Leo

Tras el descanso, y una vez deprimido el Mamelodi por no poder batir a Ter Stegen, Valverde removió el equipo de arriba a abajo. Era lógico. Hasta demoró mucho más de lo esperado la presencia de Messi sobre el césped donde Iniesta marcó el gol que le dio a España el Mundial hace ocho años. Apareció Leo en el último cuarto de hora provocando como es lógico la locura entre el público, que llenaba lo que fue en su día el Soccer City.

Con la segunda mitad, el partido ya había entrado en un tono mucho más aburrido con el único sobresalto de otro error defensivo del Mamelodi que fue aprovechado por André Gomes para marcar el 0-3. Aunque el conjunto sudafricano tuvo su momento de gloria con el tanto de Vilakazi, protestado por la defensa azulgrana porque entendía que estaba en posición antireglamentaria.