LA DECISIÓN DEL CAPITÁN

Última copa con Iniesta

El símbolo del Barça busca olvidar la decepción de Roma con otro título antes de comunicar su decisión de irse a China

Iniesta, en un derbi contra el Espanyol en el Camp Nou.

Iniesta, en un derbi contra el Espanyol en el Camp Nou. / .41793611

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Será su última Copa. Y de nuevo en Madrid. Todavía no ha dicho que se irá, pero el tiempo se le echa encima para comunicarlo porque la frontera del 30 de abril (fecha límite) avanza velozmente. Andrés Iniesta vivirá este sábado en el Wanda Metropolitano, la nueva casa del Atlético de Madrid, su última final de Copa con la camiseta del Barça.

Lleva días preparando y preparándose para comunicar lo que nunca imaginó: dejar el Barça

Tras ir preparando al barcelonismo y al fútbol español con estudiados mensajes dejando indudables pistas de su adiós, el capitán busca otro título más para engordar un palmarés inigualable en una verdadera historia de ensueño. En realidad, ni los mejores sueños salen así. Luego, tras el Mundial de Rusia, le espera una nueva aventura en el fútbol chino: Tinajin Quanjian y Chongqing Dangdai Lifan son las dos opciones.

Llegó con 12 años a la Masia, rompió a llorar entonces cuando sus padres volvían a Fuentealbilla, y 22 años más tarde prepara las maletas camino del exótico fútbol chino tras firmar una carrera asombrosa. Asombrosa de fútbol (pareció que flotaba con el balón convertido en el artista del mejor Barça nunca visto) y asombrosa también de títulos: 33, 30 como azulgrana, tres con España, además de dos goles que le llevan a la eternidad: Stamford Bridge (2009) y Johannesburgo (2010).

"Sé lo que voy a hacer"

Sigue Iniesta sin decir nada aún, pero, transparente como ha sido siempre por sus gestos, se le entiende todo. "Yo ya sé lo que voy a hacer", dijo tras ganar al Leganés, sin olvidar aún el dolor que le supuso la tragedia del Barça de Valverde en Roma. Ahí se le humedecieron los ojos por una derrota que le privaba de despedirse por la puerta grande de Europa, algo que no quiere que vuelva a repetirse en la Copa, una competición menor para los que no la juegan. Con la Liga casi en la mano, y después de permanecer durante 16 temporadas en el primer equipo (Van Gaal lo hizo debutar en el 2002), Iniesta busca un doblete más para certificar el final de un período, al menos suyo, tan glorioso como irrepetible.

Final de una época

Se fue Xavi hace tres años a Qatar donde preparó su jubilación deportiva (aún sigue jugando) y planifica su futuro inmediato (ahora mismo está en Madrid recluido en la ciudad deportiva de Las Rozas como alumno del curso de entrenadores que organiza la federación española de fútbol). Se acabará marchando también Iniesta. Quedará solo Busquets en el cruce de caminos del centro del campo como único vestigio de un trío de jugadores que cambió la manera de entender este juego con un impacto revolucionario, que trascendió más allá de las paredes del Camp Nou.

Se fue Xavi hace tres años y el club buscó sin éxito a su sucesor. Con el actual capitán pasará igual. No hay genios como ellos

El Barça, ahora ya sin margen de error, se verá obligado a reinventarse para no volver a fallar en Europa, por mucho que aún tenga a Messi. Pero nada será igual tras perder a los dos faros que marcaron su estilo en este siglo. Resultó inútil y estéril la búsqueda de otro Xavi. No existe en la Masia ni existirá. No debe, por lo tanto, el club perder el tiempo en perseguir  desesperadamente al sucesor de Iniesta. Tampoco existe. Queda disfrutar las últimas gotas de un jugador único, dispuesto a emprender su última aventura desde lo más alto de su cima: titular indiscutible del Barça que aspira al doblete y titular indiscutible de la España de Lopetegui candidata a todo en el próximo Mundial de Rusia.

Salir de casa

 Mientras llega el día que nunca imagino que iba a llegar ("el Barça es mi casa") y rodeado del cariño que siempre ha tenido (el Camp Nou no deja de gritarle para que se quede aplazando su salida a China un año más), el capitán apareció ayer feliz en el penúltimo entrenamiento antes de su última final de Copa. Saborea cada uno de los segundos como si fueran el último en la ciudad deportiva. Tal vez lo sean, por mucho que él, prudente y precavido, siga sin decir nada. Prefiere hablar todavía con el balón. Y anda en juego una Copa. La última con Andrés. Luego dirá...