CHAMPIONS, CUARTOS DE FINAL

Roma, el enemigo del Barça en la Champions

Juventus-Madrid, Sevilla-Bayern Múnich y Liverpool-City completan el inicio de la fase decisiva del torneo

Messi y De Rossi.

Messi y De Rossi. / periodico

Marcos López

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El sorteo no le ha ido nada mal al Barça. Le ha tocado la nueva Roma. La Roma que anda reconstruyendo Monchi, el antiguo y exitoso director deportivo del Sevilla. Un equipo que llevaba 10 años sin colarse por vez primera entre los ocho mejores equipos de Europa. Lo ha conseguido tras eliminar al Shakthar Donetz ucraniano. Ahora, en cambio, le espera el Barça. "De la urna ha salido uno de los equipos más fuertes del mundo, con el mejor jugador del mundo", ha declarado Eusebio di Francesco, el técnico del conjunto italiano.

El Barça viajará a Roma, mientras el Madrid también tiene rival italiano: la Juventus. El mismo al que derrotó en la final de la pasada edición de la Champions en Cardiff (4-1). El Sevilla se enfrentará al Bayern Múnich, el campeón alemán, mientras en Inglaterra se vivirá en los cuartos de final de la Champions un duelo más propio de la Premier: Liverpool-Manchester City.

Di Francesco podría preguntarle a Conte cómo preparar el duelo con el Barça de Messi. No tuvo su colega italiano respuestas para desactivar a la estrella argentina, empeñada en acabar con su sequía europea porque solo ha ganado una Champions en los últimos siete años. Desde Berlín-2015, el Barça no se ha encaramado al trono continental. "Hemos llegado hasta aquí jugando con coraje y determinación. Debemos vivirlo con entusiasmo y conciencia", ha añadido.

Di Francesco, un 'guardiolista'

Declarado fan de Guardiola desde su brillante época en el Sassuolo, Di Francesco se medirá al Barça, el espejo táctico que ha ido evolucionando y más, sobre todo, en los últimos meses con la llegada de Valverde, quien ha dotado al equipo azulgrana de una estabilidad defensiva poco habitual en el Camp Nou. El Barça es el mejor equipo de Europa porque solo ha encajado dos goles en ocho partidos. Y Messi vuelve al estadio Olímpico romano donde voló, colgado de un invisible hilo, para firmar uno de los goles más bonitos de su carrera: el 2-0 al United de Cristiano que le dio la Champions al Barça de Guardiola.