OTRA EFEMÉRIDE

'Centennial' Messi en la Champions

Messi celebra con el público el segundo gol al Chelsea.

Messi celebra con el público el segundo gol al Chelsea. / periodico

Joan Domènech

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La prensa inglesa encontró una fácil explicación a la eliminación del Chelsea. Resumida en un simple nombre, unánime en todas las portadas. Leo Messi. El centennial  Messi,centennial que crucificó al cuadro inglés, causante de tantas desdichas anteriores, con los dos goles que le permitieron alcanzara la mágica cifra de cien en la Champions League. Por delante está Cristiano Ronaldo (117), en ese particular afán de superación mutua que les retroalimenta. Por detrás, el abismo. Nadie.

'Messi se vuelve loco', 'Otro gran Messi', 'Magic Messi' fueron algunos de los titulares de los medios británicos. Los jugadores del Chelsea también nombraron al astro azulgrana, víctimas de un talento único que Antonio Conte, el entrenador, se encargó de resaltar. El causante de la derrota era él.

"Hablamos de un jugador supertop, que puede marcar, que marca, 60 goles por temporada. Estoy contento de haber podido felicitar al mejor del mundo", dijo el técnico italiano, que saltó al césped, acabado el partido, para saludar y abrazar efusivamente al verdugo de su proyecto. Solo le queda pelear por la Copa al vigente campeón de la Premier y procurarse una modesta entrada en la Champions de la próxima campaña. Es quinto en la clasificación, a cuatro puntos del Liverpool (cuarto).

Inglaterra se expresó convulsionada por la actuación de Messi, que para los culés no dejaba de ser hasta cierto punto convencional porque ha anotado 103 dobletes y 39 tripletes (o más goles) en los 625 partidos disputados con el Barça. Ni el propio Messi se sentía especialmente eufórico. No fue su mejor partido ni el más relevante por mucho que consumara su primer centenar de goles en la Champions y brindará las primeras dedicatorias a Ciro, su tercer hijo.

Una "linda alegría"

"Es una linda alegría poder llegar a los 100 goles en la Champions", dijo Messi al final del partido. Debió salir a rastras a ofrecer sus impresiones en una breve aparición ante las cámaras de la Champions League. Como el día en que anotó cinco goles al Bayer Leverkusen en un partido como el del miércoles: en la vuelta de los octavos de final de la edición 2011-12.

"En el primer tanto cometí un error: no esperaba que Messi fuera a disparar desde ese ángulo y tardé demasiado en cerrar las piernas. Había recibido goles suyos así. El punto débil del guardameta está siempre por debajo las piernas. No puedo esconderme, sino salir, ser un hombre, asumir el error y seguir adelante". Thibaut Courtois

"Hicimos un gran partido, lo sacamos adelante. Estoy feliz de sacar este partido tan duro. Hemos sido muy fuertes como equipo y como bloque", añadió Messi, que ha comenzado una nueva racha fértil. Estuvo cinco partidos sin gritar, a principios de febrero, y cuando vio al Chelsea ante sí, aquel equipo maldito ante el que nunca había marcado, recuperó la inspiración. Uno en Stamford Bridge, dos al Girona, uno al las Palmas, otro al Atlético y dos al Chelsea.

Messi asombró al planeta transformando tres faltas en tres partidos consecutivos (Girona, Las Palmas y Atlético, batiendo al portero en tres ángulos distintos) y frente al Chelsea consiguió otro logro espectacular. Metió los dos goles entre las piernas de Thibaut Courtois, el primero con la derecha, el segundo con la izquierda.

Un portero colorado

Courtois apareció en montajes de Twitter vistiendo una falda larga. Imaginaba lo que se le avecinaba. Supo, desde el primer momento, la responsabilidad que tuvo en los dos goles del argentino. "Messi dejó colorado a Courtois", subrayó un sensacionalista británico.

"En el primer tanto cometí un error: no esperaba que Messi fuera a disparar desde ese ángulo y tardé demasiado en cerrar las piernas", admitió Courtois, consciente, como apuntó, que "el punto débil del guardameta está siempre por debajo de las piernas". El portero belga, que roza los dos metros de estatura, recordaba que Messi le había batido de esa manera cuando estaba en el Atlético -"me di cuenta demasiado tarde", confesó- y se mostraba dispuesto a aceptar una cuota de culpabilidad: "Me sabe mal, pero no tengo que esconderme, sino salir y ser un hombre, asumir el error y seguir adelante".