Dembélé y Coutinho, desmelenados sin Messi

La ausencia de Messi en un partido decisivo provocaría el vértigo de la mayoría afición culé. Pero el pequeño CiroCiro tuvo a bien venir al mundo coincidiendo con la visita del Barça al colista, lo que convirtió la baja del astro –de consecuencias inimaginables hace una semana contra el Atlético o el próximo miércoles contra el Chelsea– en una oportunidad para Dembélé y Coutinho de reivindicar un papel protagonista. Y la aprovecharon. Los dos fichajes más caros de la historia del Barça se soltaron el pelo ante la baja de Leo y juntos firmaron un gol de bandera.

El escenario era el ideal. El rival, un Málaga que volvió a dejar claro por qué jugará en Segunda la próxima temporada, era el idóneo para lucirse. Y Luis Suárez necesitó 15 minutos para ejercer el papel de Messi en la clásica conexión con Jordi Alba y encarrilar el marcador.

Sergi Roberto, socio ideal

Era el día para lucirse y tanto el francés como el brasileño lo aprovecharon. Dembélé, atacando desde la derecha, encontró en Sergi Roberto un socio ideal con el que combinar. El de Reus no suele fallarle a sus compañeros de banda, pero el francés también supo desplazarse al interior para dejarle espacios al lateral. E individualmente demostró las cualidades que con la camiseta del Dortmund convencieron al Barça para desembolsar 145 millones de euros.

Uno de sus primeros desbordes acabó en gol. Aprovechando su velocidad (hasta 33 km/h alcanzó en La Rosaleda, según Movistar+), llegó a la línea de fondo y allí, con un magistral recorte, dejó tirado en el suelo a Chory Castro para asistir a Coutinho, quien sorprendió con un sutil remate de tacón no solo espectacular sino necesario, pues no había otra manera de rematar de primeras. El genial recurso del brasileño pasó bajo las piernas de Rosales y superó la estirada de Roberto. 

Fue el tercer gol de Coutinho con la camiseta del Barça, tras los anotados al Girona en la Liga y el Valencia en la Copa. También la cuarta asistencia del francés, que hasta el final buscó y mereció un gol que le sigue siendo esquivo.

"La jugada es toda de él"

"Dembélé es un grandísimo jugador y hoy lo demostró otras vez jugando muy bien. La jugada es toda de él", declaró sobre el césped Coutinho, agradecido por la magnífica asistencia de su compañero, al que en el mercado de invierno liberó de la presión de ser el fichaje más caro de la historia del Barça con sus 160 millones al Liverpool. También tuvo un recuerdo para Messi: "Leo es el mejor del mundo, siempre nos hace falta, pero hoy ha pasado algo muy bueno en su vida".

El disparo lejano es una de las especialidades de Coutinho, y sin Messi (siempre primera opción natural para cualquier jugador ofensivo del Barça que tenga el balón en los pies) era el día para probar suerte. Hasta cinco veces lo intentó el brasileño, a quien cada vez que pisaba el cuadrante izquierdo imaginario de 5x5 metros en la frontal del área se le disparaba el resorte del chut. No tuvo suerte y no hubo doblete, e incluso en los dos últimos intentos se llevó sendas reprimendas de Suárez y Piqué, que esperaban el pase.

Lucha por el once de Champions

También lo probó varias veces Dembélé, muy hábil a la hora de posicionarse para recibir un pase o un rechace. Ni con la izquierda ni con la derecha encontró el camino del gol. 'El Mosquito', que a diferencia de Coutinho aspira a uno de los dos puestos libres (si Iniesta no llega a tiempo) en el once para el partido del Chelsea, fue sustituido por Aleix a cinco minutos del final.

"Es un jugador que necesita tiempo", terció Valverde. "Es joven ha tenido una lesión importante y los focos están puestos en él porque esto es el Barça y hay mucha presión", añadió dando normalidad al debate. "Hoy lo ha hecho con más acierto que otras veces, pero lo importante es que siempre lo intenta, que se enfrenta al rival. Es un paso más", rubricó el míster.