OPORTUNIDAD PERDIDA

Los suplentes del Barça ratifican su condición

André Gomes, Alcácer y Dembélé pasan sin pena ni gloria ante el Espanyol y Denis Suárez acaba abatido por una lesión

Dembélé, en una acción del partido.

Dembélé, en una acción del partido. / periodico

Jordi Tió

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Si alguno de ellos esperaba la Supercopa de Catalunya para reivindicarse ante Ernesto Valverde con el reto de arañar minutos, desaprovechó la oportunidad, sin paliativos. Especialmente en los casos de Dembélé, André Gomes, Alcácer y Denis Suárez, titulares ante el Espanyol en Lleida.

Brioso comenzó el duelo el extremo francés, con carreras interminables en busca de la jugada imposible evidenciando su estado de ansiedad por verse relegado al anonimato en el primer equipo tras llegar como gran fichaje en verano por 140 millones. No mostró ansiedad en su caso André Gomes, pero si su apatía habitual, la misma que hace exasperar al Camp Nou y cabrear a la vez a Valverde por los pitos que debe aguantar el portugués, que jugó en la posición de mediocentro sin aportar nada relevante.

Lesión de Denis Suárez

Mejores vibraciones dejó Denis Suárez, activado y reivindicativo mientras estuvo en el campo, firmando alguna acción de mérito, pero el infortunio se cebó en el centrocampista al sufrir una lesión muscular en la pierna izquierda poco antes del descanso. Abatido se fue al banquillo y se le vio con la mirada perdida, quizá pensando ya en cambiar de aires ante la decepcionante campaña que le toca vivir.

Tampoco tuvo nada de lo que alegrarse Paco Alcácer, que no aprovechó ninguna de las pocas ocasiones de gol de que dispuso. Clarísima fue la primera, cuando en una contra Dembélé le dejó solo ante Pau y disparo muy alto, y más acierto exhibió en la segunda, pero su remate de cabeza fue atajado por el meta blanquiazul. No hubo más noticias de Alcácer, que tuvo el honor de recoger la copa ya que acabó el partido con el brazalete de capitán, insignia que lució Aleix Vidal de inicio hasta que fue relevado a pocos minutos del final. El carrilero de Puigpelat exhibió carácter, hasta el punto de ganarse una amarilla por una dura entrada, buscando ganarse la confianza del técnico para que cuente con él para la vuelta ante el Chelsea, ya que la ausencia de Iniesta por lesión le abre una puerta.

La felicidad de Yerry Mina

Sí que lo pasó en grande Yerry Mina, poco exigido en defensa y meticuloso en la salida del balón, evitando por ahora dar rienda suelta a su atrevimiento a la hora de cruzar la línea del centro del campo, algo que el central colombiano solía hacer en Brasil con asiduidad. Su mejor momento llegó en la tanda de penaltis: transformó el lanzamiento y se soltó por unos breves segundos: empezó a mover su espigado cuerpo al ritmo del salsa choke. Lo que puede pasar el día que marque en el Camp Nou. También dejó claro que le gusta ordenar desde la defensa, algo que ya demostró en su debut en el Camp Nou ante el Getafe, y también se mosqueó cuando subió a rematar un córner, su gran especialidad, en el último minuto pero el balón se quedó en el primer palo.

La solvencia de Cillessen

También brilló Cillessen, demostrando su solvencia habitual para tranquilidad de Valverde, que cuenta con dos grandes porteros. El holandés hizo varias intervenciones de mérito y finiquitó la tanda parando el último lanzamiento y abrazándose con Yerry, sin duda, los dos más felices, a parte de los jóvenes del filial por jugar con los mayores.

Valverde valoró el partido de Dembélé. "Ha intentado entrar en juego con jugadas individuales, lo que nos viene muy bien. Esperamos que esto se vaya traduciendo en partidos de Liga como el que tenemos el sábado", añadió, quizá dejando entrever la titularidad del extremo francés en Málaga.