EL ANÁLISIS

Las claves tácticas del Barça-Girona: Lección del 'extraterrestre' Messi

La estrella argentina ofreció un clínic de fútbol con un catálogo de prodigios

Messi se prepara para lanzar su magistral falta ante el Girona que acabó en gol.

Messi se prepara para lanzar su magistral falta ante el Girona que acabó en gol. / periodico

Marcos López

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1.- Pases majestuosos y falta sobrenatural

Creía el Camp Nou que había visto todo, absolutamente todo de Messi. O casi todo. Pues, no. Tras el gol de Portu se asistió a un catálogo inédito de prodigios de Leo. Primero, entendió lo que necesitaba el equipo para levantarse de tan tempranero sacudidad del Girona. Retrasó unos metros su posición, casi más cerca de Rakitic y Busquets, los dos medio centros, que de Suárez. Así atrajo la atención de la adelantada defensa dispuesta por Machín. A partir de ese momento, divulgó un clínic de este juego. La asistencia a su vecino Luis fue el primer capítulo de un manual majestuoso. No estaba contento Leo con esa inmediata réplica a la sacudida del Girona.

Apenas 10 minutos de partido y ya había dejado a tres amigos solos delante de Bono: Suárez aprovechó y marcó; Dembélé y Jordi Alba. Pero Messi había decidido que este inédito derbi catalán pasaría a la historia por la falta en la que se burló de la defensa del Girona haciendo circular lentamente la pelota por debajo suyo. Marcó un gol donde no había espacio y dejó retazos de una obra de arte.

2.- El Girona se quebró defensivamente

En la diminuta figura de Portu, que salió ovacionado del Camp Nou por el público culé, se adivinó la valentía del Girona. Salió con su plan de siempre aunque cambió Machín, eso sí,los carrileros que había usado últimamente. Maffeo volvió por la banda derecha, mientras Aday se cambiaba de sitio para irse a la izquierda. Pero el club de Montilivi se desgarró, curiosamente, por el centro, incapaz de detectar la silenciosa figura de Messi. La solidez del Girona se desmoronó de tal manera que asistió a una sangría, sin poder ayudar a un desconsolado Bono.

Quiso parapetarse y salir apretando al Barça con una presión asfixiante, pero entonces el espacio quedaba a la espalda de los defensas. No había, como en Montilivi, un marcaje individual de Maffeo sobre Messi. Ni supo el Girona encontrar a ese mago argentino que le volvió loco. Cuando se dieron cuenta, el Barça halló espacio con pases largos, pero todo nació a través del control azulgrana.

3.- Cuando las bandas volvieron a llenarse

Volvió el Barça de los tres delanteros con la presencia de Dembélé acompañando a Suárez y Messi. Hasta ahora, Valverde se sostenía tácticamente sobre el 4-4-2, pero decidió cambiar de dibujo para llenar, sobre todo, las bandas. Era necesario para que el goleador uruguayo no se sintiera tan solo como en Londres y especialmente para que Messi tuviera más socios a quien mirar. Alteró el paisaje de la banda derecha dando entrada a Semedo y mantuvo en la izquierda a Jordi Alba. Eran los laterales los que debían ocupar los costados para ensanchar el Camp Nou y hacerle correr aún más al Girona detrás de un balón que no veía.

Semedo percutía hasta que se lesionó dejando al Barça con 10 en los últimos minutos, Dembélé regateaba, Alba galopaba y Coutinho zigzagueaba en el pico del área izquierda. Se venían dentro los delanteros abriendo los pasillos para que profundizaran mirando siempre a Messi. Así invadió el Barça el área de un desprotegido Bono. Porque el partido no se entiende sin la descomunal figura de Leo, guía y dueño.