NUEVE MESES PRESO

El dolor de los Rosell

Sandro Rosell, llegando a la Audiencia Nacional, en julio del 2014.

Sandro Rosell, llegando a la Audiencia Nacional, en julio del 2014. / periodico

Iosu de la Torre

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La familia de Sandro Rosell ha roto el silencio mantenido durante nueve meses. Cuando se han resignado a esperar al juicio desde la prisión de Quatre Camins u otra cárcel catalana, celebran la solidaridad de muchos amigos y lamentan ciertas decepciones. “El miedo es legítimo”, asumen. 

A los familiares les hubiese gustado que el FC Barcelona se hubiera movilizado de alguna manera más clara, abierta a la opinión pública. También que Pep Guardiola o Jan Laporta hubieran lanzado un mensaje de apoyo, que se hubieran puesto en la piel del recluso, “lejos de las rencillas del pasado”.

No llegó “pese a la excepcionalidad de la situación”, ni en privado ni en público. Ni siquiera una llamada de aliento.

Condena preventiva

El próximo lunes Rosell cumplirá nueve meses en prisión. Demasiado tiempo, opinan no solo familiares y amigos. En lugar de prisión preventiva se han aconstumbrado a la  condena preventiva. La jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ordenó el encarcelamiento en Soto del Real (Madrid) por presunta implicación en el blanqueo de comisiones ilítas de los derechos audiovisuales de la selección brasileña, descubierta por el FBI en el 'FIFAGate'.

Unos 270 días después, los abogados han solicitado el traslado a una cárcel catalana para aliviar el desasosiego de la familia y rearmarse para cuando se celebre el juicio del que confían salga libre “sí o sí”. Quatre Camins podría ser el destino del recluso que ha dejado una huella profunda entre sus compañeros de Soto del Real. 

Empatía característica

Las crónicas carcelarias dan cuenta de un Sandro Rosell empatizado en un entorno complicado. “Siempre ha sabido adaptarse a las circunstancias y ha librado complicadas batallas”, avisa uno de los amigos con los que se cruza cartas. El decálogo vital del presidente más votado en la historia del Barça, recogido hace ocho años en su libro 'Bienvenido al mundo real', merecerá una revisión. O una segunda entrega marcada por esta experiencia y por la herida inflingida a los suyos. El mundo real de Soto del Real, valga la cacofonía.

“No se puede ser amigo de todo el mundo”, advertía Rosell en aquel libro, editado en víspera guerrera con Laporta. Quizá hoy opine distinto, con excepciones, a la vista de la cantidad de personas que acuden a la celda que comparte con el abogado Joan Besolí en busca de ayuda, de un consejo.

Una asesoría abierta en la cárcel

Lo resume uno de los amigos que lo han visitado en fin de semana: “Es como si hubiera abierto despacho, una especie de asesoría gratuita para cuando queden en libertad”. Rosell imparte clases de matemáticas y conocimientos básicos de empresariales. Y también de Derecho. La estancia en la cárcel le ha llevado a sumergirse en los códigos para tratar de entender qué es impartir justicia según los jueces de la Audiencia Nacional. 

"Sandro resurge en los peores momentos. Nos anima a seguir adelante", dice un allegado

Contra las cuerdas y entre rejas, ha revalorizado alguna de las frases hechas que esgrimía en aquel libro del 2010. “No dar nada por perdido”. Así lo explican sus próximos. “Sandro resurge en los peores momentos. Nos anima a seguir adelante, transmite seguridad, todo acabará bien”.

Cuentan que ha superado el bajón anímico experimentado después de que los jueces negasen la puesta en libertad con una fianza de 400.000 euros. “Fue algo inaudito, le dijeron al abogado que fijase la cantidad y cuando la propuso, dijeron que no. El dinero era del padre de los Rosell, el juez dedujo que no era cierto y que podría tener más del embargado por Hacienda. Fue un golpe duro, pero ya se ha recuperado”.

Víctima del efecto mariposa

Al revisar las páginas de 'Bienvenido al mundo' real se recupera aquella idea prestada sobre el efecto mariposa, aquel que sostiene que el aleteo de una mariposa en Japón puede desencadenar un huracán en Nueva York. Sandro Rosell, como víctima de la teoría del caos que tan bien defendía. ¿En qué momento se resquebrajó todo para que Lamela, la jueza mariposa, lo metiera en prisión preventiva?  

El expresidente suma nueve meses en el módulo 4 de la misma prisión que ha congelado a Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. Aún no acaba de entender qué hace allí, porqué le atribuyen un presunto delito cometido fuera de España, porqué le mantienen en prisión cuando el país de origen de la denuncia (Brasil) ya no lo reclama, teniendo toda su fortuna embargada y porque ha visto cómo otros jueces han sido más benévolos con el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y el de la Federación de Fútbol, Ángel María Villar.

Por los juzgados y los despachos de Madrid y Barcelona circula la teoría de que la Audiencia Nacional pretende obtener una declaración de Rosell que implique al empresario brasileño Ricardo Texeira con la compra de votos para el Mundial de Catar y que EEUU pueda obtener la extradición.

Si es así, los familiares de Rosell aseguran no saber nada de este asunto. “Nos cuesta mucho de creer”, admiten al tiempo que insisten no entiender porqué el primogénito sigue en la cárcel. “Aquí hay algo más que desconocemos”.

Un 'vis a vis' al mes

Como tantos otros presos en las cárceles españolas, Rosell dispone de un encuentro al mes con su familia, un 'vis a vis' que no llega a las tres horas y al que solo acceden cuatro miembros. También cuenta con los encuentros de los sábados, menos de una hora, a través de una mampara trasparente y sin contacto físico. 

Los encuentros están limitados a una lista de diez amigos que durante todo este tiempo la autoridad penitenciaria no ha permitido alterar. Los sábados sirven para calibrar el estado del anfitrión y de los visitantes. “A veces tiene que animarles él para mantenerlos fuertes y alejar la desesperación”, explica una voz que ruega anonimato cuando explica lo mal que lo viven los padres del recluso del módulo 4.

Se ha vuelto un lector voraz, 'El libro de los Baltimore' y 'La señora Stendhal' están en los favoritos

Los amigos de Rosell cuentan que ya era una persona muy generosa antes de este capítulo. “Siempre ayudaba a quien se lo pedía. Dinero, avales, también consejos”. En Soto del Real se repiten la situaciones. Rosell ha sentido de cerca el infierno que sufren jóvenes toxicómanos y, aseguran, montará alguna entidad de apoyo cuando regrese a Barcelona.

Hombre de pocos libros se ha vuelto un lector voraz, asesorado por su esposa. Ha sorbido 'El libro de los Baltimore', de Joël Dicker. También le ha ayudado a la reflexión 'La señora Stendhal' un alegato contra el sectarismo. Su autor, Rafel Nadal, así lo desea ante la penuria carcelaria.

Y más lectura, la de las cientos de cartas “de gente conocida y anónima”, que le dan gasolina en el sueño de recobrar la libertad.