DESDE LA GRADA

Messi dejó afónico a Conte

Marcaje al entrenador del Chelsea persiguiendo desde la banda a sus hombres y al líder rival

Antonio Conte, durante un momento del Chelsea-Barça.

Antonio Conte, durante un momento del Chelsea-Barça. / periodico

Pol Gustems

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Si Andrés Iniesta hubiese encontrado la escuadra en el último suspiro, un segundo gol, si el entrenador del Barça hubiese tenido el impulso recorrer la banda de Stamford Bridge, se habría encontrado esta vez con un impedimento de primer orden. Una barrera acústica impenetrable. Un grito de Antonio Conte.

El italiano retransmite el partido con una intensidad radiofónica. Alterna su lengua materna y el inglés y solo descansa cuando lleva el esférico Leo Messi. Porque solamente con el balón en los pies del argentino el público local, y también el técnico italiano, convierten sus rugidos en timidez.

“Come on Chelsea!”, repiten unos 'blues' que se emocionan incluso cuando Victor Moses hace una conducción de dos metros en campo propio. “¡Play, Courtois!”, regaña Conte a su guardameta cuando rifa la pelota sin necesidad. Aunque si el de Lecce tiene una víctima preferida esta es Pedro, de quién repite el nombre hasta la saciedad: ¡Pedro! ¡Pedro! ¡Pedrooo! 

Los tiros al poste de Willian

Se vuelve loco cuando Cesc Fábregas tarda un segundo de más en entregar un balón, pierde los nervios cuando Willian dispara al poste y pierde un poco de vida cuando el brasileño vuelve a encontrar la madera. Incluso pega un puntapié al aire recreando el disparo. La profundidad de sus gritos llega hasta el círculo central, dónde se da por aludido Eden Hazard. No se salva nadie.

Ni el árbitro principal, ni el cuarto árbitro, ni por supuesto aquel inquilino de su banquillo que recibe los gritos de rebote. Cuando la acción se termina o se cansa de insistir, Conte se gira hacia uno de sus ayudantes al no le queda otra opción que fare sì con la testa.

Valverde anima, aplaude y regaña a la vez a Paulinho. Conte intervine más

Ernesto Valverde anima, aplaude y regaña de vez en cuando a Paulinho por su posicionamiento en el campo. Conte interviene más. Incluso Cesc se gira hacia su entrenador antes de colgar una falta para buscar su visto bueno. Stamford Bridge, que no se llenó, pues tres filas enteras de una grada quedaron vacías, vive una relación más estrecha con su técnico que con su equipo. Por eso se fue a celebrar con ellos cuando finalmente Willian disparó a la red. El único al que no reservó. El brasileño fue el arma secreta de Conte. 

Todos los improperios a Cesc

Iniesta no encontró la escuadra. En realidad cuando disparó por primera vez a la portería de aquél gol de 2009, lanzó desviadísimo con la zurda. Sin embargo encontró  un pase a Messi. Conte lanzó todos los improperios que se le ocurrieron cuando Cesc dejó pasar un balón criminal que acabó en los pies del ‘8’.

Messi se había exhibido en el Etihad y en el Emirates. Su paso por el Bridge no fue de la misma naturaleza, pero marcó un tanto importantísimo que le colocó de nuevo en las portadas de la prensa inglesa. La Premier se ha pasado los últimos años asimilando que no lo verá en uno de sus equipos.

Sufriéndole en Europa, como rival, a clase maestra por visita. Ésta vez le marcó esta vez al equipo que no nunca había podido batir. Parecía un maníaco inagotable, pero después del gol de Messi, Conte se quedó sin voz.