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EL PARTIDO DEL CAMP NOU

El Barcelona doblega a un Valencia ultradefensivo

El equipo azulgrana mereció mejor resultado que el solitario gol de Suárez

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Joan Domènech

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Un Mestalla repleto y un Valencia obligado a atacar. Esas son las condiciones que se encontrará el Barça el próximo jueves para alcanzar la quinta final consecutiva de Copa. Unas condiciones completamente diferentes a las que planearon en el primer asalto, en un Camp Nou semivacío y desangelado (solo 50.959 espectadores tratándose de una semifinal, por muy habitual que sea) y un rival ultradefensivo.

Mereció el Barça bastante más que el solitario gol de Luis Suárez para devolver la visita al Valencia con menos angustia. El juego azulgrana, esta vez, fue mejor que el resultado. Los barcelonistas pueden fundamentar su optimismo en que el Valencia estará obligado a salir de la cueva en la que se encerró. Cuando lo intentaba, tímidamente, por supuesto, se mostró vulnerable. Y ahí estará Messi para aprovechar cualquier resquicio de debilidad para fabricar otra jugada de la nada.

Ocho a tres

Ocho semifinales seguidas contra tres. Ese era el planteamiento. Y así se vio en los papeles que desempeñaron los equipos, con un Barça dispuesto a aprovechar su dulce momento y un Valencia que solo pretendía salir indemne para que la semifinal se jugara a partido único y en su casa. El miedo levantino estaba justificado. En su última visita copera (precisamente las semifinales del 2016) le cayeron siete. GayáParejo Vezo fueron testigos de excepción. También André Gomes. Marcelino estuvo a punto de salirse con la suya. Pero ahora tendrá que preparar un plan para atacar.

El Valencia fue un equipo ultradefensivo, que disparó fuera por primera vez en el minuto 45: fue Montoya, en una incursión improvisada. Al Barça solo le faltó remate. Parece algo irreal, con Messi y Suárez en el césped (los dos se repartieron los siete tantos del recordado precedente), pero bajo el funcionamiento actual, el equipo no tiene presencia en el área. No la que debería atendiendo a su vocación ofensiva.

Leo es grande

Aleix Vidal, o quien juegue de exterior por la banda derecha, es más centrocampista que extremo y Messi cada vez más está por construir que por rematar. Es tan grande, sin embargo, que es el máximo goleador de la Liga. El pobre Suárez se ve en una evidente inferioridad de condiciones rodeado de defensas.

El Valencia se plantó muy rezagado, pero nunca dio síntomas de sentirse angustiado. El buen hacer ché se observó en que solo cedió disparos forzados. El partido se jugó entre la raya del área y la del centro del campo. Los ataques locales se sucedían con una frecuencia aeroportuaria. En ese aspecto se vio también la inteligencia barcelonista, sobre todo en el primer tiempo, cuando el dominio fue más avasallador y las piernas estaban más frescas.

Excelente recuperación

La disposición de los centrocampistas azulgranas en la recuperación del balón fue excelente. Cada balón despejado, cada inicio de transición levantina era inmediatamente abortado por Rakitic Busquets y en ocasiones por Piqué Umtiti reaccionando con prontitud para cerrar espacios.

Toda esa lucidez no se trasladó a la construcción de los ataques. Pasaron todos por Messi. De esa cabeza salen las ideas más inimaginables; de las otras, con la excepción de Iniesta y cabe esperar que de la de Coutinho, no brotan iniciativas tan originales ni tan caudalosas.

Las mejores ocasiones del Barça no se produjeron cuando el dominio azulgrana era avasallador (76% de posesión en el primer tiempo), sino cuando el Valencia pareció estirarse poco después del descanso, seguramente porque Marcelino lo ordenó, y en el tramo final, porque el 1-0 era muy mal resultado. Merecieron uno peor.

Barcelona, 1; Valencia, 0

Barcelona: Cillessen (8); Sergi Roberto (7), Piqué (6), Umtiti (9), Alba (6); Aleix (6), Rakitic (7), Busquets (7), Iniesta (6); Messi (8), Suárez (6). Técnico: Ernesto Valverde (7). Cambios: Coutinho (5) por Aleix (m. 57); Paulinho (5) por Rakitic (m. 67); Alcácer (7) por Iniesta (m. 71)..

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