EL PARTIDO DEL CAMP NOU

Messi y sus amigos arrasan al Eibar

Un póquer del astro, acompañado por Paulinho y Denis, los héroes de Getafe, dan la quinta victoria seguida

Messi empuja suavemente el balón a la red rodeado de rivales en el cuarto gol del Barça ante el Eibar.

Messi empuja suavemente el balón a la red rodeado de rivales en el cuarto gol del Barça ante el Eibar. / periodico

Joan Domènech / Barcelona

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Con un penalti y un córner derribó el Barça al Eibar en el primer tiempo, estableciendo una ventaja inabordable antes de hundirle con otra serie de goles de jugada para que no hubiera dudas ni discusiones de café y/o de plató. El más voraz de los goleadores del siglo se alió con sus amigos para despachar con facilidad una visita cómoda.  El séptimo enfrentamiento con los vascos se saldó igual que los seis anteriores.

Messi se quedó solo en la delantera (Dembélé durmió en una clínica de Helsinki y Luis Suárez sesteó en el banquillo) pero sabido es que no necesita a nadie para marcar goles.

Messi se quedó solo en la delantera. Dembélé durmió en una clínica de Helsinki y Luis Suárez sesteó en el banquillo. Pero Leo no necesita a nadie para marcar

La versión más depredadora de Juan Palomo se apuntó un póquer (el quinto de su carrera) para pintar de festival un partido que se abrió en la segunda mitad. Cuando el Eibar, después del descanso, tenía asumido que le esperaba un suplicio. Había visto un espejismo (Enrich tuvo la primera ocasión, clarísima, en el minuto 3 y luego anotó el 3-1) y la realidad era que estaba en un infinito desierto verde. Desierta estuvo gran parte de la grada, con la peor entrada liguera desde el Barça-Numancia que se jugó en enero del 2009 (47.330 espectadores).

Sin los más caros

Faltaban los fichajes más caros de la historia (Dembélé y Suárez, 105 y 81 millones, respectivamente), pero estaba el más valioso de todos los tiempos, así que el Barça no les echó de menos. A Messi le acompañaron dos nuevos amigos; tan recientes son, que esa relación apenas tiene cuatro días. Se llaman Paulinho y Denis, los héroes de Getafe, que siguieron al astro hacia la portería.

El córner cabeceado por el brasileño fue premiado con especial jolgorio por la grada. El brasileño escuchó cánticos en su honor; habrá más si alarga la racha realizadora. Marcó el segundo gol contra el Getafe, el del triunfo, y el segundo ante el Eibar, el de la sentencia. La estadística subrayó el mérito de Paulinho. Messi, Neymar y Suárez no fueron capaces de sumar dos goles en sus primeros cuatro partidos con el Barça.

Paulinho, coreado

Pero esa no es la misión, ni mucho menos, del centrocampista por mucha inspiración que haya exhibido. Lo suyo es lo que mostró fuera del área: nutrir de gasolina el motor. Rakitic pasó una hora larga en el garaje antes de salir un rato para no anquilosarse.

Con seis cambios había recibido Valverde al Eibar. La entidad del rival, el escenario y la estadística invitaban a un reparto de descanso entre los titulares y de ilusiones entre los suplentes. Como sucede en un meneo masivo de ese calibre, al equipo le costó mucho ajustarse para echar a rodar. Pero marcó. De penalti. Sin haber hecho nada del mundo. Ni de este. A veces las diferencias no se plasman en el juego, sino en la eficacia. Según quiera Messi. «Llevamos tres años jugando bien y tres años perdiendo», se lamentó Dani García, el capitán eibarrés, antes de lamentarse por la presencia de Leo.

Revulsivos en el campo

Con los revulsivos de Getafe en el campo (Paulinho y Denis), el Barça no se mostró ni más poderoso ni certero. Ni ellos brillaron tanto empezando de titulares. Paulinho perdió los dos primeros balones que tocó, por arrastrarlos en lugar de pasarlos, demostrando que llegó demasiado tarde para iniciar el aprendizaje imprescindible –Semedo ya lo realizó en la pretemporada–, y Denis se vio recluido a ejercer de extremo izquierdo, encerrado entre la línea y Arbilla. Pero los dos parieron el segundo gol en un córner cabeceado por el brasileño, homenajeado como nadie.

Tan animados jugaron ellos como hundido y acomplejado se sintió el Eibar, parado en última instancia por Ter Stegen y un poste mientras Messi iba anotando un gol tras otro hasta firmar el mejor inicio goleador en su decimocuarta temporada. La que algunos agoreros pronosticaorn que era la de su declive.

El nueve verdadero y el falso

Con Denis en la izquierda y  Deulofeu por la derecha, ausentes Dembélé y Suárez, Messi fue el nueve del Barça. El verdadero y el falso. Fue el hombre más adelantado del campo y, en ocasiones, el delantero más retrasado para ir a buscar la pelota, entre el hábito adquirido y lo mucho que costaba que le llegara.

La falta de fluidez azulgrana inicial fue común en todas las líneas, afectadas por la revolución practicada por Valverde. El técnico conservó, sin embargo, la columna vertebral (Piqué, Busquets, Iniesta, Messi) para que hubiera un mínimo de consistencia que no echara por tierra el espectacular comienzo de Liga, particularmente suave para los intereses del Barça.

Barcelona, 6 - Eibar, 1

<strong>Barcelona:</strong> Ter Stegen (9); Semedo (8), Piqué (5), Mascherano (6), Digne (6); Paulinho (7), Busquets (6), Iniesta (6); Deulofeu (5), Messi (10), Denis (8).