NI UNO, NI DOS JUGADORES

Verano negro del Barça en el mercado de fichajes

El club tampoco ficha a Coutinho ni Di María y fracasa al no hacerse con las primeras opciones para reforzar a la plantilla

Semedo, Paulinho, Dembélé y Deulofeu, los cuatro fichajes del Barça 17-18.

Semedo, Paulinho, Dembélé y Deulofeu, los cuatro fichajes del Barça 17-18. / periodico

Marcos López / Barcelona

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Terminó el verano más negro del Barça. Negro porque fue incapaz de gobernar en el mercado de fichajes. Ni siquiera en el de salida de jugadores. El verano en el que Neymar se fue al París SG sin que el club detectara durante meses que una de sus grandes estrellas estaba preparando en silencio  su marcha.

El verano en el que recibió una fortuna (222 millones de euros, la cláusula de rescisión del jugador brasileño) y terminará invirtiendo 232. El verano en el que, además, fichó al jugador más caro de su historia (Dembélé, un prometedor talento de 20 años,costó 105 más 40 en variables) y estuvo hasta el último suspiro pensando en fichar a Di María (29 años), pero las «desorbitadas», según el club azulgrana, peticiones del París SG frustraron esa desesperada operación.

DEBILIDAD

Negro resultó el verano para el Barcelona porque exhibió a ojos del mundo su debilidad. No tuvo energía para convencer y retener a Neymar, a pesar del famoso «se queda» de Piqué ni tampoco tuvo la habilidad necesaria para conseguir las operaciones que había diseñado en el plan inicial: Coutinho, Verratti y Bellerín. Ninguno se vestirá de azulgrana esta temporada. Cada uno sigue en su club.

El talentoso interior brasileño continúa en el Liverpool, que convirtió Anfield en una fortaleza indestructible para los azulgranas. Abatido y deprimido porque su rebelión fue en vano. Con el centrocampista italiano, más de lo mismo. Fue el Barça a por Verratti y cuando se percató quien estaba en París era Neymar. Ante la imposibilidad de sacar a Bellerín del Arsenal, llegó, finalmente, Semedo al Camp Nou.

ROBERT Y SOLER, EN EL PUNTO DE MIRA

Ni una sola de las primeras opciones le salió bien al Barça. En el último mes, coincidiendo con el adiós de Neymar, todo estalló por los aires. La idea de la junta para regenerar al equipo fracasó de tal manera que dejó al descubierto una errática política, que puede tener consecuencias inmediatas en la cúpula deportiva del club.

Dos horas antes de que se cerrara el mercado, el Barcelona emitía un escueto comunicado para informar de la comparecencia este sábado de Albert Soler, director de deportes profesionales, y de Robert Fernández, el secretario técnico. Es habitual, tras cada cierre de la ventana de fichajes, que los responsables ofrezcan una rueda de prensa, pero nunca con tanta celeridad, conscientes de que se encuentran en el punto de mira por esa desconcertante política de fichajes y salidas.

SIN PEP SEGURA

No estará, curiosamente, Pep Segura, el nuevo manáger deportivo, máximo responsable de este área, ni tampoco ningún representante de la junta. Ni siquiera el vicepresidente deportivo Jordi Mestres. En estos caóticos y desconcertantes días finales de mercado (Seri, el centrocampista del Niza, pasó de ser objetivo a descartarlo en el último instante) tampoco ha aparecido en ningún momento la figura del presidente Josep Maria Bartomeu. Falta saber el papel que asumirán Soler y Robert, cuestionados dentro del club, por la indefinición y, sobre todo, por no conquistar los objetivos fijados.

MUNIR, CEDIDO AL ALAVÉS

Hace una semana, Valverde, tras ganar al Alavés, expresó su deseo de tener una «plantilla aún más competitiva». Ya estaba fichado Dembéle, la cuarta pieza de una extraña planificación deportiva. Ese deseo del técnico no ha sido ejecutado por  la junta, superada por el tsunami de Neymar y sin capacidad de respuesta alguna.

Quizá sea simbólico, pero las dos últimas operaciones del Barça en el mercado han sido dos cesiones: Douglas al Benfica (penúltimo día) y Munir al Alavés (último). A Liverpool volverá un desconsolado Coutinho, mientras en Barcelona continúan, por ejemplo, Arda Turan y André Gomes. Negro verano. Dijo Robert el lunes que vendrían «uno o dos jugadores». Pues no, no llegó nadie.