Las claves tácticas del Barça-Alavés: Leo, cátedra infinita

Messi dio una sublime lección táctica llena de registros nuevos

Messi junto a Marcos Llorente.

Messi junto a Marcos Llorente.

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

1.- ANDRÉ GOMES LLEGÓ HASTA EL FINAL Y...

Es, sin duda, la posición maldita del Barcelona. Todo aquel que juega en el lateral derecho acaba teniendo problemas. Se fue Alves sin que Luis Enrique quisiera que se marchara y desde entonces han desfilado varios jugadores por esa zona. El titular era Sergi Roberto, pero esa sanción le hizo ver la final desde la grada del Calderón. Reapareció Mascherano, convertido en improvisado lateral derecho, con el doble desafío de detener al punzante Ibai y al profundo Theo que cabalgaban por la banda izquierda alavesista. Pero chocó con la cabeza de Marcos Llorente y a los 10 minutos de la final abandonaba el Calderón llorando, tapándose el rostro abatido por tanta desgracia.

Con Aleix Vidal en el banquillo del estadio madrileño tras acortar de manera prodigiosa su recuperación en mes y medio, Luis Enrique escogió a André Gomes para disfrazarlo de lateral diestro. Y el portugués no le falló, sobre todo en la acción del decisivo 2-1. Iba la jugada por la izquierda, pase preciso de Umtiti, carrera de Neymar, mientras él corría por la derecha. Se la dio Messi y él se la dio a Neymar.

2.- CILLESSEN MIDE MAL Y ALCÁCER SE DIVIERTE

Hacia más de tres meses que Cillessen, el portero suplente del Barcelona, no jugaba un partido. Y notó esa larga inactividad. El envenenado disparo de Ibai , disparo lejano, le pilló en su sitio, gobernando con tranquilidad el palo derecho. O eso, al menos, parecía. A la hora de la verdad, el meta holandés perdió la referencia y, de repente, el balón se puso juguetón de tal manera que se estrelló primero en un poste (el derecho), recorrió burlonamente la línea de gol azulgrana hasta chocar luego en el otro poste (izquierdo).

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Al final, el exdelantero\u00a0","text":"del Valencia ha disfrutado del reconocimiento que no tuvo en un gris a\u00f1o. Su gol en la final le redime"}}

Quedó asustado Cillessen, a quien el sublime zurdazo de Theo le pilló demasiado cerca del palo que no le pertenecía. La falta del nuevo jugador del Madrid fue realmente extraordinaria, pero el holandés voló sin éxito. El suplente de Ter Stegen estaba desajustado, mientras Paco Alcácer, en uno de sus partidos más brillantes desde que viste la camiseta azulgrana, se lo pasó bomba. No solo con el remate o el desmarque como se vio en el 3-1 que marcó sino teniendo, además, influencia en el juego colectivo. El uno sufrió; el nueve sonrió.

3.- ¿PERO DE QUÉ JUGÓ REALMENTE EL 10?

Se suponía que el catálogo táctico de Messi es ya conocido. Se entendía que se había visto todo. O casi todo, pero en el Calderón, el 10 dejó una cátedra infinita, un repertorio de registros nuevos que no se le habían detectado. Y eso que lleva más de una década abriendo páginas nuevas de su mágico fútbol. En el 1-0 se vio al tradicional Messi. Ese que recibe un rutinario balón de Rakitic en la posición del viejo volante. A partir de ahí, se desencadenó la tormenta del 10.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Extremo, lateral, interior...\u00a0","text":"Messi interpret\u00f3 el juego de una manera tan inteligente que anul\u00f3 al Alav\u00e9s"}}

La tormenta llegó cuando Messi se apoyó en Neymar (más que un jugador pareció, en el buen sentido, una pared) para instalarse en el balcón del área firmando un gol messiánico. Una delicia de gol. Antes había dejado dos monumentales pases en la prueba de ese nuevo catálogo que exhibió en la final. ¿Y el disparo? Dulce, parabólico y exquisito, como si llevara el balón con la mano al fondo de la red de Pacheco. Después, la exhibición. A veces, actuando de extremo derecho; otras, de extremo zurdo. Incluso de lateral diestro recuperando balones junto a André Gomes. Hasta que se arrancó y congeló el mundo.