Archibald: "La gente prefiere pensar que marqué con la oreja"

Elexdelantero escocés rememora para EL PERIÓDICO su carrera y el célebre gol de Turín en el Juventus-Barça de 1986

UN HOMBRE DE NEGOCIOS. A sus 60 años, Steve Archibald es un empresario instalado en Barcelona que aún juega a fútbol con los veteranos del Barça. En la otra foto, el célebre gol a Tacconi en Turín, el 19 de marzo de 1986.

UN HOMBRE DE NEGOCIOS. A sus 60 años, Steve Archibald es un empresario instalado en Barcelona que aún juega a fútbol con los veteranos del Barça. En la otra foto, el célebre gol a Tacconi en Turín, el 19 de marzo de 1986.

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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-Es una de las imágenes icónicas del Juventus-Barça de 1986 por su célebre gol en Turín. ¿Lo entiende, lo comparte, le gusta, le disgusta…? Me gusta. La gente me recuerda ese gol, y la mayoría me dice: "Fue con la oreja". Diga lo que diga, al final acabo claudicando.

-La oreja de Turín. Es increíble. La gente prefiere pensar y conservar el recuerdo de que marqué con la oreja. Pues con la oreja, ya está. 

-¿Y...? No fue con la oreja. Era un centro pasado al segundo palo. Carrasco corría hacia el área y el portero pensó que yo tenía un ángulo imposible, se abrió, y me dejó el espacio.

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"Sevilla es una espina clavada "Sevilla es una espina clavada para el resto de mi vida. Hay mucho que hablar de aquella final"

-Es su gol más famoso. Sí, es el más famoso. El primero que anoté fue en el 0-3 del Bernabéu.

-¿Y del que está más contento? También. La Juventus era el equipo más potente de aquella época: tenía a Platini y a Laudrup y el resto eran internacionales italianos. Es el partido más difícil que recuerdo.

"No fue con la oreja. Era un centro pasado al segundo palo. Carrasco corría hacia el área y el portero pensó que yo tenía un ángulo imposible, se abrió, y me dejó el espacio"

-Luego vino el del Goteborg y la necesidad de remontar un 3-0. Pero fue distinto. No lo jugué. Tuve una lesión grave.

-De la que se trató en Holanda… Con el doctor Richard Smith. Hizo un milagro. Sufrí una rotura aquí [señala la parte posterior del muslo derecho, los isquiotibiales]. El doctor del Barça quería operar, cortar y coser. No lo vi claro. Llamé a Bryan Robson, del Manchester United, que había sufrido lesiones musculares y solía acudir a Smith. Él me aconsejó: "Ve a Holanda. Pero te espera muchísimo dolor". Fue horroroso.

-¿Por el tratamiento? Sí, por el masaje. Tenía que romperme la cicatriz de la rotura para que sangrara y se regenerara… El doctor y su ayudante, Yos, se repartían el trabajo. Ocho horas diarias, cuatro por la mañana, descanso y cuatro por la tarde. ¡Tenía que llegar a la final! El médico del Barça no estaba de acuerdo con el tratamiento y se marchó. Llegué a Holanda cojo, con un hematoma muy grande, y a la semana empecé a correr.

-Ese episodio lo recuerda con dolor. ¿La temporada también? Un poco agridulce. El año anterior habíamos ganado la Liga, 11 años después, y en el siguiente jugábamos la final de la Copa de Europa, la segunda de la historia. Ganarla habría sido la bomba…

-¿Y cómo se explica que no ganaran aquella final? No quiero hablar de eso. Estamos para hablar de la Juventus.

"El mejor y el peor recuerdo de Turín son de Turín. Es agridulce. Marqué el gol y sufrí una grave lesión, por perder la concentración" 

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-¿Por? Porque hay  mucho de que hablar de la final. La gente, incluso gente de dentro, ha hablado mucho de aquello sin tener ni puñetera idea, buscando excusas…

-¿Todas estas reflexiones las contará en su autobiografía? Sí. Será muy personal. De cómo llegué hasta ahí.

-¿Al Barça o de cómo fue su carrera? Al Barça llegué desde el Tottenham, donde habíamos ganados dos Copas y una UEFA. Y al Tottenham desde el Aberdeen, donde habíamos conquistado la primera Liga en 25 años ante los equipos de Glasgow. Con Alex Ferguson.

-¿Pensó que el Barça era demasiado grande? Demasiado grande no, porque ya era internacional por Escocia, habíamos ganado a Inglaterra en Wembley, había disputado un Mundial y había logrado títulos. Estaba preparado mentalmente.

-El primer año fue fantástico. ¿Creyó haber aterrizado en el paraíso? No, porque hubo un trabajo muy importante detrás de esa Liga, dentro y fuera del campo.

"Estaba preparado mentalmente para jugar en el Barça. Ya era internacional por Escocia, ya había disputado un Mundial y ya había ganado títulos"

-¿Por qué fuera del campo? Me refiero, por ejemplo, a que marqué muchos goles en el segundo palo, rematando solo, y eso solo es posible con mucho trabajo táctico. Me centré más en eso, más que en el idioma. Tenía un profesor que venía a casa, pero llegaba tan hecho polvo de los entrenamientos que no estaba para aprender. En el fútbol, el idioma son cuatro o cinco palabras y el movimiento del cuerpo.

-¿Le resultó fácil integrarse? Superfácil.

-¿Por qué tan fácil? Porque todo depende de cómo te va en el campo. Si las cosas van bien en el campo, todo es más fácil. El equipo tenía mucha calidad, muchas ganas de ganar partidos y muy buenas personas. Me integré perfectamente. La gente me advirtió del carácter de Schuster, pero mi relación con él fue perfecta. Conectamos muy rápido y hablaba inglés.

-De los pocos de la plantilla. Mi primer compañero de habitación fue Urruti. Empezó a enseñarme el idioma dibujando el cuerpo: esto son las tetas, esto es el culo [risas]. Practicábamos con tonterías como ‘apaga la luz’, ‘trae un café’...

-Era muy extrovertido. Muchísimo. En mi primera pretemporada, en Andorra, Venables preguntó por las parejas de las habitaciones. Muchas estaban formadas. Alguien preguntó: "¿Quién quiere a este?", que era yo. ‘Tráemelo para acá’, dijo Urruti. Al principio era reticente porque deseaba alguien más tranquilo, pero me equivoqué del todo. Fue clave para mí. Fue un gran amigo. Me ayudó mucho y tuvo mucha paciencia conmigo.

"La integración fue superfácil. Mi primer compañero de habitación fue Urruti. Empezó a enseñarme el idioma dibujando el cuerpo: esto son las tetas, esto es el culo... Fue clave para mí. Un gran amigo. Me ayudó mucho"

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-¿Le afectó que le compararan con Hugo Sánchez constantemente? Nada, cero. Eran cosas de la prensa. Nunca me importó.

-La marcha del equipo se torció más después de la final. Esa fue la clave. No voy a hablar de eso. Voy a jugar a fútbol esta tarde y quiero ir tranquilo y feliz.

-¿Todavía le quema ese recuerdo? Es una espina clavada para el resto de mi vida.

-Fue el desencadenante de la tercera temporada, cuando llegaron Lineker y Hughes. Yo estaba lesionado. Venables me lo adelantó ante la incertidumbre de mi segunda lesión. Me rompí los ligamentos del tobillo en un entrenamiento y tuvieron que operarme.

"Nunca me importó"Nunca me importó la comparación con Hugo Sánchez. Nada. Cero"

-Dos delanteros británicos, como usted. ¿Se lo tomó bien o mal? Lo entendí perfectamente, no podía hacer nada. Yo marcaba goles. Si hubiera estado sano, no habrían fichado a los dos, solo a uno. Cuando me recuperé, no podían cambiar a uno por mí.

-Ese cambio de Hughes por usted, al final, se hizo. Las cosas no iban bien. Cuando volví era tarde para aspirar al título.

-Ya era un Barça convulso. Sí, pero yo solo pensaba en hacer mi trabajo, marcar goles, estar bien con todo el mundo y no causar problemas. Ese era mi deber. No puedes hacer nada más.

-Jugó hasta los 40 años, hasta 1996. En Escocia era entrenador-jugador. Jugaba para ayudar. No había nadie mejor que yo: ¡no había dinero para fichar!

-¿El club ha evolucionado o sigue conviviendo con la polémica? Ha habido una evolución. Se han ganado más cosas. Todo lo que vino después tiene que ver con aquella Liga que ganamos en 1984; si no, habría venido otro entrenador y no sabemos lo que habría sucedido. Logramos una Liga, llegamos a la final, que era impensable no haberla ganado, pero no la ganamos, y eso fue la base de todo lo demás.

"Catalunya y Escocia son casos muy diferentes. Nosotros habremos hechos dos referendums en tres años. La clave es que los políticos sean inteligentes, listos y honestos"

-¿Incluso la llegada de Cruyff en 1988? Usted ya no estaba en el club. Claro. Yo quería jugar. Me había ido cedido al Blackburn y volví. Cruyff cambió a casi toda la plantilla.

-¿Sigue de cerca el fútbol? Lo mío es jugar. Amo el fútbol jugando, pero no soy el fan que deja de hacer cosas por el fútbol, nunca lo fui. Pero es inevitable no estar al corriente del fútbol en esta ciudad.

-Vive en Barcelona. ¿No echa de menos Escocia? Hombre, siempre está en mi corazón. Soy escocés.

-¿Le puedo preguntar por el brexit y la independencia? Me interesa la política de mi país. Antes del brexit, en el primer referendum, estaba a favor  de la independencia; ahora, tras el brexit, quiero que Escocia siga con Inglaterra.

-¿Por qué? Somos un país pequeño, y en la Unión Europea no pintaremos nada, no tendremos ningún poder. Ahora estamos en el mejor momento para negociar con Inglaterra.

-¿Es un caso comparable al de Catalunya y España? No, es muy diferente. Aquí hay gente que habla de independencia y no ha hecho nada y nosotros habremos celebrado dos referéndums en tres años. Lo más importante para un país son sus políticos, y nosotros confiamos en los nuestros. ¿Los de aquí? No me meto en la política de aquí. Entiendo que haya miles de catalanes que quieran ser independientes, y si un día llega estaré con ellos. La clave es tener políticos inteligentes y listos. Y honestos.

"Estaba con Brio y me soltó un codazo. Caí e intenté darle, pero el balón estaba en juego y seguimos. Cinco minutos más tarde no me lo había quitado de la cabeza, me lo tomé como algo personal. Perdí la concentración y me lesioné"

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-Volvamos al fútbol. El primer año del Barça fue el mejor. Marcó muchos goles. ¿Lo afirma o lo pregunta? ¡También en el Aberdeen y el Tottenham!

-Se lo pregunto. ¿Fue el mejor? Sí. No diría que el mejor de mi carrera porque en el Tottenham disfruté muchísimo y en el Aberdeen aprendí muchísimo. No se imagina lo que significa ganar la Liga al Rangers y al Celtic. Llegué al Barça preparado. El campo es del mismo tamaño, juegan 11 y hay un árbitro. Nadie va a entrar al campo a matarte. Te van a chillar, nada más. La presión es la que te pones tú mismo.

-Si tuviera que explicar cómo era el Barça de Venables, ¿qué diría? Un equipo superorganizado defensivamente y totalmente abierto en ataque. Venables no me dijo qué debía hacer; me expuso dos o tres opciones y yo decidía. Un entrenador no puede decirle a un delantero centro cómo tiene que jugar. Ni él ni nadie. Ni Ferguson. El delantero decide en el campo, debe improvisar. No has de pensar en lo que te han dicho y reaccionar como un robot. No era mi estilo al menos.

-¿Decidía siempre al instante? Claro, las situaciones se producen por multitud de detalles, depende de quién tiene el balón, dónde está, dónde estoy yo. A veces, no sabes ni cómo lo has marcado. Es una reacción automática, puramente instintiva, en un cuarto de segundo.

-¿Cree que tenía ese don? Claro que sí. Hay muchos goles que no sé cómo los marqué. En el área todo va muy rápido; tanto, que no tienes tiempo de pensar. Estoy intentado explicar en el libro la diferencia entre una jugada elaborada y ese segundo en el que rematas.

"Tenía un don. Hay goles que no sé ni cómo los marqué. Las cosas pasan muy rápido en el área, es una reacción en un cuarto de segundo"

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-¿El de Turín sabe cómo lo marcó? El balón venía desde muy lejos y tenía dos opciones: cabecear a portería o pasarlo atrás a Carrasco, que venía corriendo y gritando, y llamó la atención de Tacconi.

-Con la perspectiva del tiempo, ¿considera que su peor enemigo fueron las lesiones? La lesión.

-¿Cuál? ¿La de la Juventus? Sí. Apenas iniciada la segunda parte. Estaba con Brio, un central muy grande, mientras sacaban un córner. Me soltó un codazo. Caí e intenté darle, pero el balón estaba en juego y seguimos. Cinco minutos más tarde no me lo había quitado de la cabeza y estaba pendiente de si le daba o no. Me lo tomé como algo personal. Perdí la concentración y al querer controlar el balón, me lesioné.

-El mismo día tuvo el mejor y el peor recuerdo del fútbol. Sí, exacto. Un día agridulce, como dije. Salí del vestuario cojeando. Se me acercó un tipo muy elegante, rodeado de varios señores. Me acojoné, pensando qué querría, estábamos en Italia, ¿sabe? Se me acerca y me dice: ‘Good goal’, en inglés. Era Agnelli, el dueño de la Fiat y la Juventus.

"Se me acercó un tipo muy elegante, rodeado de varios señores. Me acojoné, pensando qué querría, estábamos en Italia. Y me dice: ‘Good goal’, en inglés. Era Agnelli, el dueño de la Fiat y la Juventus"

-¿Notó que era una lesión grave? Sí. Pero no voy a quejarme. Tuve una carrera plena de felicidad. Gané con el Aberdeen, gané con el Tottenham, gané con el Barça… Siempre hay algo que te fastidia, ¿no?

-Pero después del Barça…Al salir del Barça me llamó el Liverpool. Kenny Dalglish era el entrenador, compañero mío de la selección. Me quería para jugar con Rush. ‘¿Te gustaría venir con nosotros? Te llamará el gerente para hablar’, me dijo. El equipo se iba de pretemporada a un lugar lejano. Y me llamó el Hibernian. En aquella época no había móviles ni facilidades para telefonear a según qué sitios y no pudimos resolver un problema financiero ni hablar con Dalglish. Habría sido fantástico ir al Liverpool y ganar la Liga en tres países distintos. Pero en el fútbol no lo puedes tener todo…