Atenas, Múnich, ¿París?

El emblemático 4-0 encajado podría tener consecuencias similares a un fin de ciclo con Luis Enrique pensando si renueva

Piqué, Iniesta y Busquets,  en una noche para olvidar.

Piqué, Iniesta y Busquets, en una noche para olvidar.

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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París fue la primera salida del Barça de Luis Enrique en la Champions. El fiasco se tornó en anécdota con el paso de las semanas en un equipo que acabó levantando la Copa de Europa en Berlín. París será la última salida del Barça de Luis Enrique en la Champions. Quien sabe si para siempre, con el entrenador pensando en si renueva o no su contrato, que acaba el próximo 30 de junio.

El 4-0 siempre sugiere un fin de ciclo. Lo fue el 4-0 de Atenas en 1994, con la clausura simbólica del 'cruyffismo', aunque el técnico durara dos años más, y lo fue el 4-0 de Múnich ante el Bayern (2013) que cerró el 'guardiolismo', por más que aquella goleada se la comiera Tito Vilanova. Las consecuencias del baño de París aún se desconocen, pero puede adquirir proporciones similares a la clausura de una época por el mal lugar en el que quedaron varias figuras emblemáticas de este equipo. Empezando por Luis Enrique, el autor de este Barça más versátil y más capaz de aquellos, que se derritió de una manera asombrosa.

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OTROS CUATRO, PERO PEORES

No es el primer 4-0 que debe asumir Luis Enrique. El Athletic le endosó la temporada pasada que reportó la pérdida de la Supercopa de España. El Celta le ha enchufado dos en la Liga, que se diluyeron en una competición de nueve meses.  El de París le despide virtualmente de la Champions, y lo deja en mucho peor lugar.

La coartada de las rotaciones en aquel mes de agosto, tan prematuro, no camufló ni disculpó nada. A la cita llegaba el equipo, concentrado y preparado, con las rotaciones perfectamente medidas. Hasta reaparecía Iniesta, como si fuera una señal de que el Barça iba con todo para acentuar aún más los complejos del PSG –eliminado siempre por los azulgranas– y los de Unai Emery, que solo había ganado uno de los 24 enfrentamientos (6 empates y 16 derrotas) con todos los equipos. El triunfo con el Sevilla del año pasado (2-1) fue la antesala de la gran venganza consumada en Europa.

"Vivimos cada momento con esa intensidad que requiere. Jugar contra el Barça en los octavos de la Champions era una motivación muy grande", dice Unai Emery

LA MOTIVACIÓN

"Vivimos cada momento como una oportunidad y vivimos con esa intensidad que requiere cada partido. Jugar contra el Barça en los octavos de la Champions era una motivación muy grande", explicó Emery, que se confesó "cauto" para la vuelta.

Emery corrió la banda como un loco, feliz como nunca. Por el resultado, sobre todo, y por la forma en la que lo logró, con una descomunal lección táctica a Luis Enrique. «Han hecho un planteamiento táctico mejor que el nuestro. Han sido mejores y nos han superado físicamente», admitió Sergio Busquets sobre el césped, insinuando la falta de preparación barcelonista. Una observación que luego no gustó nada a Luis Enrique, muy irritado.

Ter Stegen había aparecido hace dos años en París encajando tres goles, y con una clara responsabilidad en dos de ellos; anoche recibió cuatro y evitó un resultado más vergonzoso. De septiembre del 2014 a febrero del 2017, el PSG ha evolucionado y el Barça ha experimentado un grave retroceso. Como si se necesitara una profunda reparación.

El PSG endosó a Luis Enrique la primera derrota en el Barça y ahora, la más humillante