Aleix Vidal estará cinco meses de baja

El defensa azulgrana ha sido operado ya en Vitoria de una luxación en el tobillo derecho

Aleix Vidal se lamenta de la grave lesión que padeció en su tobillo derecho en Mendizorroza.

Aleix Vidal se lamenta de la grave lesión que padeció en su tobillo derecho en Mendizorroza. / periodico

MARCOS LÓPEZ / VITORIA

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Aleix Vidal se ha despedido de la temporada. Cinco meses de baja le aguardan tras la grave lesión que sufrió ante el Alavés y de la que ya ha sido operado en Vitoria. El defensa azulgrana ha sufrido una luxación en el tobillo derecho que ya ha sido reparada en el quirófano del hospital al que ha sido trasladado nada más terminar el encuentro. Su temporada ya ha terminado y el objetivo del lateral, que estaba destacando en sus últimas apariciones, se centra en estar a punto para la próxima pretemporada.

La desgracia se ha cruzado en el camino de Aleix cuando apensa faltaban cinco minutos para terminar un encuentro que ya estaba resuelto (0-6). El balón se marchaba hacia la línea de banda, muy cerca del banderín de córner derecho de la defensa del Barça cuando Theo, el lateral zurdo del Alavés, cedido por el Atlético, se lanzó al césped. Aleix Vidal iba confiado al encuentro de la pelota, pero, de pronto, se vio estirado en el césped, agarrándose de forma dramática el tobillo derecho, desprendido casi de la pierna, y consciente de la gravedad de lo sucedido. La luxación ha sido reducida en la intervención quirúrgica y según el parte del club, no ha afectado a huesos y ligamentos de la articulación.

"Voy al balón, tiene el pie apoyado. Le pido perdón" (Theo Hernández)

«Voy al balón, tiene el pie apoyado», contó luego Theo, a quien Pellegrino, de forma fulminante, sustituyó segundos después de esa fuerte entrada. «Le pido perdón», dijo el joven defensa francés (19 años) sin que nadie le hubiera pedido tal gesto. Salió por voluntad propia de Theo Hernández, quien luego explicó en un tuit que había sido "una acción involuntaria"

No fue, según Clos Gómez, ni falta. Ni, por supuesto, tarjeta amarilla. De inmediato, los jugadores del Barça se echaron las manos a la cabeza, reclamando a gritos la entrada de la camilla. «Yo estaba al lado de Aleix y me he asustado mucho», confesó Rakitic, el primero en descubrir que ese tobillo, como diría después Luis Enrique, «estaba luxado o fracturado». No hacía falta ser médico. Ni tampoco masajista porque todos sabían, y Theo el primero, que era algo grave.

"Yo estaba al lado de Aleix y me he asustado mucho, es algo feo" (Rakitic)

«Es  feo», afirmó el croata. «Me da la sensación de que puede tener algo importante», apuntó Robert Fernández, el secretario técnico azulgrana. «Nada más ver la acción, se comprobó que estaba fracturado», apuntó Luis Enrique, que abandonó Mendizorroza con el corazón encogido («nos vamos fastidiados») por esa acción en la que Theo no miró ni el marcador (iluminaba un inapelable 0-6) ni el momento del partido, que entraba en los instantes finales.

DEL CÉSPED AL HOSPITAL

En una sola tarde, Aleix Vidal pasó de la euforia por su asistencia a Suárez en el 0-1, lo festejó como si hubiera sido un golazo suyo, a abandonar el césped en camilla, marchando luego inmediatamente en ambulancia hacia un hospital de Vitoria, junto con el doctor Xavier Yanguas, para ser sometido a las primeras pruebas médicas que pusieran un diagnóstico rigurososo al miedo que sintió el barcelonismo cuando vio su tobillo derecho.

"Estoy fastidiado por la lesión de Aleix, por cómo se produjo y por lo que significa para él" (Luis Enrique) 

«Cuando entrábamos al vestuario, ya salía Aleix con los médicos», dijo Luis Enrique antes de analizar, con más precisión, todo lo que sucedió. «Estoy fastidiado por la lesión de Aleix, por cómo se produjo», reveló sin dar detalles para no alimentar más polémica, «y por lo que significa para él».

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Significa mucho porque Aleix Vidal, un jugador descartado y absolutamente secundario durante la primera parte de la temporada, había revertido esa situación hasta convertirse, con un brillante inicio del 2017, en algo más que una alternativa para Luis Enrique. Justo ahora, cuando estaba viviendo sus mejores momentos como azulgrana, el lateral, o más bien extremo, la desgracia se cruza en su camino.

Decisivo en el 0-1 con su pase a Suárez, insistente y ambicioso en la presión que origina el 0-2 de Neymar, estaba feliz Aleix Vidal disfrutando del fútbol, llamando incluso a la puerta de la titularidad, dispuesto a discutirle incluso el puesto a Sergi Roberto.

«Tengo el mismo sentimiento que tienen todos los jugadores, también los del Alavés», recordó Luis Enrique. Un sentimiento de injusticia hacia un futbolista que había dado la vuelta a su carrera. «Es un momento desagradable para él, para la familia, para todos, pero hay que animarle y pensar que se recuperará muy rápido. Está en buenas manos y no habrá ninguna secuela», anunció el técnico intentando recuperar la sonrisa, y hasta la palabra, después de ver partir a Aleix  Vidal en una ambulancia camino de un hospital con el tobillo roto. El Barça voló a casa; él se quedó en Vitoria.