Aleñá libra al Barça del ridículo en la Copa

Un golazo del juvenil, con apenas 18 años, evitó la derrota azulgrana en otro mal partido del 'fondo de armario' de Luis Enrique

Aleñà celebra su gol al Hércules en el Rico Pérez de Alicante.

Aleñà celebra su gol al Hércules en el Rico Pérez de Alicante. / periodico

MARCOS LÓPEZ

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Hay jóvenes que son valientes, atrevidos y, sobre todo, se sienten orgullosos de ser lo que son: jóvenes dispuestos a conquistar un espacio en el complejo mundo del primer equipo del Barcelona. En Alicante, y cuando el equipo B de Luis Enrique, el supuesto fondo de armario, estaba contra las cuerdas, emergió un juvenil para librar al Barça de un ridículo monumental. Se plantó Aleñá lejos del área del Hércules para soltar un imponente disparo que evitó una caída estrepitosa de los azulgranas. Se resistió él a la derrota. 

ALEIX VIDAL, TITULAR

Había pasado ya la primera media hora de partido cuando Luis Enrique y Unzué, su ayudante, miraron sincronizadamente el reloj en sus muñecas. Cada uno en la suya como si estuvieran deseando que acabara un partido irrelevante, donde algunos indicios iniciales de presión y movimiento se difuminaron inmediatamente. Terminó la primera parte de la misma manera que otros partidos (Málaga o Real Sociedad), exhibiendo el fondo de armario idéntico problema que las estrellas.

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O sea, mucho pase insulso, escasa profundidad y, sobre todo, incapacidad para desarticular la barrera defensiva que le planteó el Hércules con cinco atrás. Jugó Aleix Vidal de titular, algo que no sucedía desde hacía dos meses y medio, como le pasaba a Cillessen. Ambos no eran titulares desde el pasado 10 de septiembre ante el Alavés.

EL CRITERIO DE CARBONELL

Poca chispa en la primera parte, con un Barça plano y sin alma. Umtiti, que reaparecía tras la lesión que sufrió con la selección francesa, ejerció de central diestro, mientras Mathieu se quedaba en Barcelona al recaer de su lesión muscular. Deberá estar otros 20 días más de baja. Tan solo el criterio de Alex Carbonell, que ejerció de medio centro, escoltado por Aleñá (interior derecho) y Denis (interior zurdo) daba alguna esperanza al juego azulgrana. Arriba, Alcácer, rodeado por Rafinha (extremo diestro) y Arda Turan (extremo zurdo), se movía, pero no hallaba huecos.

DE ERROR EN ERROR

En realidad, el único disparo del Barcelona a puerta vino en una falta directa, al borde del área, lanzada por el exdelantero del Valencia, que rebotó primero en un defensa del Hércules antes de que el portero se sacara el balón de encima. Pero literalmente. Hasta se asomó más el conjunto alicantino al área de Cillessen en el tramo final de la primera parte.

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Por eso, recién iniciada la segunda parte, encontró el premio a su atrevimiento aprovechando, todo hay que decirlo, un impresionante catálogo de errores defensivos del Barça. Aleix no aprieta, Umtiti no llega, Borja deja pasar el balón, Digne no llega y Cillessen aguarda el extraño remate de Mainz ya con todo el cuerpo dentro de la portería. O sea, un desastre total.

Tuvo suerte el Barcelona y, por supuesto, Luis Enrique de que hay jóvenes que no quieren ver pasar el tren de largo. Robó la pelota Rafinha en el centro del campo y conectó con Aleñá, un atrevido interior, que soltó un potente disparo desde fuera del área. Un hermoso gol para evitar el ridículo. Hasta el escarnio. Alcácer no remata; Aleñá, si.  Al igual que Cardona, otro apasionado joven que se rebela para hacerse con un hueco.

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