El gran negocio de 'Miki Rakuten'

El japonés Hiroshi Mikitani necesita al Barça para competir a nivel mundial con las poderosas Amazon y Alibaba

Hiroshi Mikitani, en la presentación del acuerdo de patrocinio de Rakuten con el Barça, el pasado miércoles.

Hiroshi Mikitani, en la presentación del acuerdo de patrocinio de Rakuten con el Barça, el pasado miércoles. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Nadie sabe si el emprendedor, inteligente, sabio y gurú del comercio electrónico japonés Hiroshi Mikitani, de 51 años, 'Miki' para los amigos, se hizo seguidor de Twitter de Shakira o fue Gerard Piqué quien le ganó por la mano y se apuntó a ser un fiel admirador suyo en esa, dicen, imprescindible red social. Lo cierto es que, cuentan, la primera vez que Miki vio a Shakira se le nublaron los ojos. Normal. Como normal es que el gran negocio del Barça y de Rakuten, convertido en patrocinador principal («no en esponsor de la camiseta, no, en patrocinador principal del Barça», matiza siempre Manel Arroyo, el gran conseguidor), empezase a gestarse en una de las casas que Miki tiene esparcidas por el mundo, concretamente la que tiene en San José (California, EEUU), entre platos, copas y cubiertos y concluyese (o se celebrase), con Shakira de invitada, claro, el pasado miércoles en otra mesa, la de uno de los reservados del lujoso Via Veneto, de Barcelona.

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LA ACTIVACIÓN DEL ACUERDO

Ya nadie habla del fútbol como deporte, por más que Messi, Neymar, Suárez, Iniesta, Piqué, Busquets y compañía demuestren cada tres días que esto es un juego y que no siempre se gana. Es más, que, demasiado a menudo, gana el malo al bueno, el pobre al rico. El futuro acuerdo («ahora viene lo que se llama la activación del acuerdo, es decir, ver cómo lo aplicamos, controlar las garantías, explicárselo a los jugadores…», señala Arroyo) es, por encima de todo, un gran negocio.

Del Barça, que mata un montón de pájaros, casi una bandada, de un solo tiro, pues arrincona a la malquerida Catar («nos han ayudado mucho, mucho, aceptaron la prórroga, nos dieron tiempo y dinero para negociar un mejor patrocinador y nunca ni uno solo de nuestros 47 patrocinadores se quejaron de nuestra asociación», sigue Arroyo), lidera el ránking de patrocinio de la camiseta («somos los únicos que damos cifras, pues eso de los 71 millones de euros que Chevrolet paga al Manchester United no lo hemos visto en papel alguno. Estaremos, como poco, empatados») y, encima, empiezan a cuadrarles los números en un momento delicado en el que acaban de renovar a Busquets, Neymar y ya piensan en sentarse a negociar con Suárez, Rakitic y, cómo no, Messi.

SOCIOS CONTRA MILLONARIOS

Ese gran negocio, ahora sí, elogiado por todo el mundo, permitirá al Barça evitar lo que han driblado las juntas directivas de los últimos años: anunciarle al socio y abonado que, si quiere seguir compitiendo con el Real Madrid, Manchester United, Manchester City, Bayern de Munich o París Saint Germain, muchos de ellos en manos de milmillonarios que no miran la pela (Roman Abramóvich o los jeques Masser Al-Khelaïch y Mansour Bin Zayed, por citar solo tres ejemplos), deben rascarse el dinero y pagar más, por el carnet y / o por su asiento. «Una de las cosas más complicadas de este tipo de negociaciones –insiste a menudo Arroyo– es explicar a tu interlocutor qué es el Barça, qué significa ser més que un club, propiedad de 140.000 socios, que elige presidente cada seis años y matizarles que el acuerdo que firmes deberá ser ratificado por una asamblea. No es fácil que lo entiendan, pero así es el Barça. Necesitas más tiempo, pero, al final, les encanta el Barça y lo que representa».

APUESTA GLOBAL

Miki tenía mucho ganado en este sentido. No porque admirase a Shakira, que también, sino porque tenía una gran necesidad del Barça, cosa que tal vez no se haya explicado suficiente, de ahí los 55 millones de euros anuales más bonus millonarios. «Mikitani quiere comerse el mundo, así de claro», explica Jordi Juste, uno de los periodistas españoles que mejor conocen Japón y a los japoneses, y cuya tesis doctoral versó sobre el eco del Barça en los medios de comunicación nipones. «Cuando digo comerse el mundo lo digo como el mayor de los elogios, pues quiere que Rakuten sea una compañía global, de referencia mundial y no solo japonesa».

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    El señor Mikitani, un gran defensor del ecologismo, intuía, tal vez, que Amazon, pese a haber tenido contactos con el Barça y haber llegado lejos en las charlas, no ganaría. Y sospechaba que, tras la controversia provocada («ganada en asamblea, 60 a 30», sigue matizando Arroyo) ante la prolongación del contrato con Catar, el Barça no se atrevería a firmar un acuerdo con la poderosa AliExpress, pasando de Catar a China, pues AliExpress es una filial de Alibaba. Para Miki, que Japón se adelantase a China era, sin duda, todo un éxito de enorme prestigio.

FRACASO EN ESPAÑA

Mikitani, que en su apuesta global por convertir a su compañía en algo más que una empresa japonesa, ha impuesto el inglés como idioma de referencia en Rakuten –lo que le ha acarreado críticas de sus compatriotas–, está convencido de que el Barça le permitirá, esta vez sí, penetrar en Europa y, muy especialmente, en Estados Unidos. Miki recuerda con dolor el fracaso que sufrió cuando quiso penetrar en España, en el 2014, a través de aquel divertido «Rakuten es dabuten», del popular cocinero Alberto Chicote. Dos años después, Miki vuelve a lo grande. De ahí que el diario Nikkei señalase ayer en su portada que «Rakuten demuestra con este acuerdo que quiere ser una empresa mundial».

    De ahí que el Barça, además de justificar el cambio de Catar a Rakuten como un relevo que le ayudará a crecer de la mano de una compañía que innova en el mundo digital, en el mundo on line, en el mundo de las ideas, de la comunicación, sea perfectamente consciente de que una de las cosas que más le interesan a Miki es que esa camiseta se vea en todo el mundo. «Tenemos la obligación de jugar un partido en Japón, o dos, a lo largo de la duración del contrato con Rakuten», relata Arroyo, «pero, sospecho, intuyo, que al señor Mikitani, también le interesará, y mucho, que estemos en EEUU».

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    De la misma manera que al señor Mikitani le interesa, y mucho, que Leo Messi no se mueva del Barça, pues no hay mejor percha que el mejor jugador del mundo. Puede, sí, que en el acuerdo con Miki no haya cláusula Messi alguna, es decir, garantía plena de que la Pulga no se moverá del Barça, pero es evidente que, club y patrocinador, saben que la presencia de D10S en este negocio, es vital, de ahí que no sea tan disparatado pensar que buena parte, si no todo, del dinero que Rakuten aportará anualmente al Barça, a partir de la próxima temporada, vaya a parar a las arcas de la familia Messi, pues si la renovación del crack argentino se intuye alcanzará los 25 millones de euros limpios, su traducción en bruto son esos más de 50 millones que aportará la compañía de Miki.

LA RENOVACIÓN DE MESSI

Arroyo no desaprovechó la ocasión ayer, en sus visitas matinales a Catalunya Ràdio y RAC-1 para explicar el acuerdo, que el Barça y el barcelonismo «están convencidos de que Leo Messi renovará y seguirá entre nosotros y, no solo porque él mismo lo ha expresado, sino porque el club hará todo lo posible porque así sea y porque Leo sabe que no hay mejor escaparate para él y su fútbol que el Barça».

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    Preguntado si sabe si han empezado ya las conversaciones con el argentino para la renovación del contrato que concluye en junio del 2018, Arroyo lanzó balones fuera con un argumento arrollador, el mismo que le ha permitido guardar el secreto durante tantas semanas sobre quién iba a ser el patrocinador principal del club. «Si de algo no estoy orgulloso es de las filtraciones a la prensa que se producen de vez en cuando; en ese sentido, es evidente que la mejor manera de que uno no pueda filtrar determinadas informaciones a los medios es no conocerlas y, de la misma manera que yo no pregunto qué jugadores vamos a fichar, cómo está la renovación de Leo o cuanto ganará Ney en su nuevo contrato, tampoco mis compañeros de directiva, con los que me llevo de maravilla, me pedían información de las negociaciones que manteníamos con las compañías que perseguían este contrato. No sabiendo, no puedes filtrar».

CELEBRACIÓN CON SHAKIRA

Hay, incluso, quien asegura que ni Gerard Piqué (ni mucho menos la encantadora y mediática Shakira) sabía en qué estado estaban las negociaciones. El central y futuro candidato a la presidencia del Barça («Gerard vive con tal pasión el Barça, dentro y fuera del campo, que, en el futuro, puede ser lo que él se proponga», señala el vicepresidente) conoció a Miki a través de su amigo Jacint Roca, dueño de Wuaki TV, adquirida en su día por Rakuten Group, y, tras un encuentro en Japón aprovechando una gira del Barça, organizó, en julio de 2015, con motivo de otra gira azulgrana por EEUU, la comida de San Jose (California) en casa del magnate japonés. Un año y pico después, el negocio acabó en brindis (con cava) en el reservado del restaurante Via Veneto, cerquita del Camp Nou.