El nuevo orden del tridente

Luis Enrique, con el cambio de Suárez en Butarque, también introduce ahora a las tres estrellas en el giro de las rotaciones

Luis Suárez persigue el balón durante el encuentro contra el Leganés.

Luis Suárez persigue el balón durante el encuentro contra el Leganés. / JUAN MANUEL PRATS

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Tal vez en Butarque se vio algo más que una contundente goleada del Barcelona, un equipo que se ha levantado furioso de su estrepitosa caída hace una semana en el Camp Nou con el Alavés. Desde entonces, dos partidos (Celtic y Leganés), dos victorias, 12 goles a favor y solo uno en contra. Fue incluso más allá de otra apabullante exhibición de eficacia del tridente, dejando, de nuevo, otra lección de complicidad. Quizá en Butarque, y con 0-4 en el marcador, se asistió al inicio de un nuevo orden cuando Luis Enrique, con toda la naturalidad del mundo, quitó a Suárez del terreno de juego para darle minutos a Paco Alcácer.

Y el 9, que había participado en los cuatro goles –marcó uno, asistió en dos e inició, con un pase maravilloso, la jugada en la que Neymar provocó el penalti– se marchó tranquilo y feliz hacia el banquillo. Como si fuera lo más normal. Pero nada de normal tiene ese cambio.

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Una sustitución que es, a la vez, un indicio de los nuevos tiempos, convencido Luis Enrique de que necesita incluir a las tres estrellas en el giro de las rotaciones. Da la sensación de que el tridente ha entendido también ese mensaje si se atiende a la respuesta comprensiva que exhibió Suárez tras ver los últimos 35 minutos del cómodo triunfo en Butarque con el chándal, pensando ya en la cita del miércoles contra el Madrid. «El cambio lo entiendo yo y lo entiende cualquiera», admitió después el delantero.

DOSIFICACIÓN Y DESCANSO

Lo realmente extraordinario de ese cambio viene dado por el momento de la temporada (cuarta jornada) y el minuto (fue el 55) en que lo ejecutó Luis Enrique. Basta repasar lo que sucedió, por ejemplo, en la pasada temporada cuando Suárez no abandonó el terreno de juego en ninguno de los 52 partidos que jugó. Empezó y acabó todos, excepto la final de Copa cuando se lesionó y fue sustituido en el minuto 58. Pero nunca se vio al uruguayo tan pronto camino del banquillo como sí ocurrió el sábado en Butarque.

A punto de cumplirse su segundo año como azulgrana (debutó el 25 de octubre del 2014 en el Bernabéu), Suárez ha sido el primero del tridente en experimentar la nueva política de Luis Enrique. Messi, también. Pero, a su manera. Tanto el argentino como el uruguayo fueron suplentes contra el Alavés, aunque terminaron saliendo en la media hora final para remediar lo irremediable: la primera derrota del curso.

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Curiosamente, Neymar, recién llegado de Brasil tras besar el oro olímpico, ha encadenado tres partidos consecutivos sin descansar. Titular en los 3. Y 90 minutos en los tres.

17 GOLES DE 25

Ni siquiera que el partido estuviera totalmente resuelto en Butarque quita valor a ese cambio de Suárez. En condiciones similares, Luis Enrique había movido el banquillo. Pero quien no se movía del campo era el tridente. A Pedro, por ejemplo, lo llegó a usar el técnico en su primer año como interior en el tramo final para no sustituir a Messi, Neymar o SuárezBasta recordar el 0-8 al Córdoba de la temporada 14-15. Iba el Barça ganando ya 0-5 cuando el jugador canario apareció en el campo. Fue Pedro por Rakitic.

Ahora, sin embargo, Luis Enrique trabaja en otra dirección, seguro como anda de que debe tener activada a toda la plantilla, con el tridente en sus mejores registros de eficacia: suma 17 de los 25 goles del equipo. Una vez sustituido Suárez y con su posterior reacción («somos seres humanos y todos necesitamos un descanso», dijo el uruguayo), queda la puerta abierta para los demás, incluido Neymar y Messi. A Leo, sin mediar lesión, solo lo cambió una vez: ante el Ajax (21 de octubre del 2014).