El fiestón del Barça

MARCOS LÓPEZ / GRANADA

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El fiestón había comenzado mucho antes de que el balón rodara por el césped alto, lento y pesado -ni se regó ni cortó- de Granada. Cuando más angustiado estaba el Barça de Luis Enrique, tras encadenar tres derrotas y un empate (1 punto de 12), volvió a ser lo que era. No le tembló el pulso en ningún momento, ni siquiera cuando amenazaba una ruina que parecía total, cogió el balón Messi para gobernar a un equipo que silenció el Nuevo Los Cármenes con un partido irreprochable para certificar que es el dueño, se diga lo que se diga, de la hegemonía del fútbol español. Seis Ligas en los ocho últimos años revelan que el ciclo del Barça no tiene fin. Ni se le adivina.

Messi se reinventó como futbolista en esta temporada que no pasará, curiosamente, a la historia como el título del tridente. Más bien, será la Liga de Luis SuárezLuis Suárez, un nueve auténtico que no solo rubricó 40 goles (14 en las cinco últimas jornadas) sino que sostuvo al Barça cuando más lo necesitó. Hasta Cristiano, que pidió el cambio en el descanso del duelo de Riazor, acabó claudicando ante el empuje del uruguayo.

Pero ese ciclo, en el que siempre han estado Messi e Iniesta como hilos conductores de una manera singular de entender el juego, se levantaron a tiempo cuando estaban destinados a ser víctimas de la angustia. Cuando más arrinconados parecían, y justo en un 14 de mayo (honor al maestro Cruyff, el pionero que cambió la historia del club), el Barça se dio un auténtico fiestón en Granada. Pero con la pelota en los pies, como siempre.

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PARCIAL FINAL DE 24-0

El parcial de 24-0 en las cinco últimas jornadas mientras transitaban por la cornisa revelan la fortaleza moral y futbolística de un grupo de jugadores que no se abandonaron en ningún momento, sin dar opción al Granada.

Como dijo Piqué, aún en el estadio andaluz, el Barça ha revertido el peso de la historia. Hasta 1990 había logrado solo 10 Ligas. Desde entonces, coincidiendo con la llegada de Cruyff, se han sumado 14 títulos siguiendo, casi de manera fanática, una manera única de entender el juego. "Esta Liga la habríamos perdido hace 20 o 25 años, hundidos como estábamos siempre en este club en nuestro propio pesimismo", dijo el central azulgrana. Y tiene razón.

Ha cambiado el Barça el curso del fútbol español, convirtiendo la conquista del triplete en algo tan sencillo (nadie en el mundo tiene dos, uno con Guardiola, otro con Luis Enrique) que el año que no se consigue en un fracaso. Pero no es así. Ni mucho menos. "Este equipo no se ha hundido, este equipo, que ha ganado todo, pero absolutamente todo, ha dado la cara siempre. Tiene mucha hambre", recalcó Piqué, insistiendo en una idea troncal que trasciende más allá de su extraordinario fútbol donde, al mismo tiempo, es capaz de introducir matices nuevos sobre una idea original.

Antes era el falso nueve: Messi. Ahora, es el nueve auténtico: Luis Suárez. Antes, con Guardiola y Tito, se ganaban Ligas. Ahora, con Luis Enrique, también. Solo el paréntesis Tata Martino, todavía no explicado ni podrá serlo dentro de décadas y décadas, como si fuera el Triángulo de las Bermudas, interrumpe unos años de vivir en el paraíso. El Granada quiso esperar al Barça, pero cuando se dio cuenta ya estaba perdiendo un partido que nunca sintió suyo.

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LUCHO, 6 DE 8 TAMBIÉN

"¿Un fiestón? Yo soy muy soso, pero quiero que mis jugadores hagan un fiestón de la repera porque se lo merecen", dijo Luis Enrique, el técnico que ha gestionado al tridente, impulsado por un centro del campo extraordinario donde Iniesta, el penúltimo guardián de la esencia azulgrana, ha conectado de maravilla con Busquets y Rakitic, mientras Messi, antes extremo, luego falso nueve, ahora todo campista o lo que quiera, entendieron que el Barça no podía tirar a la basura nueve meses de trabajo por tres semanas tontas. "No me imaginaba ganar seis títulos de ocho posibles", contó el técnico. "No me lo imaginaba, contento estaba con ser entrenador del Barcelona, imagínate», dijo Luis Enrique, quien insistió en la necesidad de "disfrutar y, sobre todo, valorar esta Liga".

Por eso, el Barça saldrá este domingo de rúa por la ciudad para festejar que el balón sigue siendo suyo y que nadie le quita ese privilegio. Dentro de una semana le espera una Copa y la posibilidad de alcanzar un doblete, algo poco habitual también, pero no hay mayor recompensa que ganar una Liga dos veces en un mismo año. La perdió y la recuperó. En realidad, Granada quedará como símbolo de la reconquista azulgrana, un club que abandonó sus miedos atávicos para demostrar que han cambiado más de lo que parece. Pero mucho más. No, no son las seis Ligas en los últimos ocho años. Y nadie olvide que dos tripletes, algo utópico para otros. Es la fuerza de una idea que honra la memoria de Johan.