Un futbolista único

Cruyff hizo campeón a un Barça que llevaba 14 años sin conquistar una Liga

JOHANN CRUYFF

JOHANN CRUYFF / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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La dimensión futbolística de Johan Cruyff es fácilmente resumible en la experiencia que vivió el Barça cuando le fichó: hizo campeón de Liga a un equipo que llevaba 14 temporadas sin conquistar el título. El palmarés que había reunido el holandés cuando se retiró 20 años después da la versión complementaria de la grandeza del mejor jugador de la década de los setenta y uno de los cinco grandes de la historia del fútbol, junto a Di Stéfano, Pelé, Maradona y el recién llegado, Leo Messi.

La ascendencia que ejerció en el Barça fue una simple representación de la que tenía en el Ajax, el club que le vio nacer. Acabada la temporada 1982-83, ya con 37 años, el presidente del club no quiso renovarle el contrato. Era una opción razonable, dada la avanzada edad del astro. Equivocada, dada la personalidad del personaje.

Tom Harmsen miró el dni antes que la hoja de servicios (63 partidos, 20 goles) de Johan, en esas dos temporadas en las que ya estaba de vuelta la vieja leyenda de Amsterdam. Pero el orgullo seguía intacto. Como la sabiduría. Cruyff fichó por el Feyenoord –es decir, fue del Barça al Madrid, sin que aún existiera el Atlético, o sea el PSV Eindhoven-- y el eterno rival de Rotterdam conquistó el doblete de Liga y Copa.

EPISODIOS CON FIRMA

Como ese, algunos de los más geniales episodios del fútbol llevan marcado, de forma indeleble, el nombre de Cruyff. Más allá de de ser una deidad en el Barça y el Ajax, sus dos principales clubs. De azulgrana firmó el 0-5 del Bernabéu en febrero de 1974, un episodio quimérico, inimaginable para un par de generaciones futbolísticas. De blanquiarrojo, condujo al primer club holandés a una final de la Copa de Europa y a perderla (1969), pero a ganar tres consecutivas (1971, 72 y 73), convirtiendo en anécdota la del Feyenoord entre medio (1970).

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Cinco años de dominio de un país que, hasta entonces, era meramente secundario en el concierto internacional. Y, en consecuencia, de la mano de su futbolista más categórico y esencial, Holanda se clasificó para el Mundial de 1974 y se metió hasta la final, donde sucumbió frente al anfitrión.

RENUNCIA DISCUTIDA

Con la más bella de las derrotas: aún se recuerda más al perdedor que al vencedor. Holanda también llegó a la final de Argentina cuatro año más tarde. Sin su guía, que renunció al torneo por varios motivos: sociales (las protestas en su país contra la dictadura), deportivos (rechazaba las concentraciones que quería la federación) y económicos (Adidas era el patrocinador y Johan era el emblema de Puma).

Así de controvertido podía llegar a ser quien fue, también él, el primer futbolista en obtener tres Balones de Oro. El abanderado del lema 'El fútbol tiene que ser algo divertido" en contraposición del que era en aquella época uno de sus mayores rivales: Franz Beckenbauer, el líder de la atlética Alemania, el otro banderín de la final de 1974, y doble Balón de Oro (1972 y 1976). Cruyff anotó su primer triplete profesional antes de los 20 años, como Messi.

UNA COPA MÁS

En aquella época a Cruyff había que llamarle de "usted". Así lo recorsaba un juvenil Jorge Valdano cuando vio de cerca a 'Dios' -así llamaron a Johan los futbolistas del 'dream team'- en una eliminatoria copera Barça-Alavés. Con el tiempo, y el compendio de éxitos que juntó, el tratamiento que merecería Cruyff sería mucho más noble, pese a que se marchara del Barça un lustro después con una solitaria Copa del Rey (1978).

Un escaso y frustrante botín para  los culés, que solo disfrutaron en el Camp Nou. Las constantes derrotas fuera de casa impidieron el cambio de hegemonía en el fútbol español que sí se produjo cuando Johan regreso como entrenador. Junto a su viejo amigo Carles Rexach, el primer cicerone que había tenido a su llegada en 1973 por ser el único que hablaba inglés, y con quien acabó peleado en 1996 cuando se caminos se distanciaron.

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EL LÍDER ANTES Y DESPUÉS

Cruyff fue el líder de aquella generación con Rexach, Marcial, Asensi, Juan Carlos -también Sotil y Neeskens- y de la posterior con Koeman, Laudrup. Stoichkov y compañía. Como lo había sido en el antiguo Ajax al frente de Rep, Krol, Haan, Keizer, Suurbier y del que abandonó dos décadas después, donde estabam Rijkaard, Jesper Olsen (el co-protagonista del penalti indirecto), Vanenburg y Marco van Basten. Dominó el futbol como jugador en los setenta y como entrenador en los noventa.

De su talla como deportista hablan las gestas que logró (22 títulos de equipo), de su acusada personalidad da cuenta su periplo futbolístico (fue a Estados Unidos para fichar por el Cosmos y se alineó con Los Ángeles Aztecas y Washington Diplomats con un paréntesis para jugar en el Levante, en Segunda División) y de su ingenio futbolístico se conservan las imágenes que se conservan de la velocidad de su regate, la agilidad para evitar patadas atroces y el indescifrable cambio de ritmo. 

Eterno por todo.